Los residentes dicen que necesitan protección
Degradación, abandono y malestar en Santa Cruz
Los vecinos del barrio urgen vilgilancia, limpieza, aparcamientos, control sobre las viviendas turísticas y los guías con grupos
Santa Cruz han dado la voz de alarma . El turismo está cambiando sus vidas y la fisonomía de la zona. Las tiendas de toda la vida han desaparecido y han dado paso a bares, restaurantes, hoteles y comercios para los turistas. Pero los residentes siguen allí. Viviendo y pagando impuestos «y también tenemos derecho a que nos protegan », dice María José del Rey Guanter, presidenta de la asociación de vecinos Amigos del Barrio Santa Cruz.
Afirma que «el Ayuntamiento sigue promocionando Sevilla, lo cual nos parece muy bien porque el turismo es un bien económico para la ciudad, pero es su obligación proteger al residente y dotar a este barrio de más servicios e intervenciones para que el desgaste permanente que está soportando no altere el día a día, para que no presente una imagen de la ciudad no deseable».
Limpieza constante y a fondo con reposición de pavimentos deteriorados y jardinería en las plazas de Santa Cruz, Refinadores, Doña Elvira y Triunfo, eliminación de barreras arquitectónicas, la policía de barrio tan demandada por los vecinos desde hace años, vigilancia en los Jardines de Murillo y aparcamintos en la periferia del barrio para coches, motos y bicicletas, son las necesidades más urgentes «porque queremos seguir viviendo aquí, queremos un barrio vivo y que se nos respete».
Del Rey Guanter sostiene que «no podemos sentirnos avasallados por los grupos de visistantes que, a veces, impiden transitar por las calles y ser atropellados por un patinete o grupos de ciclistas por callejones estrechos» y que la única manera de resolver todo esto es con vigilancia policial». Otra cuestión que resalta es que las personas mayores están aisladas porque no hay autobuses y necesitan que las recojan y lleven a sus casas los familiares «algo de lo que en la actualidad no hay garantías debido a los controles policiales que hay para acceder al barrio».
«Nos duele que nuestro barrio no esté en condiciones para el turismo, que es un bien económico para la ciudad»
Los residentes quieren seguir teniendo un barrio vivo con sus dos colegios, otras tantas guarderías y parroquias, escuelas de idiomas, galerías de arte, la academia de Bellas Artes, la de Buenas Letras y la de Medicina; varios consulados, 5 conventos y una líder vecinal como María José del Rey Guanter que lleva 12 años trabajando «porque nos duele que el barrio presente una mala imagen de la ciudad y no podemos hacer más que colaborar con el Ayuntamiento y cuidar nuestras casas, patios y balcones que, además de los monumentos es lo que quieren ver los visitantes y los sevillanos».
Pero además de todo esto hay tres cuestiones que no solo ocupan a los residentes sino que también les preocupan, y cada día más. Se trata de los apartamentos turísticos, los coches de caballos y los grupos con sus guías.
En cuanto a los apartamentos turísticos «independientemente de que damos por hecho que están legalizados hay tres cuestiones que afectan directamente al residente como son los ruidos, la basura y la ropa que tienden en los balcones».
«Es necesario y urgente, para evitar lo que está pasando en otras ciudades, que el Ayuntamiento vaya por delante de los acontecimientos y no que, a posteriori, tome medidas precipitadas e incorrectas»
«En las viviendas que se comparten y colindan con domicilios de residentes —dice— los ruidos, gritos y fiestas no se pueden tolera r. Es necesario que la policía acuda inmediatamente ante la llamada de un residente. También hay que facilitarles los horarios y puntos de recogida de bsaura y sin son insuficientes que el Ayuntamiento ponga más medios y sanciones a quien incumpla para evitar ver bolsas de basura en cualquier lugar y hora. Repecto de la ropa tendida en los balcones... es un verdadero espectáculo. Habría que sancionar también a quienes incumplan».
Los excrementos que dejan los caballos de los coches que pasean a los turistas también traen por la calle de la Amargura a los vecinos.
« Los caballos, actualmente, llevan unas bolsas para recoger sus excrementos pero vemos a diario los pavimentos de nuestras calles con esos restos . Lo que pasa es que, cuando los tienen llenos, algunos cocheros no los vacían en las paradas, los tiran donde les parece y el olor es horroroso», declara. Inpendientemente de eso, cree que los cocheros y caballos no están en buenas condiciones sino que «paran al sol o bajo la lluvia y eso habría que solucionarlo y tampoco entiendo por qué quitaron los servicios públicos frente a Correos ya que este gremio los necesita».
Por último, la líder vecinal del barrio de Santa Cruz pide a los guías que llevan a grupos turísticos que las explicaciones «las den en plazas abiertas y no delante de las ventanas de los residentes», si bien el Ayuntamiento ya estipuló dónde podían darse las charlas.
Cree necesarias unas normas de comportamiento de los grupos que van por calle estrechas y peatonales y pide dispongan de audífonos y no de megáfonos para no molestar.
«También están prohibidas los patinetes en las calles peatonales y hay vecinso que salen de sus caas con miedo a ser atroellados. Y no digamos las representaciones teatrales, que tenemos a todas horas acualquier personaje vociferando. Ahora tocará Magallanes», termina.