Tribunales
El crimen del gestor de Rochelambert: una deuda mortal de 5.000 euros
La Policía supo a través de un mensaje de texto que recibió la víctima que le debía dinero a su asesino
![El principal acusado durante el registro en su vivienda donde supuestamente mató a su gestor](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2018/09/26/s/detenidos-rochelambert-kVFE--1248x698@abc-Home.jpg)
El crimen del gestor de Rochelambert tuvo una causa exclusivamente económica. La víctima, Joaquín Gómez , le debía dinero al gerente de una tienda de motos para quien trabajaba en la tramitación de expedientes de tráfico. En concreto, una deuda de 5.000 euros es la cantidad que le reclamaba Félix A. P. poco antes de que la víctima desapareciera para siempre el 5 de julio de 2016.
Esa información la obtuvo la Policía Nacional después de entrevistarse con la persona que había comprado uno de los teléfonos móviles de la víctima en el mercado negro. «Al encender el terminal para comprobar que funcionaba, se encontró un mensaje de un tal Félix que le pedía esa cantidad al anterior dueño del teléfono, el fallecido». Así lo ha relatado este miércoles uno de los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional que ha testificado en el juicio que se viene celebrando en la Audiencia Provincial .
En la sesión de este miércoles se ha arrojado luz a la causa del asesinato y se ha reforzado la estrategia de las acusaciones, que piden entre 36 y 39 años y medio para los tres procesados por secuestrar a la víctima, torturarla y acabar matándola. El ADN se ha encargado de cimentar sus argumentos.
El ADN del fallecido apareció en el baño de la vivienda del principal acusado y en un hacha que entregó voluntariamente otro de los procesados
El principal acusado ya confesó haber acabado con su gestor pero aseguró que había sido un accidente durante una pelea. Félix A. P. afirmó en sala que el finado era el cabecilla de una banda de nigerianos que se dedicaba a timar mediante billetes falsificados y que le habían quitado 15.000 euros. El procesado declaró que poco antes de estallar la discusión le había pedido a la víctima que hablara con sus compinches.
El finado tenía dos teléfonos móviles que uno de los acusados presuntamente vendió en Los Pajaritos después de cometer el crimen e intentar sacar algo de dinero de las pertenencias del difunto. La Policía localizó al comprador quien le confirmó el mensaje donde Félix A. P. le reclamaba 5.000 euros a Joaquín Gómez. Algo que no contó en su declaración del primer día.
El ADN fue otra de las piezas relevantes en una sesión de trámite. La Policía encontró el perfil biológico de la víctima en el baño de la vivienda del principal acusado, donde supuestamente lo mataron, y en un hacha que había escondido en su piso el procesado Manuel B. V., quien admitió durante la instrucción que había ayudado en hacer desaparecer el cadáver. Este acusado llevó voluntariamente a los agentes hasta el arma y así pudieron rescatarla.
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