SEMANA SANTA 2017

Disturbios en la Madrugada de 2017: el fiscal pide penas de hasta dos años y medio de cárcel

El Ministerio Público dirige su acusación contra siete investigados y califica los hechos como desórdenes públicos, rechazando un ataque con los sentimientos religiosos

Una nazarena corre por los incidentes ocurridos en la Madrugada de 2017 Raúl Doblado

Jesús Díaz

La Fiscalía de Sevilla pide penas que van desde el año hasta los dos años y medio de cárcel para siete de los once investigados por los incidentes y disturbios ocurridos en la Madrugada de la Semana Santa de 2017 , calificando los hechos como un delito de desórdenes público y rechazando que existe un ataque contra los sentimientos religiosos.

Esto supone un nuevo paso para sentar en el banquillo de los acusados a algunos de los protagonistas de aquellos hechos que rompieron la paz del epicentro de la Semana Santa en la capital y provocaron daños y lesiones en decenas de personas a consecuencia de las «carreritas» que se multiplicaron por todo el centro de la ciudad en las horas centrales de la noche.

Los hechos ocurridos en la madrugada del 14 de abril fueron investigados por el Juzgado de Instrucción número cinco de Sevilla , cuya titular, Beatriz González, había dividido los sucesos en dos piezas separadas, dictando el pasado mes de julio dos autos de procesamiento contra quince personas. Por un lado, se investigaban a tres personas por los altercados de la calle Alfonso XII y, en la segunda pieza, que se dirige contra doce personas, se refiere a los hechos ocurridos en calles como Álvarez Quintero, Chapineros y la plaza del Salvador .

Precisamente, el primero de calificación del Ministerio Público ha llegado en esta segunda pieza, donde pide penas de hasta dos años y medio de cárcel a cinco personas , entre ellos tres y dos hermanos. Además, solicita un año para otros dos acusados y pide el sobreseimiento cuatro mujeres por las carreritas en el torno de la Puerta Jerez, según el escrito al que ha tenido acceso ABC de Sevilla.

El fiscal, en su escrito de calificación provisional, expone la trascendencia de la celebración de la Semana Santa en la ciudad de Sevilla, «desde hace siglos» . Una fiesta que «desde siempre» ha suscitado una gran afluencia de público, no sólo en las calles por donde discurren las cofradías sino también por las calles aledañas, sobre todo en el casco antiguo de la ciudad.

«Fragilidad» de la Semana Santa

Pese al operativo policial para garantizar la seguridad de esta celebración que aglutina a miles de personas, desde hace años, según el fiscal, se ha evidenciado cierta «fragilidad» de la Semana Santa en este sentido por las alteraciones del orden público y de determinados comportamientos irrespetuosos de personas ajenas al sentido religioso de esta fiesta que se han repetido con la entrada del nuevo siglo. Se han repetido en 2005, 2009 y 2015 .

A esta situación, la Fiscalía añade que las sensibilidad del público asistente a la Semana Santa de Sevilla por los atentados terroristas ocurridos años atrás en Niza, Berlín, Estocolmo o Londres . Ese mismo año 2017 hubo incidentes en Málaga el Martes Santo.

Todo comenzó en Arfe

La Madrugada de 2017 se fue calentando. Antes de los hechos que serán visto por un juzgado de lo Penal de Sevilla, se produjo, sobre las cuatro de la noche, una pelea en un bar en la calle Arfe que provocó los primeros nervios y carreras de la noche, alterando el procesionar de la hermandad del Gran Poder por el Arco del Postigo.

Si bien, ni la juez ni la Fiscalía ven delito en estos hechos y archivan la investigación sobre los mismos. Pese a esto, las investigaciones policiales apuntaron que esta pelea generó una serie de avalanchas, tumultos y carreras de grupos más o menos numerosos de personas en distintas direcciones que, en síntesis, alcanzan desde el punto inicial en Arfe a las calles Almirantazgo, plaza del Triunfo, avenida de la Constitución, invadiendo la carrera oficial, calle García de Vinuesa, Alemanes, Placentines, plaza de la Virgen de los Reyes, plaza de San Francisco, Sierpes. Los efectos llegaron a la plaza del Salvador, Cuna, Laraña, plaza de la Encarnación, Orfila, Daoiz, García Tassara, Aponte, Javier Lasso de la Vega y plaza del Duque, además de Alcázares, Dueñas, Gerona y Doña María Coronel.

Pero no quedó ahí, según el fiscal, la maraña de carreras por culpa de la pelea en Arfe. La plaza de la Magdalena, O'Donell, Murillo, San Pablo, Reyes Católicos y final del paseo de Colón también se vieron alteradas. Las hermandades de la Esperanza de Triana, el Calvario y el Gran Poder lo sufrieron .

Ahí comenzó el miedo aquella noche, según la Fiscalía, que terminó con un gran número de personas asistidas por lesiones de diversa gravedad . Las situaciones de pánico se repitieron a lo largo y ancho del centro histórico y corazón de la ciudad en esa noche, pero no sólo entre el público asistente, sino también entre nazarenos, músicos, etc.

De Arfe a Chapineros

Para la Fiscalía, no está acreditado que la pelea de Arfe fuera el origen de estas carreras porque existen otros testimonios de hechos ocurridos a una hora similar a este en otros puntos distantes de la ciudad. Tampoco consta que los jóvenes integrantes de la disputa tuvieran intención alguna directa o indirecta de alterar el orden de la cofradía del Gran Poder o provocar huidas del lugar de forma descontrolada.

