¿Cuál es el origen real de la Velá de Triana?

Una de las figuras más relevantes fue el concejal Manuel Garrido que introdujo la cucaña

Jóvenes compitiendo en la cucaña a orillas del Guadalquivir ABC

Antonio Periáñex

A estas alturas del verano, media Sevilla y todo el barrio de Triana se prepara para disfrutar un año más de la Velá de Santa Ana . La fiesta por excelencia en la capital durante el periodo estival se ha convertido con los siglos en una cita ineludible. ¿Pero cuál es el origen de esta fiesta que une lo popular y el culto a la patrona?

Hay que remontarse hasta mediados del siglo XIII, cuando Sevilla vuelve a ser cristiana y el rey Alfonso X es tocado por la mano de la virgen de Santa Ana, que le cura de un mal de ojos. En señal de agradecimiento, se ordena la construcción de un templo en Triana en honor a Santa Ana. Las obras se inician en 1.266 .

A partir de entonces, en la víspera de la patrona de Triana, el 26 de julio , los vecinos del barrio y parte de Sevilla se acercaban hasta la iglesia de Santa para velar a la virgen toda la noche. Y esas vísperas fueron adquiriendo un tono más festivo, acompañadas por el cante y el baile a las puertas de las casas.

« El abad Gordillo, en un libro que tituló Religiosas estaciones que frecuenta la religiosidad sevillana, comenta como una de las romerías o estaciones que había en Sevilla con más raigambre era precisamente la de Santa Ana. Donde confluían no solo las gentes que vivían en Triana, sino las gentes de la propia ciudad de Sevilla, que tenían que cruzar entonces el puente de barcas, para venir a postrarse a los pies de Santa Ana, que ya entonces tenía fama de milagrosa» explica a ABC Amparo Rodríguez, archivera de la paroquia de Santa Ana .

Una fiesta unida al río

La velá se vivía en el templo, en sus alrededores, y sobre todo en el río. De hecho, durante siglos, el Guadalquivir fue el escenario donde se desarrollaron las principales actividades de la velá.

« El origen lúdico y festivo de la velá está en los jóvenes que venían al río . Mientras los padres visitaban a la Virgen, como la iglesia permanecía abierta toda la noche, pues se sentaban en los portales a charlar y comían y bebían. Entonces claro, los jóvenes no se quedaban allí, venían a la orilla del río, aquí organizaban sus fiestas, se bañaban. Y luego con el tiempo, todo el mundo venía al río porque es donde mejor se está» dice Ángel Vela, escritor y cronista del barrio de Triana .

Poco se conoce de las primeras velás. Tan sólo el testimonio escrito de los libros de la parroquia de Santa Ana, que dejaban constancia del estado de la tesorería cuando llegaba el verano.

Según la archivera de Santa Ana, « en el archivo parroquial, las noticias de la velá se sacan indirectamente porque lógicamente, en la parroquia lo que se contabiliza o lo que se asienta, es lo referido a la función religiosa . Pero esa función religiosa, como en la Edad Media y en el Antiguo Régimen, conlleva también una parte lúdica, y la parte lúdica haría referencia exactamente a lo que estamos hablando, a estos bailes, a estas comidas, y a estos cantes que esta gente hacía».

Incluso llego a tener su propio coro musical, que recitaba coplillas para el deleite de los fieles durante estas fiestas. Amparo Rodríguez afirma que hasta llegaron a imprimirse estas coplas y repartirlar entre los vecinos. Sin embargo, esos valiosos documentos históricos se conservan lejos de Sevilla. Hay que visitar la Biblioteca Británica para leerlos, o cantarlo.

El origen de la Velá moderna

Se puede decir que la velá moderna, tal y como la conocemos hoy, tiene apenas un siglo de historia. Y en buena medida se debe a la implicación personal Manuel Garrido Pérez, teniente de alcalde del Ayuntamiento a principios del siglo XX .

«Manuel Garrido Pérez, tan importante que la calle San Jacinto llevó su nombre durante 20 años, … es el hombre que trae la cucaña. La cucaña no es tan antigua en la velá como se suele pensar, sino que tiene poco más de un siglo. Y la primera vez que entra la cucaña en el programa de las fiestas es en 1910, Luego ya apartir del 16 no falla ninguna » apunta Ángel Vela.

Pero años más tarde, el estallido de la Guerra Civil, y la posguerra, dejaron a Triana sin su velá durante una década. Más tarde, el culto y la fiesta volvió a la calle. Y en 1980 se abre la fiesta con el primer pregón, que corrió a cargo del entonces delegado de Cultura del Ayuntamiento, José Luis Ortiz Nuevo .

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