Corpus en Sevilla

Un Corpus con calles «fantasma» y poco ambiente en Sevilla

El coronavirus ha robado la estampa típica de jornada de celebración religiosa en la ciudad

El escaparate de la librería San Pablo J. M. Serrano

Mercedes Benítez

Día del Corpus Christi más atípico que nunca en Sevilla que, en su jornada festiva, amaneció con las calles vacías pese a que las temperaturas, más bien bajas desde temprano, invitaban al paseo por la ciudad . Con la procesión suspendida por culpa del Covid-19, que ha dejado a Sevilla sin sus fiestas de primavera, la celebración ha sido de lo más anormal.

Atrás queda el recuerdo de otros jueves de Corpus de años anteriores con las calles del centro histórico llenas. Seguramente por el puente (este viernes tampoco es lectivo para los escolares que siguen sus clases «on line») y porqu e Andalucía ha estrenado recientemente la movilidad desde que el día 8 pasó a la fase 3 de la desescalada, lo cierto es que se ha visto muy poca gente.

Unos, los que hayan podido, se habrán marchado a la playa, al campo o simplemente se habrán quedado en casa. O habrán ido a las piscinas que estén abiertas, pero el ambiente por el centro de la ciudad era distinto. En cuanto al tráfico, que en los últimos días se ha recuperado e incluso ha provocado los primeros atascos tras tres meses de confinamiento, ha sido el mismo de un domingo. Con muy pocos coches circulando.

Repique de campanas

Sólo el repique de las campanas que se escuchaba desde primeras horas recordaba la festividad en un día que en Sevilla siempre ha sido grande (uno de esos tres jueves «que relucen más que el sol»). Apenas se han visto hombres enchaquetados con traje y corbata o señoras arregladas como manda la tradición en estas jornadas. Los atuendos han sido más bien informales o hasta deportivos . Lo que más ha proliferado ha sido la indumentaria deportiva, de hecho, la propia de un domingo cualquiera. Los hubo que salieron a correr, a pedalear con la bicicleta, con el monopatín o simplemente a pasear por las calles. Se ha visto por tanto, más ropa deportiva que trajes de corbata.

Y tampoco en las cafeterías del centro había mucho público. La típica imagen de familias desayunando tras la procesión tampoco ha sido generalizada. El coronavirus también ha robado esa estampa típica sevillana de otros jueves de Corpus .

En Sierpes, Tetuán, Plaza del Salvador, Plaza Nueva y otras calles del centro el ambiente era el de un domingo de primavera . Con algunas personas mayores sentadas en los bancos pero poco bullicio por las calles. Ni rastro del tradicional montaje que se hacía por estas fechas en la Plaza de San Francisco.

A esa imagen de soledad también debió contribuir el que las tiendas del centro estuvieran cerradas a cal y canto. Sólo las farmacias, algunos estancos o administraciones de loterías, quioscos y tiendas de recuerdos de Sevilla tenían sus puertas abiertas.

Se vieron algunos escaparates adornados con la tradicional Custodia en algunos establecimientos emblemáticos del centro . En la librería San Pablo en la calle Sierpes, adornada con flores e imágenes religiosas.

También en Blasfor, otro histórico comercio del centro que tenía en su escaparate figuras de Seises (que este año no bailaron su tradicional danza en la Catedral de Sevilla). Pero poco más, con el comercio vacío las calles del centro daban una imagen de un Corpus «fantasma». Si acaso el único ruido que escuchado por el centro era el de los albañiles que no han parado ya que no son pocos los establecimientos que han aprovechado el parón del estado de alarma para acometer obras y reformas.

Sólo en los aledaños de la Catedral, en la avenida de la Constitución se veía algo más de ambiente. En la puerta de San Miguel sí que había más público. Muchos no pudieron entrar en el templo ya que el aforo se llenó y así constaba en un cartel en la puerta . Por eso sí que se veía a algunos escuchando la ceremonia desde la puerta y otros fotografiándose junto al altar que se montó tras la reja.

Sin turistas

Ya a partir de las doce, cuando culminó la ceremonia en la Catedral, se pudo ver algo más de ambiente por las cafeterías y heladerías. Las que estaban abiertas concentraron algo más de gente a partir de esa hora.

También faltaban los turistas. Los «guiris», que no volverán a Sevilla hasta que regresen los vuelos internacionales y los hoteles que han comenzado a abrir sus puertas poco a poco vuelvan a llenarse de visitantes ansiosos de conocer los monumentos de la ciudad, también se han echado de menos.

Lo que sí se vio fue mucho despliegue de seguridad por todo el centro. Policías nacionales, locales y efectivos de Protección Civil o incluso coches patrullando por calles peatonales del centro. Un despliegue de seguridad más relacionado con el derbi Sevilla-Betis con el que vuelve la liga y que muchos sevillanos celebrarán en sus casas o en la barra del bar. Entretanto, el Corpus en Sevilla fue una conmemoración de puertas para adentro , una celebración más íntima que nunca. Las bullas, tan poco recomendables en tiempos de epidemia, se quedan para el recuerdo.

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