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Diario de Covid-19 / día 56: «Mirando hacia dentro»
«Yo también he aprendido mucho de esta pandemia... lo más importante es algo que suena a frase bonita, pero que es rotundamente verdad: hay mas alegría en dar que en recibir»
Ayer ya avisé de que tenía tantas respuestas de los lectores sobre las lecciones que nos deja esta pandemia que me iba a llevar más de un día darle salida. En la página de hoy me propongo dar cabida a esa reflexiones personales con una mayor carga de introspección. Os puedo asegurar que las hay muy sustanciosas pero tened paciencia si todavía no veis la vuestra negro sobre blanco porque todas no van a caber, me temo.
Creo que todos nos hemos sentido a merced de los acontecimientos, es un sentimiento de forma generalizada al que Laura le puso palabras lacónicas: «Cuán vulnerables somos» . Y Sonia lo expresó por el otro lado de la misma moneda: «A que hay que disfrutar aún más de lo sencillo» .
Y empezamos por la humildad, de la que se hace eco María José : «Sinceramente, a mí me ha enseñado a ser más humilde. Nunca he sido una persona con soberbia y ahora que me veo mucho más frágil y vulnerable me reconozco que hay que tener humildad para sobrellevar todo lo que venga«.
Y también Gonzalo : «La lección más evidente es la pequeñez del ser humano, que se ve enjaulado como animal de zoológico, mientras seres vivos que cuesta ver en un microscopio, campan a sus anchas por el mundo. Lección de humildad . La segunda es algo que sabíamos, pero que comprobamos en las situaciones límites: que saca lo mejor de la mayoría de las personas . También he aprendido a valorar y disfrutar lo cotidiano, que no es inamovible. Por último, la lección pendiente es el enfrentamiento político . Qué poco piensan en el bien común«.
Isabel va también por esa trocha de la humildad: «¿Qué me ha enseñado esta pandemia? Pues que tengo que comprar más dosis de humildad , de confianza en el que todo lo puede, sabiendo que en mi mañana, hoy ya está Él (que tengo q grabarme esto a fuego). Que sólo puedo rellenar de mi agenda la página presente «.
La cita continúa con razonamientos más prácticos: «He tenido un deseo y un sueño constante, ser autosuficiente, pero ¿en qué? En lo básico, en la vida sencilla que me contaban mis padres cuando antes de venir a la urbe, y dedicarse a los negocios y prosperar, vivían en el pueblo con las labores del campo, tenían de todo menos estrés. Añoro esa libertad de un cabrero al que nos hemos hecho adictos mi marido y yo por sus vídeos en YouTube: a tener tiempo para recrearme en el misterio de la naturaleza , de la vida. Me ha hecho reafirmarme en el 'sí quiero' que le di a mi compañero de confinamiento y a sufrir por el sufrimiento de los demás, no exento del egoísmo de poder padecerlo.
Isabel remata sus observaciones con otras enseñanzas de este tiempo raro: «La importancia de respetar la opinión de los demás . No he podido expresar mis ideas y contrastar opiniones con algunas amigas porque hay temas que están censurados o prohibidos porque, según parece, peligra la amistad. Pero, ¡¡si la amistad sin respeto no existe!! En fin, un cúmulo de sensaciones pero en resumidas cuentas, me ha enseñado a valorar lo q tenemos, a desear la libertad y a amar mejor«.
Macarena rompe su silencio para dejar esta perla: «Yo también he aprendido mucho de esta pandemia... lo más importante es algo que suena a frase bonita, pero que es rotundamente verdad: hay más alegría en dar que en recibir «. Conociendo su testimonio, el valor de esas palabras se acrecienta.
Valorar lo que se tiene. Parece una constante en todo lo que hemos sacado en limpio de esta etapa vital. Bosco abunda en la idea: «Lo rápido que cambia la vida. Siempre lo había oído y dicho, pero es la primera vez que lo he vivido en mis carnes. Que no hay seguridades y que los planes que pasan del día de hoy son frágiles . Y me ha afianzado una lección que siempre estoy aprendiendo desde que estuve en Humahuaca: hay que ser feliz con lo que se tiene. Hay que disfrutar de la vida. Hay que dar gracias por la suerte que tenemos y acordarnos siempre de los que no la tienen... Vivir cada día, porque se está muy bien cuando se está bien, cuando se está sano... Que los problemas no te pueden agobiar antes de haber llegado«.
Y María apostilla en su día a día frenético teletrabajando con tres chiquillos en casa: «A mí me da poco tiempo para reflexionar en nada... no paro un segundo en todo el día... A mí me ha enseñado lo afortunada que soy por estar bien y tener lo que tengo «.
Salvador encuentra que muchas de las razones que nos damos a nosotros mismos no pasan de ser excusas: «La enseñanza más obvia: no se puede vivir al día, porque cualquier tropiezo, véase el caso, te encuentra desprotegido y dependiente. La segunda y más importante, que todos esos libros y proyectos personales que estaban a la espera de tiempo, por lo visto no eran tiempo lo que necesitaban «.
Antonio dice que lo que peor ha llevado han sido los bulos, que se ha pasado todo el confinamiento luchando contra ellos y contra quienes los propalaban. Y Adrián tiene una visión parecida: «Mi única vision de futuro es el positivismo. Asi que no veo los partes de televisión, no leo los mensajes/bulos que te aconsejan, no entro en política y participo colaborando, cumpliendo las normas más pasándome que quedándome corto. Y que sea lo que Dios quiera... Que al final es lo que será. Aquí hemos celebrado nuestro 49 aniversario de boda en casa, sin flores, sin regalos, pero con amor«.
Terminamos con Luli y su empeño por aprender día a día: «¡Cuántas facetas de una misma realidad! Y cuánto hemos desaprendido para dejar sitio a las nuevas enseñanzas . Ahora sólo os queda ver cómo las fijamos para siempre a la nueva realidad. ¡Vaya palabro!«.
Entre este viernes y sábado se sabrá que provincias entran en la fase 1 y se relajan algo las restricciones de movimiento y reunión. Pero aún así, recuerden todo el tiempo: «Tengan cuidado ahí fuera» .
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