UNA POBLACIÓN CRECIENTE

¿Dónde compran su comida los musulmanes de Sevilla?

La comunidad islámica padece un laberinto diario para encontrar productos con «certificado halal», prescrito por el Islam

Carnicerías, ultramarinos y restaurantes van dando el salto de calidad, pero falta mucho por hacer en este sentido

Pueta de una tienda de alimentación árabe ABC

E. BARBA

Un problema principal de la vida cotidiana de la comunidad musulmana de Sevilla es, en general, el de la comida «halal», la prescrita por el Islam ; y muy en particular, el de las carnicerías. La falta de suficiente regulación y de «sello halal» hace que se compre en establecimientos sin todos los requisitos sanitarios necesarios, pero cuyo bajo precio resulta irresistible para muchos. Estos pequeños comercios sin grandes pretensiones sí pueden encontrarse en los barrios donde hay centro de rezo o mezquita, en los que se vende un producto teóricamente «halal». Pero existe poco control sobre la procedencia de la carne y la manera de matarla, que es primordial para los fieles. El animal debe estar sacrificado de un modo concreto para que su ingesta sea asumible por parte del musulmán. Pero sigue sin existir el suficiente control y la regulación deseable en este sector, lo que provoca la queja de este colectivo.

Para tener todas las garantías necesarias, este tipo de comida necesita el llamado «certificado halal» que concede el Instituto Halal , encargado de acreditar los bienes y servicios aptos para el consumo de los musulmanes. Con más de quince años de experiencia y más de 300 clientes en España, como Repsol, Mondelez o Alanda Hotel, este organismo, cuya sede española está ubicada en la localidad cordobesa de Almodóvar del Río, se dedica a promover un desarrollo normalizado del mercado «halal» en España, a través de acciones y proyectos que favorezcan la integración del «estilo de vida halal» como un concepto global , un término que significa «permitido, autorizado, sano, ético o no abusivo y, por lo tanto, beneficioso para los seres humanos, los animales y la protección del medio ambiente», según señala el propio instituto.

Desde este organismo se apunta que el certificado lo poseen hasta el momento diversas marcas , pero todavía ningún comercio en concreto, de modo que el uso que algunas tiendas hacen del mismo es fraudulento. «En caso de problema alimentario, el Instituto Halal no se hará cargo de defensa alguna pues no reconoce a ningún establecimiento que no tenga el sello homologado. Y hasta el momento sólo lo tienen las marcas», expone el responsable de este instituto, Hanif Escudero . Ya han editado, eso sí, una guía para conocer las marcas que sí están trabajando ya con la garantía correspondiente ( www.guiahalal.es ), al tiempo que reconocen el buen trabajo en este sentido que están haciendo algunos comercios, con producto de calidad a pesar de que aún no hayan sido homologados bajo esta «denominación oficial de seguridad».

Sobre todo en la Macarena

En este sentido, en Sevilla capital destacan varias carnicerías que han venido ganándose el respaldo de los clientes musulmanes, ubicadas casi todas en la zona norte de la Macarena, la que más concentración de comunidad islámica tiene. Son muy conocidas tanto Abdelhamid , en la avenida de San Lázaro, como Al Baraka , en la plaza Playa de Punta Umbría, o Salam , en la calle Playa de Chipiona. Tres clásicas a las que el musulmán acude a por carne «halal» desde hace ya algunos años con todas las garantías. Además, en la provincia sí hay algún matadero privado, como el de Los Corrales, donde se sacrifica a los animales de la manera prescrita por la religión . Pero obviamente, no todo aún procede de allí. Y en esa zona oscura es donde quiere trabajar el Instituto Halal de la mano de acuerdos con la Cámara de Comercio o con la Mezquita Ishbilia, que viene trabajando desde hace varios años en este aspecto de la homologación alimentaria con bastante intensidad.

Ha aumentado también el número de restaurantes con comida apta para los musulmanes, como es lógico, y son ya una decena, desde el famoso Fez Sevilla , de la calle San Esteban, hasta la propia Taberna del Alabardero . La plataforma de internet Just-Eat ofrece alimentación «halal» a domicilio, por otra parte. Se trata, de una forma u otra, de un sector en auge por la creciente población de esta religión en los países occidentales.

Además, durante el Ramadán , el negocio goza de una pujanza mucho mayor. Durante los 30 días en los que se mantiene el ayuno este tipo de tiendas logra que sus ventas suban en torno al 75% por la compra de los productos típicos que se consumen durante las tres cenas que se celebran cuando el sol se pone. Dulces, sobre todo, pero también carnes o sopas que preparan al cuerpo para soportar las casi 16 horas que debe llevarse sin consumir agua ni comida alguna, como establece el Corán. Este indudable sacrificio tiene luego su recompensa en forma de alimento al llegar la noche.

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