Crisis del coronavirus en Sevilla
El cierre de bares por el coronavirus provoca una caída del 11% del consumo del agua en Sevilla
Pese a subir un 15% el consumo doméstico por el confinamiento, el descenso estrepitoso del no doméstico descuadra la cuenta de Emasesa, que ha perdido 10 millones en mes y medio
La crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus Covid-19 está dejando tras de sí no sólo el rastro de fallecidos, contagiados y hospitales llenos sino un segundo golpe que está afectando directamente a la economía, como era de esperar. La caída de las cifras habituales en casi todos los ámbitos incide en las empresas, tanto en las privadas como en las públicas. Un ejemplo más que ilustrativo puede observarse en varias de las compañías del Ayuntamiento de Sevilla , donde la caída de ingresos está siendo muy fuerte en estas semanas bajo el estado de alarma decretado por el Gobierno central de Pedro Sánchez . El gabinete local del también socialista Juan Espadas ha puesto ya sobre la mesa el problema que padece la empresa municipal de transportes, Tussam, con una bajada de viajeros que roza el 90%, por lo que espera ayudas directas del Ejecutivo nacional, pero otra compañía está padeciendo de manera intensa ese descenso de los registros de consumo: la empresa metropolitana de aguas, Emasesa , acostumbrada a ser la joya de la corona.
Desde la declaración del estado de alarma el 14 de marzo y la entrada en la fase más dura de la crisis sanitaria, el consumo de agua de Emasesa con carácter general se ha reducido ya un 11% , especialmente por la caída del consumo no doméstico; esto es, los bares, principalmente, pero también los hoteles, apartamentos turísticos, comercios e industria, que también han estado cerrados hasta ahora o tuvieron que parar en las semanas de medidas más severas, en el caso del sector industrial. En los domicilios particulares, el consumo de agua ha subido en torno al 15% en estas fechas, como era de esperar por ese encierro obligatorio para evitar contagios, pero el peso de los establecimientos de hostelería en Sevilla es enorme y ha quedado ya bien reflejado en esa caída de consumo de agua, que está muy por encima de lo que ha subido ese suministro en los hogares. Este descenso en el consumo de bares, hoteles, comercios e industrias ronda hasta la fecha el 45% con respecto a los indicadores de años anteriores, según las primeras estimaciones, que no están del todo cerradas aún en esta faceta concreta. El dato ha estado amortiguado por el mantenimiento de las actividades esenciales, la menor duración del cierre en lo que atañe a las industrias y el crecimiento en el uso de agua para riego y, sobre todo, para la desinfección de calles por parte de la empresa municipal de limpieza, Lipasam, pero, con todo, supone un fuerte varapalo en lo económico, pues de esos recibos del sector de los servicios y del industrial proceden buena parte de los ingresos de la compañía en lo que a suministros se refiere.
Según confirman a ABC fuentes municipales, la bajada del 11% acumulada hasta ahora en el consumo de agua supone ya una pérdida de ingresos por encima de los 10 millones de euros respecto a lo previsto para este ejercicio del año 2020. La previsión más optimista de Emasesa es que hasta fin de año se roce el 14% de caída global -teniendo en cuenta que en unos días van a comenzar a abrir paulatinamente los bares-, lo que conllevará que las pérdidas del año se acerquen a los 15 millones de euros en comparación con la previsión de ingresos marcada en los presupuestos anuales. Se trata de un revés muy importante para la compañía metropolitana, que en el mejor de los casos va a sufrir esa merma de 15 millones.
