Prisión permanente revisable
La defensa del acusado de matar a su bebé señala a los servicios sociales y al Virgen Macarena como culpables
El padre niega haberle dado un golpe a su hijo, ni siquiera «sin querer»
La Audiencia de Sevilla ha acogido este martes el inicio del juicio con jurado contra una pareja de jóvenes, que vivían de «okupa» en un piso de la barriada de El Cerezo , por la muerte de su bebé de seis meses en junio de 2016 después de ingresar en el hospital Virgen Macarena en estado muy grave, con signos evidentes de desnutrición y lesiones de gran relevancia, características del denominado « síndrome del niño sacudido » en el contexto característico de un maltrato infantil.
B.S.R.G., el padre, que se enfrenta a prisión permanente revisable por el asesinato del niño, ha asegurado que no propinó golpe alguno al niño que le pudiera causar la muerte, ni siquiera «sin querer». «Pienso que si está ahí -el golpe- es que pasó, pero yo no he sido . Tuvo que ser alguien», ha añadido durante su interroagorio, donde ha insistido en que llevó a su hijo al hospital el 12 de junio porque se había atragantado tomando el biberón. Los pediatras no descubrieron la fractura craneal hasta pasadas unas horas.
Antes de que se diera paso a los interrogatorios del padre y la madre, R.F.G., quien está acusada de maltrato y abandono del hogar por lo que la Fiscalía le pide un año y medio de cárcel, el abogado del acusado señaló al hospital Virgen Macarena y a los servicios sociales autonómicos como «los primeros y graves causantes» de esta muerte. «Cómo el hospital se atrevió a entregar a un neonato a estos padres, sin vivienda, sin educación ni preparación para atender a este bebé».
La madre, con antecedentes penales por el robo de un móvil y víctima de graves delitos contra su libertad sexual cuando era pequeña por parte de su padre, ha defendido la actitud y comportamiento de la que fuera su pareja con el bebé, afirmando que nunca le vió maltratando al niño .
Los hechos, según el instructor
El bebé nació de forma prematura en diciembre de 2016, pesando poco más de un kilo, lo que motivó que quedara ingresado en la UCI Neonatal del citado centro hospitalario hasta marzo de 2017. En este periodo estuvo «perfectamente asistido» por los sanitarios, frente al «desprecio» a sus deberes de los progenitores , que actualmente cuentan con 21 años de edad, según recogía el juez instructor en su auto de apertura de juicio oral. Éstos mostraron «total despreocupación» por las enfermedades y la recuperación del recién nacido, sin acudir a las visitas médicas, siendo este uno de los principales abordados en la sesión de hoy y que, incluso, ha provocado que el padre dejara de responder a las preguntas de la Fiscalía.
Posteriormente, los padres mostraron una actitud más colaboradora con los sanitarios, atendiendo toda las peticiones médicas. Esto provocó los trabajadores sociales bajaran el nivel del alarma, si bien fue cursada la notificación de maltrato a los Servicios Sociales el 11 de abril.
En tal contexto de abandono y violencia intrafamiliar, el 12 de junio , estando sólo el padre con el bebé «habría aprovechado entonces para agredir a su hijo, con ánimo de causarle la muerte o, al menos, sin importarle que tal fatal desenlace aconteciera, apretándole con fuerza su cabeza, y golpeándola violentamente contra una superficie lisa y dura, al tiempo que lo zarandeaba».
Al poco tiempo, según relata el juez, llegó al domicilio una amiga de la pareja, quien sin saber lo que había ocurrido y ante la posibilidad de que el niño se hubiera atragantado, como manifestaba el padre, le auxilió y se desplazó al hospital. El pronóstico vital del menor era grave con posibilidades de muerte . Finalmente falleció pocos días más tarde, el 17 de junio en la UCI de Pediatría del Macarena. Por entonces los padres ya estaban detenidos.
La Fiscalía, cabe recordar, también acusaba inicialmente a la madre del asesinato del bebé por omisión, si bien, retiró esta acusación en el transcurso de la instrucción al comprobarse que ella no estaba en su casa cuando supuestamente ocurrió la agresión al pequeño.
