Desescalada Fase 3 Sevilla

Los sevillanos hacen suyo el Alcázar el día de su reapertura tras la crisis sanitaria del Covid-19

Toma de temperatura en la puerta, señales para mantener distancias, mascarillas y ausencia de turistas extranjeros dibujan el escenario de vuelta del palacio medieval

Un visitante espera para acceder al Salón de los Embajadores Raúl Doblado

E. Barba

El principal monumento de Sevilla dependiente del Ayuntamiento, el Real Alcázar, ha reabierto este lunes sus puertas a los visitantes, justo tres meses después de tener que cerrar obligado por el decreto de alarma a causa de la pandemia de coronavirus Covid-19 y las medidas sanitarias y de confinamiento dictadas para evitar la propagación de la enfermedad. La fecha estaba marcada para este 15 de junio a las 9.30 horas y el público ha respondido a la expectación suscitada por este regreso de la normalidad al palacio medieval hispalense, que ha presentado no sólo una importante presencia de visitantes sino amplias y llamativas medidas de seguridad al estilo de lo que se viene haciendo en todas las instalaciones públicas y sujetas a las prescripciones del Ministerio de Sanidad.

Ante todo, los vigilantes de seguridad han ejercido un primer control o filtro en la misma Puerta del León con termómetros para medir uno a uno la temperatura de cada visitante , evitando así el acceso de quienes pudieran presentar síntomas de Covid-19 con unas décimas de fiebre. Estos guardas de la puerta están ataviados con guantes, mascarillas y protectores faciales. Esto ha generado las primeras colas en el acceso principal del complejo monumental. Eso sí, la gran diferencia de la estampa habitual en este punto no ha sido sólo que se trataba de una fila de personas bastante menor sino que en su totalidad ha estado formada por público nacional y, muy especialmente, por sevillanos. El cierre de fronteras y la ausencia de turismo extranjero ha permitido que, al menos por estos días, los visitantes locales puedan acceder al Alcázar sin las interminables esperas que genera la masificación turística. Ha sido, de alguna manera, una resurrección del monumento en compañía exclusiva de sus paisanos. Y de algún que otro turista andaluz, aunque en muy escasa medida. Casi todo han sido jóvenes de estudios medios o universitarios, que no tienen clases, o muy especialmente personas jubiladas y con más tiempo libre para dedicarse al paseo por el interior del recinto palaciego.

Toma de temperatura en el Alcázar R. Doblado

El monumento sevillano ha reabierto con los guías turísticos como primeros visitantes, para darle la bienvenida y, a la vez, reivindicar el papel de estos profesionales en el turismo de la provincia sevillana, ámbito en el que vienen sufriendo un enorme intrusismo en los últimos años, los del repunte del fenómeno turístico. Para ello se han reunido a primera hora de la mañana en sus puertas una buena parte de los 156 guías turísticos con los que cuenta la mesa del sector en la provincia, que han portado pancartas con lemas como «Los guías de turismo con el Alcázar» o «Tu visita con guía acreditado«, entre otros mensajes reivindicativos para defender la necesidad de que en estos lugares trabajen profesionales acreditados.

Ya en el interior, ha quedado claro que la visita va a estar, al menos de momento, muy «orientada» y limitada a las condiciones sanitarias, con un itinerario único y con la única posibilidad de dar explicaciones por parte de los guías en la misma puerta y en el patio de La Montería. Los guías no pueden usar micrófonos ni auriculares, de modo que, a viva voz, tienen que explicar lo que van a ver, con sumo cuidado de cumplir con todas las normas establecidas en la desescalada. Todos los empleados y vigilantes del interior del recinto trabajan con la mascarilla colocada y manteniendo las distancias con respecto a los visitantes, que también deben mantener entre ellos la llamada «distancia social» de al menos un metro y medio.

Se espera que de manera lenta y progresiva vaya volviendo la actividad al monumento sevillano, que superó por primera vez en 2019 los dos millones de visitantes anuales , aunque en los días previos al cierre por el Covid-19 ya había experimentado un importante descenso en sus visitas a causa de las restricciones de movimiento de los propios turistas que aún quedaban en esas fechas en la capital sevillana.

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