La compañía ya ha trasladado un escrito a todos los estamentos de la misma y a los sindicatos que representan a sus empleados para hacerles ver cuál es la situación real en estos momentos y tras siete semanas de estado de alarma e ingresos excepcionalmente bajos, haciendo ver en su comunicado interno que se va a desarrollar un plan de contención de gastos y recortes en algunas cuestiones que esta sociedad pública considera «no esenciales» en estos momentos. Esa posición de Emasesa «no conlleva ni va a conllevar», según aseguran, recortes en los salarios de los trabajadores ni tampoco un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), algo de lo que alertaban las centrales sindicales, sino sencillamente un «estudio de qué gastos pueden no ser en estos momentos básicos» para eliminarlos y rebajar partidas presupuestarias en concordancia con esa reducción drástica de los ingresos por consumo.
Ayuda bancaria
Ante esta tesitura adversa, la empresa ha aprobado ya, de hecho, un plan de reducción de gastos que incluye la solicitud de un crédito de 15 millones de euros para afrontar gastos corrientes ante la reducción drástica de los ingresos. Que no se van a compensar ni siquiera con la aprobada subida del 7% en los recibos del agua a las familias y del 8% al consumo no doméstico , actualizaciones ya incluidas en las ordenanzas y con las que se pretende hacer frente a las obligadas mejoras en varias infraestructuras a las que obligan las autoridades para eludir sanciones por vertidos y problemas de depuración. Pese a la subida de tarifas, Emasesa va a pedir ese préstamo de 15 millones a los bancos.
Desde el Ayuntamiento apuntan no sólo la necesidad de solicitar ese préstamo a las entidades financieras sino la de mantener las tarifas aprobadas para acometer las nuevas infraestructuras que reclaman las exigencias medioambientales y también con el «objetivo fundamental de poder hacer frente a las políticas sociales que se van a incrementar sensiblemente en los próximos meses, así como para poder ejecutar el programa de inversiones críticas, de emergencia y de interés general necesarias para el mantenimiento del servicio y para la reactivación económica». «La revisión de los precios públicos del agua aprobada por el pleno incorpora también la creación del bono social de Emasesa, que establece un sistema más flexible, amplio y con mayor alcance de ayudas sociales que va a suponer un incremento del presupuesto destinado a los programas sociales y que un mayor número de hogares tengan tarifas bonificadas y ajustadas a su nivel de ingresos», se indica.
En este sentido, desde Emasesa destacan los 4,5 millones que se han destinado ya a ayudas sociales «para garantizar que no haya cortes de suministro y aplazamientos a autónomos y empresas». «Con este presupuesto social -se apunta-, se garantiza el suministro a las familias más vulnerables y los aplazamientos en próximas facturas correspondientes al periodo del decreto de alarma para empresas y autónomos que hayan tenido que cerrar. De este modo, tal y como se viene haciendo desde hace años, se protege el agua como derecho humano y como servicio esencial, especialmente en estos momentos en los que de la disponibilidad del agua depende que la población pueda cumplir las recomendaciones sanitarias de higiene con las que frenar al virus».
Por otro lado, se subraya desde el Ayuntamiento hispalense la «decisión de mantener inversiones de emergencia y críticas, así como de mejora de la red y lucha contra el cambio climático. El criterio es que parar la inversión supondría dañar aún más la actividad económica y el empleo, de ahí que se vayan a mantener las previstas a pesar de la situación». Se señala, de hecho, que en estos momentos están sobre la mesa 20 millones de euros «en marcha para proyectos e inversiones fundamentales para el mantenimiento de las redes, el cumplimiento de los índices de calidad del agua y la contribución a la lucha contra el cambio climático», y se trabaja en una reprogramación de toda la inversión para mantener ese nivel.
La empresa metropolitana «está trabajando en un plan de reactivación de las inversiones planificadas, con fases y escenarios previstos de recuperación progresiva de aquellos proyectos que quedaron paralizados como consecuencia del primer decreto de estado de alarma». La ejecución de esas «actuaciones críticas» se retomará, se asegura, una vez la normativa lo permita y cumpliendo con las recomendaciones de prevención para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores de la empresa, para lo que «es necesario que la empresa cuente con los recursos e ingresos suficientes para la ejecución de esos proyectos».
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