Coronavirus Sevilla
La picaresca de bares y clientes en Sevilla: diez en una mesita alta, todos dentro del local a puerta cerrada...
La Policía usa un metro para comprobar que los veladores guardan la distancia y persigue a los camareros sin papeles, pero las irregularidades continúan y ya han puesto 194 multas en cuatro días
Diez personas en una mesa alta —también llamada quitamiedos—, bares sirviendo dentro de los locales, camareros sin papeles... La reapertura de la hostelería ha sido buena en su gran mayoría, pero la picaresca no ha faltado durante esta primera semana de la fase 1 y la Policía Local ha tenido que intensificar los controles para evitar que se incumplan las normas. De hecho, hasta hoy se han puesto, en apenas cuatro días, 194 denuncias . Los bares son multados por inclumplir la normativa sanitaria y los clientes por beber en la calle sin estar en un velador con licencia. Este caso se ha repetido muchas veces y, salvo reincidencia, los agentes sólo han dado avisos para que se disolvieran los clientes. Lo habitual es que en una mesa alta se hacinen siete u ocho personas . Salvo dos, que son los que están permitidos, los demás están de forma ilegal. Si no se van después de la aviso de la Policía, la cerveza les puede costar hasta 120 euros . Sólo hoy han pagado este precio 16 personas. Pero también se ha repetido mucho el exceso de veladores, razón por la que las patrullas han incorporado entre sus herramientas de trabajo un metro con el que comprueban si hay más de dos metros de distancia entre cada mesa . Si no es así, se denuncia al hostelero.
Otra irregularidad que se está dando mucho es la ausencia de camarero , que es obligatorio en esta fase 1. El tabernero sirve en una barra que da a la calle y se ahorra un puesto de trabajo, pero esto no está permitido porque provoca aglomeraciones. Por este motivo se ha ordenado echar la persiana a varios establecimientos , que es lo único que puede hacer la Policía Local. En el Bar Jota, por ejemplo, esa fue la orden. La asociación de hosteleros ha denunciado una persecución policial y asegura que sólo «ocho o nueve» negocios se han saltado las normas, pero los atestados señalan muchos más casos. De hecho, el delegado de Seguridad, Juan Carlos Cabrera , ha dado orden de intensificar los controles porque existe una directriz al respecto para evitar un posible rebrote del coronavirus. « No vamos contra los hoteleros , todo lo contrario, los apoyamos y por eso tenemos que hacer posible que pasemos a la fase 2 y de ahí a la normalidad total», explica Cabrera a este periódico.
De momento, el operativo se mantiene con cuatro coches que peinan toda la ciudad para hacer una primera revisión informativa. Los agentes explican al hostelero todas las normas y comprueban, usando el metro, que se cumplen las distancias y el resto de medidas. Posteriormente, si vuelven a pasar y se están incumpliendo, tramitan la sanción.
En lo que va de semana se han llevado a cabo 1.037 inspecciones que han desembocado en 194 denuncias . El caso más grave es el cierre de un bar del Centro ayer porque estaba atendiendo a los clientes dentro del local a puerta cerrada , algo que no estará permitido hasta la fase 2. Pero el resto de las denuncias son en su mayoría por no cumplir el distanciamiento. Este será el objetivo policial también cuando se pase a la siguiente etapa, en la que ya se permite el consumo en el interior hasta el 30 por ciento del aforo. Los agentes medirán el espacio entre las mesas. Por ahora, el cumplimiento es casi general , pero se están produciendo bullas en algunos bares. «Los hosteleros alegan que reciben avalanchas, pero no pueden servir más que los que estén en los veladores sentados. Además, tiene que sacar los productos un camarero», repite con cierto enojo el delegado.
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