Universidad

El Covid-19 marcará el curso más novedoso de la historia de la Universidad de Sevilla

La Hispalense comienza este lunes el curso con grupos reducidos, turnos y cámaras en las aulas

Fachada de la Universidad de Sevilla Vanessa Gómez

Mercedes Benítez

Las aulas de la Universidad de Sevilla volverán a abrirse hoy . Será la «prueba de fuego» para la más voluminosa y veterana de las universidades sevillanas. Una institución que acoge a 53.000 estudiantes de grados, máster y doctorado, (que podrían llegar hasta 60.000 cuando acabe el proceso de matriculación según los cálculos del rectorado) y que estarán repartidos por los campus de la antigua Fábrica de Tabacos, Pirotecnia, Reina Mercedes y la Cartuja.

Es el momento más esperado para muchos alumnos tras meses de clases virtuales y exámenes «on line». Casi siete meses después de que el estado de alarma obligara a cerrar todas las facultades y escuelas, hoy comienza oficialmente un nuevo curso marcado por los estrictos protocolos sanitarios que obligarán a poner en marcha un modelo totalmente novedoso y distinto a lo que se conocía hasta ahora entre los universitarios.

Un curso totalmente diferente para profesores, alumnos y hasta para el propio equipo de gobierno que ha tenido que organizarlo todo a contrarreloj siguiendo las instrucciones sanitarias que también han ido cambiando en función de la situación de la epidemia.

Subgrupos

Será un período (al menos mientras dure la situación sanitaria) en el que los estudiantes combinarán las clases presenciales con las clases virtuales y tendrán que acostumbrarse a ir a las aulas no sólo con mascarillas, gel hidroalcohólico e incluso una bayeta para desinfectar los espacios, sino también a hacer turnos para acudir al campus. Porque la mayoría de centros (a excepción de algunas como laEscuela de Ingeniería de la Edificación en los que todos los estudiantes estarán a diario en clase) han decidido organizar subgrupos para garantizar las distancias de seguridad . De manera que, en función de la capacidad de las aulas, habrá clases con la mitad del alumnado, un tercio o incluso un cuarto. E irán a clase los días que les asigne cada centro.

Eso supone que el resto del tiempo tendrán que seguir utilizando los ordenadores portátiles para las clases virtuales y que, en algunos casos, también seguirán haciendo algunos exámenes parciales on line además de los presenciales.

También tendrán que acostumbrarse al registro de la «trazabilidad» de los estudiantes, un control que podrá hacerse por el modelo clásico de una hoja de papel o con la modalidad del código QR en el móvil. Y será también muy distinto para los profesores que, después de los meses de confinamiento, tendrán que adaptarse al sistema de cámaras que ha instalado la Universidad de Sevilla, 665 aparatos que se están instalando en las aulas. Con ellas los docentes podrán dar la clase en «streaming» en tiempo real.

El rector, Miguel Ángel Castro, afirma que cuando todo pase «será una universidad presencial y digital que sacará mayor provecho a las nuevas tecnologías»

De manera que, mientras una parte del alumnado sigue la clase desde el aula, el resto podrá verlo a través de esas cámaras colgadas de los techos y algunas de ellas con un sistema panorámico que sigue el movimiento del profesor. Es un sistema que no ha gustado a algunos docentes y que, de hecho, provocó cierto malestar entre el profesorado. Pero será un modelo al que tendrán que acostumbrarse porque, como dijo el rector, Miguel Ángel Castro, «ha venido para quedarse» , aún cuando pase la crisis sanitaria.

Con todo, Castro considera que va ser un curso «muy novedoso» con unas circunstancias «imprevisibles en su desarrollo», pero que a la vez va a demostrar «el aprendizaje» que se ha llevado a cabo durante el confinamiento , seis meses en los que el profesorado también ha tenido que adaptarse a las clases virtuales y a los exámenes «on line».

Un curso en el que, a juicio del rector, «se va a poner de manifiesto la responsabilidad, la sensatez y prudencia del sistema universitario». Aunque Castro tiene claro que es necesario volver a las aulas, también cree que los nuevos elementos digitales permanecerán aunque pase la pandemia. De hecho, desde el rectorado recalcan la parte positiva que saldrá de esta situación sanitaria. «Cuando todo pase será una universidad presencial y digital que sacará mayor provecho a las nuevas tecnologías» . En este sentido, Castro admite que, si no fuera por la pandemia no se habría avanzado tanto en el uso de estas tecnologías que ya se utilizan para reuniones y otros temas de formar generalizada. «Las personas volverán a las aulas pero seguiremos empleando los medios telemáticos», dijo. Está claro que el Covid-19 ha cambiado la universidad.

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