Educación

«Hay directores que gestionan el instituto como si fuera un cortijo»

La Asociación de Profesores de Instituto denuncia que hay numerosos docentes acosados por la dirección del centro y que muchos acaban de baja por depresión

Javier Puerto, presidente de APIA ABC

MERCEDES BENÍTEZ

El caso del profesor del Instituto Murillo fallecido de un infarto y cuya viuda ha denunciado que estaba siendo víctima de acoso laboral en el centro donde trabajaba no es el único . Hay otros numerosos casos de docentes que han denunciado ser objeto de acoso laboral por sus jefes y que incluso gestionan el instituto como si fuera «su cortijo».

Según explica el presidente de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía, APIA, Javier Puerto, reciben numerosas denuncias de profesores que se quejan de estar sufriendo acoso por parte de los directores de los centros. Porque, según sostiene, aunque hay muchos responsables de los institutos que son «muy buenos», hay otros que «funcionan en sus centros como auténticos cortijos».

Esas denuncias, que tramita la asesoría jurídica del sindicato de profesores, están relacionadas siempre con docentes que aseguran que los responsables de los centros están abusando de su autoridad y «utilizando sus instrumentos de poder» para excederse a veces con los docentes.

Por ello, esos docentes acuden a APIA a denunciar esas situaciones de supuesto acoso laboral. Como cuando uno de ellos trata un determinado tema con los alumnos durante la clase y, al día siguiente, el director le pide explicaciones. «A veces no se les deja ni respirar», denuncia el presidente de APIA que asegura que esos profesores se quejan porque reciben constantemente escritos del director del centro recriminándoles, les convocan a reuniones fuera del horario, sufren aislamiento o incluso no les dejan intervenir en el claustro de profesores.

«No queremos criminalizar ni culpabilizar a los directores pero a veces se basan en sospechas para actuar de esa forma », dice Puerto insistiendo en que la asesoría jurídica de APIA tramita estos casos y que la inspección educativa de la delegación provincial de la Junta de Andalucía hace caso omiso de estas denuncias . «Hacen oídos sordos», dice el presidente de APIA recalcando que la Junta de Andalucía únicamente se interesa por los casos en los que hay una sanción.

Las consecuencias de este acoso laboral suelen ser estrés, falta de sueño, situaciones de ansiedad y, en casos extremos, depresión. De hecho, según APIA, los profesores son una de las profesiones en las que se dan más bajas por depresión. Porque, según recalca el presidente de APIA, son víctimas de un acoso que, en la mayoría de los casos, se ejerce «como una lluvia fina» . Y luego pasa factura.

«Hay directores que gestionan el instituto como si fuera un cortijo»

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