Coronavirus Sevilla
Primera semana de la fase 1 en Sevilla: el miedo de volver a caminar tras caerse de boca
La lluvia ha ayudado a evitar aglomeraciones en la mayoría de bares y pequeño comercio, pero también ha reducido mucho la caja tras dos meses de cierre por el coronavirus
La primera semana de Sevilla capital en la fase 1 de la «desescalada» determinada por el Gobierno central para ir aliviando las medidas del estado de alarma impuesto por la pandemia de coronavirus Covid-19 se ha asemejado bastante a los primeros pasos de un niño cuando comienza a caminar, con enormes titubeos propios de la dificultad y, sobre todo, las dudas sobre el objetivo del trayecto. Y, por qué no decirlo, los problemas de estabilidad a dos piernas que provoca el achuchón cariñoso hasta el exceso de los padres, en este caso simbolizados en el gentío de algunos bares donde las medidas de distancia social no se han respetado; una minoría, por supuesto, pero como es costumbre, el mayor ruido llega desde esos pequeños reductos. Desde el lunes 11 de mayo han ido abriendo los pequeños comercios (los de menos de 400 metros cuadrados) y las terrazas de los bares, en ambos casos con importantes reducciones de aforo para evitar contagios (del 30% y del 50% respectivamente) y con estrictas medidas de higiene, seguridad y distancias, que se han llegado a medir a mano con cintas métricas por parte de agentes policiales.
A los titubeos propios de quien comienza a trabajar de una manera absolutamente nueva y plagada de riesgos se han unido durante toda la semana las condiciones climatológicas, con una persistente lluvia que ha tenido un doble efecto durante esta fase inicial. De una parte, ha servido para diluir hipotéticas aglomeraciones en la inmensa mayoría de los casos, entendiéndose como tal una acumulación de personas más allá de la decena y sin las consabidas distancias. En la capital mundial de la bulla , se están redactando nuevas acepciones en su particular diccionario a marchas forzadas, y aunque algunos insisten en recalcar aquello de que la letra con sangre entra, lo cierto es que las incidencias en ese sentido han sido puntuales y ni mucho menos generalizadas, concentradas especialmente en el arranque de la semana, por aquello de la innegable afición humana a las novedades. Con la rutina llegó cierta calma después de unas cuantas cervezas de desquite tras más de 50 días de confinamiento. Entre el lunes y el sábado la Policía Local realizó 2.630 inspecciones en bares de la ciudad, interponiendo casi 500 multas en total.
Por otro lado, esa inclemencia de los cielos (del 11 al 17 de mayor se han recogido en la capital andaluza un total de 44,8 litros por metro cuadrado de los 53,4 que se acumulan desde que comenzó el mes) ha rebajado bastante las expectativas iniciales, muy especialmente del comercio. Tantas horas de lluvia han retraído a un público ya remiso por mero miedo al contagio o a la simple exposición, de modo que las conclusiones de la primera semana en esa faceta comercial no pueden elevarse a categóricas. El pequeño y mediano comercio ha ido abriendo progresivamente hasta llegar a un 80% del mismo aproximadamente, ya que una parte importante de este segmento aún no tenía adoptadas las medidas requeridas que garanticen la separación de clientes o la limitación del aforo a un tercio o no poseía todo el material higiénico necesario para asumir los estrictos requisitos del Ministerio de Sanidad . El lunes era algo más de la mitad el porcentaje de tiendas abiertas y éste fue incrementándose poco a poco hasta llegar al fin de semana y alcanzar ese 80% aproximadamente, aunque con grandes dudas por los nuevos métodos y escasa presencia aún de clientes. Límites físicos, miedo, menos capacidad y ganas de gastar y lluvia han conformado una amalgama ideal para mantener a mucha gente en casa.