Jóvenes marginales
En sus alegaciones previas, la fiscal Teresa Sánchez ha acusado que el bebé sufrió «una violencia extrema », descartando que en este caso exista «un accidente». «Es el típico caso de libro de muerte con alevosía por indefensión de la víctima ». El acusado tenía la «mínima inteligencia y sentido común para saber que un golpe al bebé podía darle muerte».
La Fiscalía, como así también han señalado las defensas, ha indicado que los acusados se movían en la marginalidad . Eran «jóvenes, no tenían trabajo, ella fue víctima de graves delitos en su infancia y fue ingresada en un centro de menores». Si bien, para el Ministerio Público, esto n o es una atenuante para evitar la acusación del maltrato al bebé, porque los ciudados a los niños es «algo común».
Por su parte, el abogado de B.S.R.G. Juan Isidro Fernández, ha descargado toda responsabilidad en la muerte del bebé en el hospital y en los servicios sociales de la Junta de Andalucía por entregar a estos padres, «sin preparación», un bebé «absolutamente enfermo, prematuro y con lesionescomo una perforación instentinal causada por los sanitarios». «Los médicos no debieron entregar al bebé en ningún momento». Ni los sanitarios ni los servicios sociales «aparecieron alguna vez por su casa».
«Yo lo trataba con cariño y amor», ha reconocido el padre
«No negamos que se pudiera producir un golpe, pero no hay prueba de que fuera el padre», apuntando la posibilidad de que fuera una amiga de la pareja que bajó al bebé en brazos por la escalera del bloque para ayudar al acusado a llevarlo al hospital, mientras el padre se vestía. A esta testigo, esta defensa la quiso imputar.
«Pueden ser unos padres desgraciados, pero no malas personas , ni un asesino», ha afirmado el letrado, que ha recordado que los primeros sanitarios que atienden al bebé extraen leche de la nariz y la traquea. Tampoco hay pruebas del supuesto maltrato , que la Fiscalía apunta a un episodio aislado en el que el padre estaba dando el biberón al menor y por la fuerza empleada en los masajes que le daba para que succionara le hizo dos marcas en la mandíbula.
La defensa de la madre, que ejerce la abogada Marta Aguilar, ha subrayado que la actuación de su clienta, que nunca participó en los hechos que se juzgan , siempre fue encaminada a darle los mayores cuidados a su bebé. Se metieron «okupa» en un piso para darle un techo a su hijo y lo buscaron todo. Ha admitido que su cliente faltó a las citas médicas con el bebé, pero rechaza que tuviera desprecio por los cuidados a su hijo. Las citaciones fueron enviadas a la casa de la hermana de la acusada, con la que mantenía una mala relación y que supuestamente le daba cuando ya habían pasado.
Deja de contestar a la fiscal
El interrogatorio del padre del bebé, que está en prisión preventiva, ha estado marcado por el enfrentamiento con la fiscal por el asunto de las citaciones, lo que ha llevado al acusado a dejar de responderle. A preguntas de su defensa, ha asegurado que nunca le dio un golpe al niño, ni siquiere «sin querer». « Yo lo trataba con amor y cariño ». Con 18 años «vivía en una pompa, con una mujer, un piso y un bebé, sólo quería ser feliz», ha admitido.
La madre, por su parte, ha explicado que un trabajador social del hospital,con el que habló en varias ocasiones, estaba al tanto de toda su situación personal y familiar. Además, ha recordado que dejó tres teléfonos en el hospital para que la llamaran en caso de que a su hijo le pasara algo mientras estaba en la UCI.
Ella ha asegurado que sí acudió a las citas en el hospital, no haciéndolo a las del centro de salud porque no le gustaba el pediatra. Ha negado que fumaran porros delante el niño. Además, ha indicado que cuando le entregaron a su bebé este trabajador social le dijo que su hijo estaba «perfecto» , como si hubiese nacido con nueve meses, tras el periodo ingresado en una incubadora. «Nadie me dijo nada de la gravedad que presentaba el bebé».
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