Coronavirus en Sevilla
Los hospitales sevillanos esperan al Covid-19 con una calma tensa
Las urgencias en el Virgen del Rocío, el Virgen Macarena y el Valme caen a la mitad mientras sus más de quince mil profesionales sanitarios aguardan con urgencia mascarillas y equipos individuales de protección

Los tres grandes hospitales de Sevilla viven estos días una calma tensa. Si los pisara alguien procedente de un país que tuviera restringido el acceso a Internet o a los medios de comunicación (Corea del Norte, por ejemplo ), se sorprendería de la aparente buena salud de los sevillanos. Apenas hay gente en las puertas y los pasillos están casi vacíos, como muchas consultas.
Los ocho mil profesionales del Virgen del Rocío, los cinco mil del Virgen Macarena y los tres mil de Valme llevan movilizados desde hace varios días, dispuestos a entrar en combate, pero en la capital de Andalucía aún estamos en vísperas de la gran batalla y el enemigo aún no ha enseñado mucho sus dientes que son, en realidad, como unos pelos apenas visibles por un microscopio.
La suspensión de las consultas no urgentes y de la cirugía programada, sumada a la caída de traumatismos y accidentes por el confinamiento de la población ha aliviado mucho la presión asistencial. Las consultas en el servicio de Urgencias del Virgen del Rocío h an caído estos días más de un cincuenta por ciento (de 800 como media a menos de 350 el pasado domingo) y tanto Virgen Macarena como Valme han registrado descensos parecidos.
Algunas unidades de estos hospitales han recortado incluso algunos turnos laborales con la idea de que sólo permanezcan en servicio los que sean estrictamente necesarios, en función de la demanda asistencial, aunque ha sido preciso contratar durante la última semana a unos 250 profesionales para cubrir bajas laborales, algunas de ellas producidas por el propio coronavirus. Sólo en el Virgen del Rocío se han hecho cerca de cien nuevos contratos.
La idea, en todo caso, es «reservar fuerzas» durante estos días de cierta tranquilidad para cuando haya que prolongar los turnos de todos los profesionales por un pico alto de afluencia de casos graves. Para ello se cuenta, si fuera necesario, con «reservistas» a médicos y enfermeros jubilados de menos de 70 años, residentes que no hayan acabado el MIR e incluso licenciados en Medicina que aún no lo hayan iniciado.
«La buena noticia es que, contrariamente a las previsiones que circulan estos días por Internet, no está ocurriendo ningún contagio masivo ni se ha producido ninguna ninguna sobrecarga del sistema sanitario -comenta a ABC un facultativo del Virgen Macarena-. De momento, no se percibe ninguna amenaza a corto plazo del sistema, aunque no se sabe lo que puede ocurrir de aquí a una semana».
La calma tensa suele preceder a la guerra y el ejército al que nuestros médicos, enfermos, auxiliares y celadores se van a enfrentar los próximos días es un virus llamado Covid-19 que no causa muchas muertes ( 3 por ciento de infectados ) pero que se contagia con gran rapidez y ha causado una enorme alarma en la población. A pesar de lo cual, al día de hoy sólo hay «oficialmente» 123 infectados en una población como la de Sevilla cercana a los dos millones de habitantes.
De estos infectados, 42 están ingresados en estos tres hospitales, 79 permanecen en «seguimiento activo» (los sometidos a «arresto domiciliario», como el resto de sevillanos y españoles desde el pasado domingo, no tienen síntomas de la enfermedad o presentan síntomas leves), y uno ha sido declarado «curado» . La única persona fallecida hasta ahora en Sevilla con coronavirus nos dijo adiós el lunes y tenía 91 años.
Aunque el número de infectados ha crecido hasta 122, sólo ha muerto una persona con coronavirus en Sevilla
Las cifras actuales de la pandemia en Sevilla, que son las terceras más elevadas de Andalucía tras Málaga (333) y Granada (130 infectados), justificarían la aparente calma de los hospitales sevillanos, pero debajo de ella late una gran preocupació n. Todos tienen un plan de contingencia para hacer frente a una eventual avalancha de casos que aún no se ha producido, aunque se venga anunciando desde hace días, que incluye la utilización de áreas de Reanimación y la ampliación de las UCI, las zonas más sensibles de los hospitales y las que corren el mayor riesgo de sufrir un colapso si se multiplican los casos graves en progresión geométrica.
En algunos hospitales de Madrid, la «zona cero» de la pandemia en España, esta situación no está lejos de producirse y algunas voces han alertado ya de lo que puede ocurrir si no se consigue detener la expansión del virus, algo que teme por encima casi de cualquier otra cosa un médico intensivista: el dilema de tener que elegir enfermos ( la llamada «priorización») entre los que lleguen al hospital, en función de sus posibilidades de supervivencia, para tratarlos primero. Ese triaje casi a vida o muerte es el mayor dilema al que se puede enfrentar cualquier profesional sanitario en una situación de emergencia.
«En Andalucía estamos, por fortuna, muy lejos de eso y yo diría que estamos preparados, en líneas generales, en todos nuestros hospitales para afrontar un pico fuerte de enfermos, aunque es cierto que nos faltan equipos de protección individual», dice Carmen de la Fuente, presidenta de la Sociedad la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc).
La falta de mascarillas y equipos de protección individuales está afectando a muchos profesionales sanitarios de hospitales y centros de salud de Sevilla
Lo que ha ocurrido en Madrid ha servido a muchos profesionales del resto de España y ha permitido en Andalucía la elaboración de un plan que pasa por la ampliación del número de camas a costa de otras áreas hospitalares, la alianza con otros profesionales sanitarios como anestesistas para que colaboren en la atención de los enfermos graves ( apenas hay intensivistas en paro a los que se pueda contratar ) y la adquisición de material. «En las UCI no tenemos falta de equipos en este momento pero necesitaremos mascarillas y equipos de protección para los médicos y demás profesionales sino, además de eso, respiradores, bombas de perfusión y dispositivos de asistencia respiratoria (Ecmo)», comenta esta especialista a ABC.
La falta de mascarillas y equipos de protección individuales sí está afectando a otros profesionales de los hospitales y centros de salud de Sevilla. Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico de Sevilla (SMS), asegura que éste «es un tema dramático» y augura serios conflictos laborales «si no se resuelve pronto». Ojeda comenta que muchos facultativos le están planteando el siguiente dilema ético: « ¿Tenemos que atender a un posible enfermo de coronavirus a riesgo de contagiarnos y enfermar?».
Para el presidente de SMS, «no es propio de un país desarrollado que esto ocurra y menos aún que se estén adaptando los protocolos a la escasez de material y que ahora haga falta menos protección que hace quince días». Y añade: « Resulta que hoy no nos hace falta una mascarilla de gran eficacia que sí era necesaria hace dos semanas y tememos, si esto no se arregla, que dentro de dos semanas nos digan que ya no haga falta ninguna mascarilla».
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