EDUCACIÓN

¿Dónde aprenden chino los chinos «sevillanos» que no saben chino?

El «colegio chino de Sevilla», situado frente a Hytasa, cumple 20 años y acoge a 400 alumnos de 3 a 16 años

Una profesora enseña en Sevilla a niños de origen chino su idioma JESÚS SPÍNOLA

JESÚS ÁLVAREZ

¿Dónde aprenden chino los chinos de Sevilla? El único «colegio chino» de Sevilla, promovido por el Centro de Cultura China, empezó en Sevilla en la barriada del Cerro del Águila en febrero de 1997 con 20 niños. Ahora, a punto de cumplirse su vigésimo aniversario, son más de 400 los que aprenden su lengua nativa en las nuevas aulas situadas frente a las instalaciones deportivas de Hytasa.

Se estima que la colonia china en la ciudad supera las 5.000 personas y los niños chinos «sevillanos » vienen aquí sábados y domingos, desde los 3 a los 16 años . Sus padres, que hablan en chino en familia, no quieren que sus hijos, que hablan español y estudian inglés o francés en su colegio, pierdan sus raíces ni su cultura milenaria.

Pero en el «colegio chino de Sevilla», como se le conoce popularmente, hay de todo y eso incluye a padres con ocho apellidos sevillanos como Manuel García , de 61 años, vecino de Castilleja de la Cuesta, que tiene dos hijos biológicos y tres adoptados, los tres nacidos en China.

«Tuve mis problemillas hace cuatro años para apuntarlos aquí porque entonces había pocas plazas y me decían que esto era una asociación de chinos y que mis niños no eran chinos. Y más chinos no podían ser, pero claro, como me llamo Manuel García...» , bromea este padre que no quiere que sus tres hijos nacidos en China pierdan su lengua natal.

García recuerda que las agencias de adopción no apoyaron el colegio chino que él intentó abrir en el Aljarafe ni tampoco el de Hytasa: «Ni siquiera han enviado a las familias chinas residentes en Sevilla los correos sobre la jornada de hoy de puertas abiertas del colegio», asegura.

Desde Pino Montano

En sus aulas hay también niños tan sevillanos como el hijo de la presidenta de la Junta, a los que sus padres, por los motivos que fueren, traen aquí para que aprendan chino desde pequeñitos. Es el caso de José Manuel Bonilla , sevillano de Pino Montano, que tiene en sus brazos a su hijo, Leo , de 3 años, al que ha apuntado este curso. «Lo he matriculado aquí porque considero que para su futuro laboral, aparte del inglés, naturalmente, va a necesitar otro idioma y creo que el chino, francamente, tiene mucho futuro».

José Manuel no conoce China ni trabaja en nada relacionado con la potencia oriental, pero observa que a Le o le gusta mucho venir aquí y que «aunque con 3 años no habla nada de chino, confío en que a los 6 ó 7 ya empiece a hablar algo. En cualquier caso —añade— creo que le viene muy bien escucharlo porque me han dicho que a partir de 12 años de edad es muy difícil aprender chino », comenta.

La directora del centro, Ahe Lin, flanqueada por Lucía y Elisa, dos de sus alumnas J. A.

La directora del «colegio chino de Sevilla», Ahe Lin , cuenta que «el chino es un idioma complicado con miles y miles de caracteres, pero si el método es correcto lo es menos».

—¿Cuánto tiempo necesitaría yo para aprender chino?

—Usted no sé, pero los niños de aquí necesitan 5, 6 años o más, depende del tiempo que uno estudie. Pero le digo que el español también es muy difícil y que a mí me costó mucho. Llevo 20 años aquí y aún sigo estudiando y aprendiendo.

Que el español no es fácil lo corrobora Ying Ying , de 32 años, profesora del grado de Chino de los estudios de Asia Oriental en la Universidad de Sevilla. Ying lleva 4 años en la Hispalense, donde enseña chino a alumnos universitarios que tienen entre 18 y 22 años, y los sábados y los domingos, aquí en Hytasa, da clases a unos 30 niños de 5 a 10 años . «Se tarda unos 5 ó 6 años en aprender chino pero hay niños cuyos padres han dejado de hablar chino en casa y entonces el aprendizaje es más lento», asegura.

Esta joven profesora llegó a España con 15 años sin saber nada de español. Sin embargo, logró estudiar y aprobar Arquitectura. «Reconozco que en los primeros cursos de la carrera había muchas palabras que ni siquiera entendía, pero no he dejado de estudiar y de aprender», comenta.

Ying estuvo trabajando en un estudio de arquitectura algunos meses, pero le cogió la crisis de 2008 justo recién licenciada y no pudo seguir trabajando en lo que había estudiado. «Hay mucha distancia lingüística entre chino y español y es necesario cambiar el chip, pero aprendiendo unos 3.000 caracteres uno se puede manejar» .

Buen oído

Beatriz Álvarez no sabe nada de chino, pero mucho de flamenco. Esta sevillana de 23 años, graduada en el Conservatorio de Música de Sevilla, da clases aquí de ballet y flamenco a un grupo de niñas chinas. «Los niños chinos se adaptan muy bien al flamenco. Les gusta mucho y tienen buen oído: aprenden todas las cosas super rápido . Son muy listos y disciplinados, aunque es verdad que chillan mucho», comenta.

Dos de sus alumnas, Lucía y Elisa , de 15 años, chinas «sevillanas» que ya tienen acento andaluz, presentarán la fiesta del Año Nuevo Chino el domingo 29 de enero, seguramente en Fibes (están a punto de cerrar el sitio). Elisa sabía chino cuando llegó a Sevilla, pero Lucía apenas unas palabras. «Era muy pequeña pero logré manejarme en un par de años», comenta. Elisa vive en la Macaren a y estudia en el colegio Miguel de Cervantes 4º de ESO. Lucía cursa lo mismo en el San Francisco de Paula .

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