Sí hay acusados por los hechos de las calles Chapineros, Álvarez Quintero y Argote de Molina y la plaza del Salvador. Sobre las cinco de la madrugada, los acusados José S.M., Julián S.M., Francisco S.M. (tres hermanos) y Jonathan G.M. y José G.M. (dos hermanos), más que probable que fueran familiares entre ellos.

Según la Fiscalía, éstos se pusieron de acuerdo «con el fin de causar alteración del orden e infundir miedo » entre el público. Accedieron a la confluencia de las calle Chapineros y Álvarez Quintero, cuando se acercaba a este punto la banda de música de cruz de guía de la Macarena.

Comenzaron a vociferar, provocar ruidos y dar golpes al mobiliario urbano , lo que causó una situación de miedo entre los componentes de la banda , que interrumpen bruscamente la marcha que estaban interpretando y se tienen que acercar a las fachadas de los inmuebles de la calle Chapineros, singularmente estrecha. Esto causó carreras entre el público, incluso en la misma dirección que venía el cuerpo de nazarenos.

«Alá es grande»

Una hora y cinco minutos más tarde, los cinco acusados, en la confluencia de las calles Argote de Molina y Álvarez Quintero , por donde seguía transcurriendo La Macarena, «con idéntica intención» de alterar la noche e infundir miedo, entraron en un bar a tomar algo y ya fuera comenzaron a proferir expresiones a gritos como «Alá es grande» y «Alhu Hakbar» o algo similar, al tiempo que se agachaban entre la gente comenzando una corta carrera en la misma dirección del la cofradía.

La confusión se apoderó del ambiente. Lo siguiente fue el pánico y la huida del público de forma desordenada a las calles Rodríguez Zapata y Hernando Colón , convirtiéndose en una avalancha de gente atemorizada que coincide con la llegada a dicho lugar de dos agentes de la Policía Local que fueron previamente comisionadas para averiguar lo que estaba ocurriendo y que procuraron en la medida de lo posible calmar a la multitud. La cofradía se rompió por un corto espacio de tiempo hasta tanto pudo recomponerse.

Cuando los agentes de la Policía Local llegaron al lugar había varias personas que tenían retenidos a los dos primeros acusados que fueron detenidos, identificándose posteriormente por la investigación policial llevada a cabo, el tercer inculpado.

La Fiscalía ve los hechos constitutivos de un delito de desórdenes públicos pero no considera que los investigados tuvieran la intención de hacer escarnio de los misterios cristianos que representan desde el punto de vista religioso las procesiones penitenciales de la Semana Santa o que intentaran directamente alterar, obstruir o impedir el normal desarrollo de la marcha de los hermanos que participaban en la estación de la hermandad de la Macarena. Pide para los cinco dos años y medio de cárcel.

«No veas cómo se asusta la gente»

Al mismo tiempo que este último suceso en Argote de Molina, otro incidente ocurría en la plaza del Salvador , por donde estaba pasando el Señor de la Sentencia . Eran las seis de la mañana. Allí, los acusados Adrián P.V. y Sergio M.G., también puestos de acuerdo para alterar la paz pública y causar miedo entre los cofrades que presenciaban el discurrir de la hermandad de la Macarena, comenzaron sin causa alguna a correr, al tiempo que proferían gritos, invadiendo la zona por donde transitaban los nazarenos y provocando el pánico en la plaza. Hubo caídas y avalanchas.

Un nazareno logró agarrar a uno de los acusados para recriminarle su actitud. Se pudo zafar y huir, al tiempo que gritaba «no veas cómo se asusta la gente». Los costaleros de la hermandad sí pudieron finalmente retenerlos hasta la llegada de la Policía Nacional, que los detuvo. Tampoco ve la Fiscalía intención en ellos de atentar contra los sentimientos religiosos. Los dos acusados se enfrentan a un año de prisión.

El tercer hecho investigado en esta pieza separada ocurrió a la misma hora en la Puerta de Jerez . Cuatro chicas, acompañados de dos menores, cuya conducta no se ve en este procedimiento por su edad, caminaban por la avenida de la Constitución cuando de repente comenzaron a correr. Este simple gesto originó un barullo entre las personas que deambulaban por la zona. La Fiscalía no considera que su actitud sea una infracción penal, pues no alteró el orden público ni afectó a ninguna cofradía esta acción, por lo que pide el sobreseimiento de estas diligencias contra las cuatro jóvenes.

Alfonso XII

Ya existe calificación en una de las dos piezas en la que la juez separó los hechos investigados, pero aún está pendiente de presentarse el otro escrito en la segunda pieza , donde se abordan los hechos ocurridos en la calle Alfonso XII.

Aquí la investigación se dirige contra tres varones quienes, según la instructora, sobre las cuatro de la madrugada, «golpearon con palos mobiliario urbano y vehículos estacionados en la vía pública, en la calle Alfonso XII y sus inmediaciones, provocando avalanchas». Todo ello, «al tiempo que profirieron gritos de exaltación del grupo terrorista ETA y amenazas contra los presentes, con el ánimo de generar pánico y desconcierto colectivo; lo que causó la estampida de la multitud allí congregada para ver el paso de las hermandades».

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