«¿Dónde están el queso y la caña de lomo que mandé a mi hijo a Londres?»

La odisea burocrática de un pensionista para que le den noticias del paquete que envió hace mes y medio con chacinas,

conservas y aceite

Antonio Luque está indignado después del esfuerzo que ha hecho para que su hijo no pase hambre ROCÍO RUZ

AMALIA F. LÉRIDA

Aceite, queso, caña de lomo, melva, chorizo, morcilla, mejillones, bonito, caballa.. . Todo eso iba en la caja que Antonio Luque Sariego envió el pasado día 15 de septiembre a su hijo de 29 años que no ha tenido más remedio que irse a Londres a trabajar.

Lleva ocho meses fregando platos en un hotel a pesar de los estudios superiores que tiene y un día el hambre le obligó a pedirle al padre que le mandara «algo de alimentos, como queso o caña de lomo».

Antonio, pensionista sevillano, con una invalidez permanente absoluta y una paga que no llega a los 700 euros, no lo dudó y se puso manos a la obra.

Un total de 95,52 euros gastó en la tienda de alimentación y 65 en el envío por Correos del paquete de 14 kilos . Mandó las viandas el 15 de septiembre y a la semana le llama el hijo diciéndole que no había recibido nada. Entonces Luque fue corriendo a la oficina de Correos y allí le aconsejaron que el destinatario preguntara en Londres. El joven fue raudo a informarse pero en las oficinas no había paquete alguno para él.

El 1 de octubre Antonio Luque puso una reclamación a Correos y, como no le solucionaron nada, se dirigió a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y rellenó la correspondiente hoja con su queja.

Pasaban los días y ni el paquete aparecía ni el daban explicación alguna de lo sucedido mientras que en Londres el hijo iba una y otra vez a las dependencias de Correos para saber si había alguna novedad.

El 19 de octubre la responsable de Atención al Cliente de Correos manda una carta a Antonio Luque en la que comunica que «hemos pedido información al operador postal de destino sobre la situación de su envío y estamos a la espera de su contestación».

Seguidamente le dice que «el plazo máximo de contestación del que dispone el operador postal de Reino Unido, según la normativa internacional, es de dos meses desde la formulación de la petición». Es la misma explicación que ha dado un portavoz de Correos a ABC, que « la Royal Mail tiene un plazo de dos meses para responder desde el 17 de septiembre fecha en que salió el envío de España».

Luque critica el mal funcionamiento del servicio de Correos y lamenta que tenga que esperar al 17 de noviembre para saber quién se ha comido las latas y el queso, «porque estoy seguro que eso se lo ha comido alguien», apostilla.

«Le mando c omida a un triste emigrante que se tiene que colocar lavando platos en un hotel porque aquí no hay trabajo y se pierde. ¡Esto es una vergüenza! Al menos, he aprendido que, de ahora en adelante, tengo que usar la mensajería privada».

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