Coronavirus en Sevilla

La generación a la que el Covid-19 le robó la graduación

Los estudiantes de 2º de Bachillerato se pierden el fin de ciclo más soñado: sin fiesta, sin viaje y con un curso más largo

Alumnos en la última edición de Selectividad en Sevilla EP

Mercedes Benítez

La mayoría tiene 17 años o está a punto de cumplir los 18. Después de quince años soñaban con el fin de ciclo, la despedida y la fiesta de fin de curso. Pero el coronavirus y la suspensión de clases no sólo les ha dejado sin exámenes presenciales, sino también sin celebraciones , sin viajes y con una gran incertidumbre por una Selectividad que, aunque en principio parece más fácil, no está claro que les vaya a facilitar el acceso a la titulación a la que aspiran.

ABC ha hablado con tres estudiante de esa generación, dos chicas y un chico a los que el Covid-19 le robó sus últimas semanas de colegio o instituto y les ha obligado a dejar el temario por la mitad, seguir con clases virtuales, hacer exámenes on line y prepararlo todo desde casa. Muchos de ellos, acostumbrados a estudiar en la biblioteca o con amigos, se quejan de que es más difícil concentrarse desde casa. Unos por exceso, porque les están exigiendo más con agotadoras clases virtuales, y otros por defecto, porque se han dejado temas a medias, el caso es que ninguno olvidará lo que el coronavirus les robó: su despedida del bachillerato. Un año en el que también se han quedado sin fiestas de mayoría de edad o sin puestas de largo .

Cristina Rubio

Cristina Rubio es una estudiante del colegio Montaigne de 17 años que cursa el bachillerato de Sociales. Quiere estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Hispalense , una carrera para la que piden más de un 11, es una de esas estudiantes. «Después de quince años, llevábamos mucho tiempo esperándolo. Porque era el último año de colegio y cumplimos 18 años. Y, de repente todo se va». explica. Ella, como sus compañeros, se perderá la fiesta de fin de curso, la graduación, las celebraciones de Santa Juana de Lestonnac de su colegio o el viaje a Portugal que estaban planeando. Porque aunque se plantean hacer la fiesta de graduación en septiembre, no será igual.

«Era el último año y cumplimos 18. Era un año soñado y todo se ha ido: el fin de curso, la fiesta, el viaje... Hay cosas mucho peores, pero da pena»

En cuanto a los exámenes, a Rubio, que siempre ha sacado muy buenas notas, le está siendo más fácil pese a que les han dado «mucha caña» . Según dice, los exámenes virtuales son más fáciles. Su jornada se alargará hasta el 9 de julio (un mes más tarde de lo que siempre ocurría en ese curso) y hay mucha incertidumbre sobre lo que pasará. «La Selectividad va a favorecer a los estudiantes que no aspiran a sacar demasiada nota. Va a haber más competitividad y las notas de corte van a subir» , dice admitiendo que, como otros de sus compañeros, también ha tenido «momentos bajos». Sobre todo, cuando le dijeron que ya no volvería a pisar su colegio.

Blanca Vigil-Escalera

Blanca Vigil-Escalera es otra chica de 17 que estudia la misma especialidad de Bachillerato en el Instituto Politécnico y quiere hacer ADE. Dice que ha notado mucho el cambio. Porque, al no ir a clase, «se pierde la rutina de estudiar».

«Es una decepción porque sabíamos que, tras un año de esfuerzo, habría recompensa: la graduación y el viaje... Es triste que nos lo quiten»

Ella, que no tiene clases virtuales sino las actividades que les mandan , «demasiadas», según dice, se queja de que no hayan podido completar el temario. O también de que se perderá el viaje en tren por Europa que pensaba hacer. «Es una decepción porque sabíamos que tras cerrar la etapa del colegio habría una recompensa, un viaje y una graduación. Es triste», dice.

Pedro Ybarra

Pedro Ybarra también tiene e 17 años y estudia el Bachillerato de Salud en Las Esclavas . Quiere estudiar Biotecnología , un grado para el que la nota suele estar por encima del 12 en la UPO. La suspensión de clases le ha supuesto un gran cambio ya que se pasaba el día fuera de casa: entre la biblioteca y los entrenamientos de piragua, un deporte que también ha tenido que interrumpir.

«Ha sido una montaña rusa emocional porque yo no estaba nunca en casa. Iba a entrenar y después a estudiar a la biblioteca. Ha sido difícil estar encerrado»

Se perderá los campeonatos que iban a celebrarse en Amsterdam y Praga además de la fiesta de graduación o las confirmaciones. Sólo a la mitad de su clase le dio tiempo a hacerse la foto de la orla. «Ha sido una montaña rusa emocional», dice. El Covid-19 les robó el fin de curso.

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