¿Dónde están los metros que faltan de las Atarazanas?

La Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía ( Adepa ) reclamó ayer que «se paralice definitivamente» el proyecto de restauración de las Reales Atarazanas de Sevilla , que promueve La Caixa y posee el pertinente permiso de obras del Ayuntamiento, ya que la licencia «es nula de pleno derecho» al incluir la propuesta una ampliación de la superficie a edificar que obligaría a desarrollar un plan especial y éste no se ha realizado. La asociación recordó que se trata de una licencia que ya han recurrido en los tribunales y que se concedió «con precipitación, sin la suficiente participación pública y de manera subrepticia» para un proyecto, el del Guillermo Vázquez Consuegra , «que desvirtúa por completo el significado de un edificio histórico de enorme envergadura, al que no se trata desde una perspectiva cultural sino comercial, para montar allí una especie de centro comercial». Así lo apuntó el arquitecto y Premio Nacional de Restauración Fernando Mendoza , que culpó a la Junta de Andalucía de «haberse desentendido del edificio con una concesión de uso privativo a una entidad financiera pese a tratarse de un bien que es de todos los sevillanos» y que recalcó esa «nulidad de la licencia» a causa del «engaño que se ha producido con las mediciones en el proyecto para evitar la necesidad de un plan especial», como exige el Plan para El Arenal.

Detalló este último apartado el exdecano del Colegio de Arquitectos de Sevilla, José García Tapial , quien recordó que un grupo de profesionales, entre los que él se encuentra, ha realizado mediciones sobre el proyecto y ha descubierto que el mismo amplía en más de mil metros cuadrados la superficie edificable de las Atarazanas, incluyendo la obra real 14.357 metros, esto es, 1.045 más que el espacio edificado a día de hoy . Esa evidente ampliación requiere de plan especial previo, pero éste no se ha desarrollado, de modo que «la licencia es ilegal a todas luces». El proyecto ha pasado la criba de los técnicos de la Gerencia Urbanismo, según Adepa, por «la prisa y la falta de rigor con que se ha tenido que revisar. Habrá que saber por qué motivo, cuando es algo importantísimo que requería al menos de un mes más del tiempo que se dio. Había que correr para dar la licencia, tanto que se concedió con fecha del día antes de que el proyecto fuera visado por el Colegio de Arquitectos . ¿Por qué tanta prisa?».

Para camuflar la ampliación de metros que el proyecto conlleva, el mismo se elaboró «con la intención de que nada quedara plasmado con claridad, usándose términos distintos para los mismos conceptos cuando se comparan el documento del estado actual con el del proyecto en sí. Con tanta prisa, los técnicos sólo se quedan con los grandes números, no pueden detenerse en todo el detalle de un asunto tan complejo como es éste». Pero en los números también «hay engaño, no mentira pero sí engaño. García Tapial explicó que, primero, en el documento del edificio en la actualidad se incluyeron 400 metros cuadrados de un patio que no debe contabilizarse pero que «sirve para engordar la cifra de partida con toda la intención»; y segundo, en el proyecto de ampliación no se contabilizaron las terrazas , que son nuevos suelos edificados, ni tampoco varias naves, «con lo que la superficie que resulta no es mayor que la que ahora hay y, con esa manipulación, no parece que haya ampliación. El cuadro que se presenta es engañoso y con llamativos olvidos». El proyecto de restauración ni siquiera recoge la cifra concreta y total de metros cuadrados edificados , algo que «es obligado» y que no figura. «Un olvido para eludir las normas.