Coronavirus en Sevilla
La venta de periódicos en Sevilla, único recurso para los quiosqueros durante el estado de alarma
Cae la demanda del resto de productos de estos comercios como las golosinas o los coleccionables
Siete hoteles de Sevilla se ponen al servicio del SAS si faltan camas por la expansión del coronavirus en Sevilla
Son los grandes olvidados de esta cuarentena. Los quioscos pertenecen a los comercios de primera necesidad que pueden abrir mientras dure el estado de alarma . Y lo están haciendo, pese a que han perdido un treinta por ciento de sus ventas . Algunos incluso más, dependiendo de si están localizados en una zona residencial o únicamente comercial.
La prensa se ha vuelto a convertir en el único sustento económico de estos kioscos. Productos complementarios como los cromos, los coleccionables o las golosinas han pasado a un segundo plano. Aseguran que la «necesidad de una información rigurosa » obliga a los vecinos a bajar a por la prensa diaria.
Además, la batalla que los quiosqueros mantenían con los distribuidores, generada principalmente por la forma de facturarles las revistas de carácter mensual, se ha visto incrementada en estos días. Muchos de estos comercios ya han dejado de comprarlas por la inseguridad de no poder venderlas y sentirse en la obligación de pagarlas.
El presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa de Sevilla, Francisco Jesús García Álvarez, reconoció a este medio que hay setenta puestos que han decidido echar el cierre durante esta cuarentena en Sevilla y su provincia, por no poder hacer frente a los portes de la distribución. Si cierran las estaciones y el aeropuerto, sus puntos de ventas serán los siguientes.
Francisco Jesús tiene su quiosco junto a la parroquia de Los Remedios . Señala que los únicos clientes que está teniendo estos días son los hijos de sus compradores habituales de prensa. «Las personas mayores no salen de casa y mandan a familiares por su periódico ».
Los quiosqueros, como todo los autónomos, también demandan medidas de urgencias durante estos días. «Aunque el Gobierno nos recomiende quedarnos en casa, no podemos. Tenemos que pagar en dos semanas la Seguridad Social y el próximo mes nos toca la tributación por módulo . Este sistema nos obliga a pagar una cuota fija, vendamos o no », lamentó José, quiosquero en la Avenida de Reina Mercedes.
Este vendedor heredó hace trece años de su madre el negocio que fundara su abuelo en 1939 . Asegura no tener unas medidas preventivas específicas para su negocio e intenta respetar las normas generalizadas: «Llevamos siempre guantes, desinfecto a cada instante el mostrador y tenemos una bandeja que nos distancia en más de un metro de los clientes».
Un ejemplo del compromiso social que ha adquirido este sector es el caso de Concepción , que durante este período ha decidido relevar a su madre a cargo del kiosco familiar de Reyes Católicos para así proteger su salud: «Ella está a punto de cumplir sesenta y cinco años, por lo que está dentro de la población de riesgo . Prefiero estar aquí sola hasta que todo esto pase».
El presidente de la asociación de vendedores reivindica la labor de su gremial durante estos días: «Somos los grandes ausentes. Únicamente le he escuchado nombrarnos a Juanma Moreno . Ningún miembro del Gobierno central nos ha mencionado, y es por ello que gran parte de la población no viene a comprar la prensa , porque piensan que estamos cerrados . Siempre escucho hablar de los estancos y las gasolineras».
Desde el año 2012 lleva Carlos Mozo con su puesto en la Plaza Nueva, frente al Hotel Inglaterra . Ha decidido abrir únicamente por las mañanas: «Echo de menos, más allá de la prensa diaria que sí se está sosteniendo, los niños y la actividad que la plaza tiene por las tardes. No hay público y ya no me merece la pena abrir por las tardes . No se vende nada».
Noticias relacionadas
