LOS REMEDIOS
«Costa Feria» o la botellona sin control cincuenta semanas al año
Los vecinos piden que la echen del real, lo vallen y hagan aparcamientos
Los vecinos de Los Remedios ya han pedido cita al Distrito para entrevistarse con sus responsables y trasladarles los problemas que sufren en el barrio y las reivindicaciones que tienen al respecto. La primera de ellas es vallar el recinto ferial y acondicionarlo para aparcamiento público rotatorio bajo el control de una empresa y no de los «gorrillas» y así, de camino, se solucionaba el otro gran problema: la botellona.
Esta práctica habitual en Sevilla, a pesar de la ley que la prohibe, campa a sus anchas en Los Remedios, en la denominada «Costa Feria» -espacios del real y adyacentes- de día y de noche, los fines de semana y días laborables, protagonizada por jóvenes del barrio y de las afueras.
«El denominador común es que molesta a los residentes y que la Policía Local no acude cuando la llaman», dice el presidente de la asociación de vecinos del barrio, José María Cañizares .
Recuerda que la Ley 7/2006, de 24 de octubre, sobre potestades administrativas en materia de determinadas actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios de Andalucía (Ley Antibotellón), apenas se cumple en Sevilla, «toda vez que la Policía Local, habitualmente, se inhibe cuando los vecinos llaman» y que, «dada la permisividad con la botellona en la calle de las sucesivas corporaciones municipales, el problema que para los vecinos plantea esta práctica y los coches discoteca ha ido a más».
Relata que en Los Remedios, tradicionalmente, a lo largo del año hay dos épocas. Una es el inmenso botellón que se extiende por los alrededores del recinto ferial durante la semana larga de Feria, que en este caso tiene una ubicación variable «en función de dónde la Policía Local haga presencia».
La segunda se corresponde con las cincuenta semanas restantes del año y se ubica en una franja muy concreta de los terrenos que ocupan las casetas. Es la llamada «Costa Feria» que comprende Presidente Adolfo Suárez (junto al Mercantil y el Náutico), Flota de Indias y Alfredo Kraus. Concretamente, el polígono que forman las calles Antonio Bienvenida, Rafael el Gallo, Ignacio Sánchez Mejías y Manolo Vázquez, por un lado y Espartero, Gitanillo de Triana y Antonio Bienvenida, por otro.
«Es un espacio que el Ayuntamiento no cierra y lo mismo se instalan y acampan indigentes durmiendo al raso o furgonetas y caravanas de todos los estilos, por lo que las condiciones higiénicas son inexistentes. Es muy común ver ratas devorando los restos orgánicos de la basura que dejan.
Además, los gorrillas dominan esta zona y llenan el suelo de restos de puntillas, tornillos, maderas, plásticos, cables y numerosos restos de vidrio , producto de los cientos de botellas que los asistentes al botellón arrojan contra el suelo», dice Cañizares, sin olvidar «los innumerables agujeros abiertos o mal tapados correspondientes al alcantarillado de las casetas que suponen un peligro añadido, sobre todo de noche donde la iluminación es muy escasa».
La asociación presentó un escrito el pasado 4 de junio ante la Delegación municipal de Movilidad, solicitando el cierre al tráfico , al menos de Gitanillo de Triana, como han hecho en otros años. Pero hasta ahora han obtenido la callada por respuesta.
«El ruido del botellón -continúa el portavoz vecinal- , con gritos, peleas, destrozo de las botellas vacías contra el suelo y la música estridente de los coches discoteca no deja descansar a los vecinos, que se sienten impotentes porque la Policía Local no acude. Nos manifiestan, como excusa, que no tienen suficientes efectivos y que hay temas más urgentes a los que atender».
Pero hay otros focos de botellón que es el que «a diario se refugia junto a las instalaciones de Lipasam y tras la gasolinera de Alfredo Kraus y otro más que está, sobre todo, durante el curso escolar, protagonizado por adolescentes de los colegios de la zona , en el interior del Parque de Los Príncipes, concretamente en su esquina sureste», según el líder vecinal.
Una de las soluciones que plantea la asociación es vallar todo el recinto ferial y acondicionar, provisionalmente, una zona para «caravaning» y otra para aparcamiento rotatorio, con entrada y salida única. Con ello pretenden evitar que el botellón, los coches discoteca y los campistas se instalen sin control . «El control de acceso estaría a cargo de cualquier empresa especializada» y no dejarlo en manos de los gorrillas, apostilla José María Cañizares, que espera se tenga en cuenta en el Ayuntamiento esta propuesta.
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