Diez autores rindieron homenaje a Romero Murube en el Alcázar
También se ha presentado la recuperación de las tertulias de Pablo Olavide

Hay versos que no se imprimen en una sola dimensión, sino que contienen formas que guardan complejos fondos que se han de deshojar capa a capa. Este es el caso de los textos de Joaquín Romero Murube, a quien diez autores sevillanos han rendido tributo este miércoles en el Salón del Almirante del Alcázar . Antonio Cáceres ha sido el encargado de presentar el acto, que es el primero que se celebra para recuperar las históricas «Tertulias en la Casa del Asistente Olavide» . Una iniciativa que, según Antonio Muñoz , delgado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, «atraerá a este monumento a más público local que, aunque no lo creamos, no lo frecuenta tanto como debería».
Los escritores, periodistas y poetas Aquilino Duque , Joaquín Caro Romero, Jacobo Cortines, Juan Lamillar, José Julio Cabanillas, Luis Sánchez-Moliní, Eva Díaz Pérez, José María Jurado, Alberto García Reyes y Victoria León le han homenajeado con la lectura de una selección escogida de sus poemas más significativos. Además, cada uno ha recitado estrofas de su propia autoría que de algún modo evocan, continúan o se inspiran en el universo de Romero Murube, quien escribió parte de su obra paseando por estos mismos jardines que ahora también van a convertirse en espacio de encuentro para el debate y la reflexión de temas muy variados que parten de lo particular a lo universal.
El «Romance de Utrera» , «En el cementerio del Suroeste en Barcelona», «Soledad», el «Romance del crimen» que dedicó a su amigo Federico García Lorca en un tiempo convulso, el «Romance del gobernador de Sevilla», «Nocturno sevillano» y «La casida del agua dormida» son algunos de los que se han leído en recuerdo del llamado «poeta mayor de Sevilla».
En definitiva, palabras que pintan horizontes agrestes, el éxtasis sideral del sol, la luz, los pájaros y las flores de una ciudad cargada de hondura, mejillas afiladas, arboledas que se miran en los estanques y otras cuestiones y metáforas que conciernen a la pluma de un andaluz del mundo . Todo un revulsivo de paisajes y conceptos que ahondan en la obra del autor de la Generación del 27. Más que el planteamiento de una atmósfera o un simple escenario, según lo que se deduce del repertorio mostrado al público asistente, estamos ante el retrato más profundo de la ciudad que él nunca abandonó y que inmortalizó en su libro cumbre: «Sevilla en los labios».
Se cumplen cincuenta años de su muerte y durante estas semanas se ha desarrollado un programa de actividades en memoria del articulista de esta casa. En esta ocasión, se ha reivindicado su figura como literato más allá de su maestría para las piezas periodísticas, tal vez más presentes en el imaginario colectivo.
Se ha destacado también la conciencia que tuvo de las vanguardias de la época y la huida que protagonizó del costumbrismo caduc o sin llegar en ningún momento a renunciar a la raíz de las tradiciones. Su compromiso con todo lo que le rodeó a lo largo de su vida, su enorme altura a la hora de escribir con cercanía sílabas que guardan afán de trascender, la valentía y el altruismo con el que trató a los jardines que se colaron sin avisar en sus páginas más memorables han salido a relucir en los breves discursos de quienes le han recordado.
Joaquín Romero Murube fue el director conservador de los Reales Alcázares que más tiempo estuvo en el cargo. Por eso, por un lado, resulta especialmente emotivo que la vuelta de unas tertulias históricas al recinto que él protegió y amplió comiencen con sus escritos en el aire y, por otro, parecía de justicia arrancar con este punto de partida que nos conecta con la historia de un lugar en el que podemos leer los grandes acontecimientos de nuestra sociedad.
De este modo, el legado que el periodista Francisco Robles trata en un documental que reúne a distintas voces para hilvanar un perfil certero, cobra de nuevo la vitalidad que merece . Porque los diez autores que se han acercado para compartir sus afinidades pertenecen a diferentes generaciones, profesiones y estilos . Sin embargo, la dimensión de Romero Murube se ha bifurcado y ya hace tiempo que se consolidó como maestro indiscutible de todo lo que sucede tras su estela.