CORONAVIRUS SEVILLA

Dimite el gerente del Virgen Macarena, el hospital con más contagios sanitarios de Sevilla

La Consejería de Salud abrió el domingo una investigación sobre su gestión del coronavirus y puede elegir a su sustituto antes de terminarla

El mapa de los 15.522 casos positivos por coronavirus en Andalucía

Francisco Merino López ABC

Jesús Álvarez

La Consejería de Salud anunció este domingo, cerca de las diez de la noche, en un comunicado oficial la apertura de una investigación; y con la misma nocturnidad, también cerca de esa hora, la dimisión «por motivos familiares» del director gerente del Hospital Virgen Macarena, Francisco Merino . En una escueta nota, se le agradecían «su dedicación y compromiso» al centro y se informaba del nombramiento de su sustituto «en los próximos días». Es posible que su anuncio se haga esta vez de día.

Merino ha durado en el cargo poco más de un año y puede afirmarse que se trata de una víctima indirecta del Covid-19. Él no contrajo el coronavirus pero sí más de doscientos de los profesionales que tuvo a su cargo y eso parece haberle costado el puesto. Sustituyó en el cargo a Antonio Castro el 14 de marzo de 2019, es decir, justo un año antes de que se decretara el estado de alarma en España, algo que parece ahora premonitorio.

Hermano del exalcalde de Córdoba, Rafael Merino, y cordobés como su exjefe, el consejero de Salud, Jesús Aguirre , este licenciado en Medicina y Cirugía llegó al segundo mayor hospital de Sevilla y uno de los más importantes de Andalucía con un máster en Dirección y Organización de Hospitales por la Universidad Politécnica de Valencia y otro en Dirección y Gestión de Servicios Sociosanitarios por la Escuela Nacional de Sanidad. También contaba con el diploma en Health Policy Innovation for Policymakers por la Universidad de Harvard y en Alta Dirección en Instituciones Sanitarias por la IESE Bussines School de Madrid.

Ninguno de esos títulos, ni su experiencia como gerente adjunto de Asistencia Hospitalaria en el Servicio Madrileño de Salud (un cargo poco apetecible desde que Madrid se convirtió hace algo más de dos meses en la zona cero de la pandemia) parece haberle servido a Merino para afrontar con éxito en el Virgen Macarena la peor emergencia sanitaria que ha sufrido España en muchas décadas.

Como informó ABC este mismo martes en un amplio reportaje , el Virgen Macarena sufrió un foco de contagio en su servicio de Urgencias no relacionadas con el coronavirus en la segunda quincena de marzo y a partir de ahí la cifra de profesionales infectados o aislados con sospechas de Covid-19 no dejó de crecer. A finales de ese mes tenía a más sanitarios fuera de combate que el Virgen del Rocío (que casi duplica su plantilla), Valme, Tomillar y Osuna juntos. El 5 de mayo eran 267, según los datos oficiales de bajas por Covid-19.

Algunos profesionales del hospital se quejaron antes de que se declarara ese foco en Urgencias de la falta de medidas de seguridad en las zonas no relacionadas con Covid-19 y que se desaconsejara el uso de mascarillas en todas esas áreas «para no alarmar a los pacientes».

Merino se empeñó en aplicar a rajatabla un protocolo de Sanidad que se demostró precipitado (y equivocado) como reconoció el propio Ministerio rectificándolo unos días después. Sus colegas del Virgen del Rocío y Valme lo hicieron con más flexibilidad y las cifras de contagiados les dieron la razón. Esa falta de cintura ha podido costarle el puesto. Muchos profesionales denunciaron que la falta de mascarillas hizo circular el virus del circuito «limpio » de Urgencias a otras zonas del hospital. Durante la segunda y tercera semana de marzo se desaconsejó mascarillas incluso a los oftalmólogos que veían a sus pacientes en virtud de ese protocolo que no contemplaba que cualquier paciente asintomático podría transmitir el virus.

Merino, que no ha concedido entrevistas a ningún medio de comunicación ni apenas se ha dejado fotografiar fuera del hospital, fue aun más lejos que todos los gerentes de hospitales sevillanos publicando una circular interna en la que amenazaba con sancionar a los sanitarios que no respetaran esas normas, lo que provocó la desafección de algunos jefes de servicio y que la Junta de Personal del Hospital hiciera una piña en su contra hace dos semanas para pedir su dimisión inmediata.

No ha tardado mucho en hacerles caso, aunque la apertura de una investigación de la Consejería de Salud fue el empujón que necesitaba para presentar su renuncia «por motivos familiares».

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