Desescalada Sevilla
Día 48 de encierro en Sevilla: a la espera de volver a las calles para refrescar la mente
El primero de mayo de Sevilla no se parece al que iba a servir de remate de la Feria, pero está cargado de ilusión por el regreso paulatino a las calles
Un viernes de ciertas expectativas. Al fin. La visión de un sábado en el que ya no son sólo los niños sino también los mayores los que van a volver a pisar la calle y a pasear al aire libre hace que la jornada tenga, al menos, una carga de esperanza e ilusión que hace semanas que no existía a causa del confinamiento por la pandemia de coronavirus Covid-19 , que mantiene a España en estado de alerta desde el 14 de marzo. La deseslacada va a permitir hoy ya hacer deporte y, sobre todo, que nuestros mayores puedan volver a disfrutar de las calles. No es el sábado que se esperaba en Sevilla, con el colofón de la Feria y las primeras escapadas playeras, pero el alivio del encierro sabe casi a vacaciones en el Caribe.
Elena Martos : Mañana será el primer día de paseos para los que no tenemos ni niño ni perro y a pesar de tanta instrucción sobre las horas, las distancias o las formas, para mí ha supuesto una auténtica inyección de ánimo. La temperatura recuerda ya que Sevilla sólo tiene dos estaciones: invierno y verano y que acabamos de entrar en la segunda. Las fases del desconfinamiento llegan a punto para aliviar la factura de la luz, que crecerá con la necesidad de conectar el aire acondicionado. Lo de tomarse una caña en la terraza tendrá que esperar al menos una semana más. Hay quien admite sin reparos que tiene miedo al contagio. Dos meses de confinamiento terminan por provocar fobias que uno no espera. A mí lo que me da realmente miedo es encontrarme con un cartel de se alquila o se traspasa en la puerta del local que frecuentaba antes de la emergencia sanitaria. Hoy ya se empezaba a apreciar cierta actividad en el interior de algunos establecimientos. Quizá estén adaptando el comedor para preparar los pedidos o comprobando cuántos comensales cabrán en la nueva normalidad. Ese ruido me suena a gloria, como el de las tiendas que aprovechan este fin de semana para decorar los escaparates y devolver las prendas a los expositores. El lunes será la prueba piloto de una temporada atípica que aún tiene muchos flecos sueltos.
Mercedes Benítez : Niños en bicicleta o de paseo por las calles y personas sacando el perro. Ese era el panorama de Sevilla a veinticuatro horas de que los que no tenemos perro ni hijos menores de 14 años podamos salir, por fin, de casa sin sentirnos como delincuentes y sin que nos pongan una multa. Saldremos a hacer deporte o, como los ancianos, a dar simplemente un paseo. La de este viernes ha sido una mañana en la que, quizás por eso del festivo, apenas se han visto carritos de la compra y había gente por la calle sólo en las primeras horas del día. Con el termómetro rondando los 35 grados y un sol espléndido, el día invitaba a salir pero sólo en horario de verano. Por la tarde se han vuelto a ver calles desiertas y muchas sombrillas en las terrazas. Hay quien, a falta de playas y piscinas abiertas, se ha montado su propio chiringuito en el balcón. Si el pasado sábado todo eran motivos feriantes en ventanas y balcones, hoy se ha visto a chicas en bikini y tipos en bañador tomando el sol. Y es que en esta tierra, tan acostumbrada al calor y en la que en estas épocas, la gente empieza a lucir un tono de piel dorado, empieza la cuenta atrás para coger la morenada. Aunque sea un moreno albañil. Quien no se consuela...
Jesús Morillo : La llegada del calor tras unos meses que el frío siempre convierte en demasiado largos suele ser un acontecimiento en la ciudad, celebrado en las terrazas y los veladores. Pero este año el calor ha llegado en pleno confinamiento, con muchos en el balcón de su casa añorando los caracoles de su bar favorito. Al menos, son un consuelo las informaciones que afirman que el calor acaba o atenúa el virus, algo de lo que a buen seguro se va a hablar mucho en los próximos meses en Sevilla. Mientras se desarrolla una desescalada con más incógnitas que certezas, muchos son los que hacen planes estos días para regresar a su terraza favorita y muchos más los que han salido con sus hijos a recorrer la ciudad. Los niños han vuelto a colonizar el río y parques como el de Magallanes o los Perdigones, armados con sus patinetes, bicicletas y patines. Ayer, un festivo tan raro como todos los festivos que han pasado en el confinamiento, volvieron a tomar las calles, con la despreocupación de quien solo quiere divertirse todo lo posible antes de volver a casa.
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