La cuestión psicológica
Desde la Asociación provincial del Comercio (Aprocom), su presidente, Tomás González, muestra muchas cautelas a la hora de valorar una primera semana «muy supeditada a la lluvia y a la propia psicología, pues a la gente le cuesta volver a la calle, algo que irá ocurriendo poco a poco y de manera progresiva». «El regreso a la normalidad está siendo el esperado —indica—, aunque incluso más tranquilo e incierto porque el mal tiempo ha cambiado bastante el panorama de la semana. Los comerciantes tenemos un refrán muy recurrente: calle mojada, cajón vacío . Y eso ha pesado mucho esta vez. Si a las dificultades que ya tenemos por las limitaciones y el miedo se suma que no para de llover, pues es lógico que haya habido pocos clientes». Para esta asociación gremial, «el verdadero cambio en el comercio se va a notar cuando se llegue a la fase 2 y puedan abrir las grandes superficies, los operadores de grandes marcas, que ejercerán un efecto llamada y suelen actuar como locomotoras. Los consumidores necesitan tiempo y confianza para adaptarte y con la llegada de la siguiente fase y la apertura de grandes centros, esa confianza irá creciendo y empezará a salir más».
«Ahora mismo —añade— es el momento de la responsabilidad personal para hacer bien las cosas por la salud, sobre todo, pero también para poder mantener vivas las empresas, que harán que se mantengan los empleos». Los comerciantes sevillanos critican, por otro lado, que el Ejecutivo central no haya permitido esta semana las rebajas para poder colocar el stock basándose en que generarán acumulación de personas. «No tiene sentido alguno esa medida puesto que se han impuesto ya unas normas sanitarias muy estrictas y existe un aforo máximo. Si ya se ha dispuesto ese tope de aforo, ¿a qué viene prohibir unas rebajas y meterse en una estrategia de marketing del sector? ¿Hasta en ese se va a meter el Gobierno?». Los rectificación de este fin de semana por parte de Sanidad permitiendo desde hoy las rebajas alivia un poco la situación. «Esperemos que esta posibilidad y el buen tiempo sean un buen reclamo», destaca.
De menos a más
Algo mejor en cuanto a público y caja les ha ido a los bares, aunque éstos se han incorporado a la actividad en menor proporción que los pequeños comercios: entre una cuarta parte y un tercio de los establecimientos de hostelería de Sevilla capital han ido reabriendo esta primera semana de fase 1, básicamente los que tienen la posibilidad de usar una terraza con veladores o, al menos, mesas altas. El tiempo lluvioso les ha perjudicado también bastante, especialmente en el primer tramo de la semana, mientras que la retirada progresiva de las tormentas ha mejorado la presencia de clientes desde el viernes. El sábado y el domingo, de hecho, el aspecto de algunas terrazas de la zona de la Alameda de Hércules, por ejemplo, permitía pensar en un regreso relativo a la normalidad al llenarse e incluso verse colas de familias esperando una mesa libre; ahora son menos por la separación y el límite de aforo al 50% y empiezan a estar más cotizadas. Se espera, de hecho, que esta semana, para la que se anuncia tiempo ya casi veraniego, la afluencia crezca de manera decisiva para encarar la entrada en la fase 2 de la «desescalada» el lunes siguiente.
Con todo, desde la Asociación de Hostelería de Sevilla se hacía ayer un balance algo más negativo, recalcando que ha sido «una quinta parte» de los establecimientos asociados los que han conseguido abrir sus puertas desde que comenzara la fase 1 de este proceso hacia la «nueva normalidad». El presidente local del gremio,Antonio Luque, alude al «las dificultades que surgen con la concesión de nuevas licencias de veladores por el decreto 155 de la Junta de Andalucía, que mantiene sin concesión muchas licencias que se habían solicitado estos últimos años». «Todos esos establecimientos que esperan la licencia siguen sin poder facturar nada, pues ahora la única manera de hacerlo es con la terraza, de forma que siguen sin ingresos», subraya Luque, quien sí muestra su «agradecimiento a la flexibilidad del Ayuntamiento», que ha permitido una ampliación de espacio para las terrazas . Desde la patronal, y ante las sanciones que han recibido algunos bares sevillanos, se insiste en llamar a la «responsabilidad y el respeto a las normas» para «no dar pasos atrás contra el virus».
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