Sevilla dispondrá de 12 millones en 2021 para rescatar su turismo

La capital andaluza va a echar el resto cuando se supere la crisis sanitaria a causa de la pandemia de coronavirus Covid-19 para rescatar el que es uno de sus mayores activos financieros, el turismo. Si hasta febrero este sector sumaba ya cuatro años pulverizando sus mejores registros históricos (se ha llegado a 3,1 millones de viajeros y 6,7 millones de pernoctaciones al año en la ciudad), los datos del año en curso van a ser simplemente desastrosos. Para recuperar el tono poco a poco una vez se vuelva a cierta normalidad, Sevilla va a poder disponer desde que arranque 2021 hasta de 12 millones de euros para campañas y acciones de promoción que ayuden a que la marca se restablezca. Ese es el resultado de sumar las financiaciones de los tres planes en los que se va a apoyar el turismo sevillano dentro de unos meses.

El esencial es el Plan Turístico de Sevilla 2021-2024 , presentado este jueves y que estará cofinanciado al 50% por la Junta de Andalucía con una dotación de 5 millones de euros . Queda aún que la Administración andaluza le dé su consentimiento definitivo para que pueda acogerse a la financiación autonómica prevista en los Planes Turísticos de Grandes Ciudades. El de la capital hispalense, a cuyo borrador ha tenido acceso ABC, incide especialmente en diversificar su oferta turística con nuevos productos que hacen hincapié en el patrimonio, la cultura, la calidad y la innovación, así como el famoso anhelo de «ampliar el espacio geográfico de la afluencia de visitantes» hacia otras zonas más alejadas del núcleo monumental tradicional o incluso a otros barrios distintos al Casco Antiguo. Todo ello reforzaría la sostenibilidad y la competitividad del destino, que va a ser la clave parta mantenerse en los próximos años.

El documento se estructura en seis objetivos generales : la puesta en valor y uso de recursos turísticos; la adecuación del medio urbano al uso turístico «impulsando la accesibilidad universal» al que se destinarán 300.000 euros; el aumento de la calidad de los servicios turísticos; la mejora del producto turístico existente y la creación de nuevos productos basados en la explotación innovadora de los recursos turísticos; la sensibilización e implicación de la población y agentes locales en «una cultura de calidad turística»; y el fortalecimiento de la competitividad del sector local. El conjunto de las medidas se alinean, asimismo, con las directrices del Plan Estratégico Sevilla 2030.

Dentro de todo ello, tendrá un peso enorme la recuperación del patrimonio histórico que aún no está en «el escaparate» de la ciudad y que, a su vez, contribuya a redirigir los flujos turísticos desde el Centro hacia otras zonas de interés , entre ellas Triana y la zona norte del Casco Histórico (Muralla de la Macarena, Parlamento de Andalucía...), aspecto al que se va a destinar la quinta parte del dinero. Se buscará realzar y redirigir a los turistas a zonas que también tienen un importante potencial turístico y que no están suficientemente ubicadas en la agenda del visitante. Entre junio y octubre se elaborará el documento definitivo y en noviembre se aprobará este plan por parte de la Consejería de Turismo, según el cronograma previsto.

Además del Plan Turístico, el Ayuntamiento en sí también prepara un potente plan de choque para rescatar al sector a partir del próximo otoño que gestionará Turismo de Sevilla y que va a contar con dos millones de inversión para promocionar una «nueva marca Sevilla» que «logre transmitir confianza y seguridad», dos conceptos que se van a ver muy erosionados durante este año por la pandemia. El gobierno de Juan Espadas prepara ya, de hecho, las primeras reuniones específicas para relanzar este plan con el sector desde la semana que viene.

A esos siete millones de euros se esperan sumar casi con total seguridad otros cinco del proyecto UIA de financiación europea al 80% (el Ayuntamiento abonaría el 20% restante) para el desarrollo de digitalización e innovación en el destino, al que pretende sumarse Sevilla para alcanzar cotas de financiación impensables hasta ahora con las que afrontar la crisis aguda.