Cuarta edición

Desde recetas de la abuela a cocina fusión, así ha sido el casting de Masterchef en Sevilla

80 candidatos venidos de toda Andalucía han presentado sus recetas a los expertos del programa

R. RUZ

N. Ortiz

Delantales personalizados, cocina fusión, platos tradicionales y muchos nervios. Así ha sido la primera fase del casting sevillano de Masterchef, el talent show puesto en marcha por TVE y la productora Shine Iberia que va ya por su cuarta edición.

En total, 80 candidatos se han reunido este lunes en Sevilla con un único objetivo: terminar la jornada con una de las cucharas de palo que acreditan el pase a la siguiente fase. Al final, únicamente 15 concursantes pisarán el plató de televisión. Según Esther González, la directora de Casting de Masterchef, Andalucía es una de las regiones donde más gente se ha inscrito para participar en la selección: alrededor de 5.000 personas . De todos ellos, tras pasar varios procesos de selección que incluyen un cuestionario de cocina y varios vídeos de la elaboración de platos, han resultado los aspirantes que han presentado sus platos en Sevilla.

Prueba de emplatado

Los cocineros, cargados con bolsos, neveras y termos, han tenido 20 minutos para emplatar una receta que ya traían preparada. Una vez terminado este tiempo, cuatro culinarios que trabajan en el programa televisivo , entre ellos el cocinero David Marsal, han evaluado los resultados. Los elegidos para pasar a la siguiente fase se enfrentan a una prueba de cocinado, en la que tendrán que improvisar un plato con un ingrediente secreto propuesto por la dirección del casting.

Entre los participantes, expectación, compañerismo y mucha creatividad. Como es el caso de Ana, sevillana, que había elaborado una llamativa cúpula de hielo para proteger su plato y que no se calentase con el paso de las horas. O el de Khalil, que había decidido presentar un paté casero con mermelada y que vestía un delantal de Darth Vader. «A ver si el Lado Oscuro me da suerte», bromeaba.

Más nivel que las ediciones anteriores

Aunque muchos de los concursantes eran sevillanos, también los había de otros puntos de Andalucía e, incluso, de Extremadura. Patricia, de un pueblo de Badajoz, había hecho una de sus especialidades, carrillera, y contaba que cocinar es su afición desde niña : «cuando era pequeña mi madre me daba un huevo y harina para jugar, nada de muñecos», explicaba.

Y es que eran muchos los que reconocen que el amor por la cocina les viene de familia. Daniel se ha presentado al concurso con los «calamares rellenos de su abuela», la que le enseñó las mejores recetas. Delante suyo, en las largas mesas preparadas para el emplatado, estaban Juan y Vanesa, padre e hija. «Yo me he dedicado toda la vida a la construcción , hasta que las cosas empezaron a ponerse peores y descubrí que me gusta mucho cocinar y que no se me da mal», explica Juan. Su hija sonríe, y enseña con orgullo su plato, de origen italiano y compuesto por unas bolas de arroz rellenas y «por supuesto, aceite de mi tierra, de Huelva».

Aunque todos estaban muy orgullosos de su receta, eran muchos los que miraban a sus compañeros con asombro. «Aquí hay mucho nivel», repetían. Algo en lo que está de acuerdo la directora de Casting, Esther, que reconoce que la calidad de los platos y la maestría de los participantes «ha ido subiendo con cada edición del programa». Las cifras también han ido creciendo: 18.000 personas se han inscrito ya en la web de RTVE con la intención de cumplir sus sueño y convertir la cocina en su profesión.

 

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