Coronavirus en Sevilla

El Covid-19 en Amate, el distrito con la peor salud

La crisis sanitaria cronifica la situación de los barrios con más dificultades y con mayores tasas de mortalidad por enfermedad

Un vecino de Amate descansa en un banco tras hacer la compra Juan Flores

Elena Martos

La pandemia de Covid-19 que ha vaciado las calles de Sevilla se ceba especialmente con los barrios con mayores dificultades. No es el contagio el que hace estragos sino las consecuencias de un confinamiento que dura ya dos semanas y que se mantendrá, al menos, otras dos más. Los vecinos del distrito Cerro-Amate, el segundo más poblado , son los que tienen la mayor tasa de mortalidad por cáncer y enfermedades cardiovasculares, además de la peor esperanza de vida, con una media de 76 años, casi cuatro menos que en el resto de la ciudad, como refleja el Plan Local de Salud 2019-2023.

«El primer problema es que hay mucha gente mayor, que son colectivos de riesgo y no sabemos si se cuidan lo suficiente», lamenta Santiago Caballero, médico jubilado que ha ejercido durante más de tres décadas en los centros de salud del distrito. Uno de sus últimos destinos fue precisamente el ambulatorio de la Candelaria , donde vio cómo la crisis económica fue degradando la zona. «Tuvimos más casos de drogodependencia y de enfermedades crónicas que se complicaron por los malos hábitos de vida», asegura, convencido de que « si aquello afectó a la situación de los vecinos, esto lo hará de una forma más rápida ».

Sanidad

Por lo que le llega de antiguos compañeros que siguen en activo, el contagio no se ha extendido en estos barrios, pero nadie sabe cómo evolucionará el virus. Estragos todavía no está haciendo en el centro de salud de La Plata , donde el doctor Andrés Tolón pasa consulta por teléfono o por videoconferencia. Explica a ABC que lo que más atiende desde que se activó el estado de alarma son dudas sobre los síntomas del Covid-19 y renovaciones de tratamientos. « Tenemos algunos pacientes aislados con sospecha sin que se les ha hecho la prueba y le hacemos el seguimiento a distancia cuando no requieren de nuestra intervención, si tenemos que actuar, nos desplazamos al domicilio o, en otras ocasiones, vienen sus familiares y nos cuentan», comenta. Al doctor Tolón le sorprende gratamente «lo bien que está respondiendo la población de Palmete, que tiene zonas conflictivas, pero respeta el confinamiento».

Poca actividad en las calles de Los Pajaritos Juan Flores

Agradece también el buen trato con los pr ofesionales, «nos dan ánimos y nos agradecen constantemente», indica. Sin embargo, este facultativo no puede evitar preocuparse por lo que vendrá después de la crisis sanitaria. El desempleo y las dificultades económicas agravarán problemas que ya son crónicos como las drogodependencia s o los malos hábitos alimenticios que contribuyen a esas elevadas tasas de mortalidad por tumores y cardiopatías.

Asistencia social

Los dispositivos municipales de los Servicios Sociales trabajan estos días a destajo en Los Pajaritos , el barrio con más dificultades del entorno. «Desde que esto empezó el equipo del distrito está repartiendo más vales de comida para supermercados y ayudando a muchas familias. Las citan por teléfono para que no se amontonen en la puerta y puedan respetar las medidas de separación», indica Salvador Muñiz, presidente de la asociación de vecinos Tres Barrios .

A ellos se unen el economato Siglo XXI y las parroquias de la zona «que apoyan a personas que no tienen prácticamente nada», comenta. La mayoría vive de la venta ambulante, de pequeñas chapuzas o como asistentas sin estar dadas de alta. Toda esa economía sumergida se ha destruido con el confinamiento sin posibilidad alguna a permiso retribuido o paro.

Educación

También preocupa el futuro de los escolares que ya cargan a diario con una pesada mochila por la situación de sus hogares. La Fundación Prodean atiende a una treintena de ellos en el centro social del barrio donde ofrece clases de apoyo, pero estos días todos están en casa. La responsable de este programa, Lourdes Rodríguez , se comunica con los padres a través de una aplicación de teléfono y les ofrece resolver dudas para que no pierdan el curso, aunque «muy pocos nos están enviado consultas».

Explica que los voluntarios de la institución «les hacen un seguimiento personalizado y gracias a ese refuerzo , muchos logran esquivar el fracaso escolar» , pero con la suspensión de las clases a medio curso, «va a ser muy difícil que puedan ponerse al día». Le pesa la situación por los alumnos y por sus padres, «que tienen mucho interés en que estudien y mejoren, pero en casa ellos no tienen la formación necesaria para ayudarlos».

Economía

La crisis sanitaria trastoca igualmente la situación de los pequeños negocios de barrio que cerraron hace dos semanas y que todavía no saben cuándo podrán volver a la normalidad. El comercio tiene una especial importancia en el Cerro del Águila , que dispone de una amplia oferta tradicional.

«Muchos no van a volver a abrir me temo», admite con pesar Plácido Álvarez, presidente de la asociación de comerciantes e industriales de la zona. Dice que «están sufriendo incluso las tiendas de alimentación, porque con el miedo, la gente quiere hacer la compra de una vez y no ir de una parte a otra». Tal vez en los mercados de abasto las cosas estén algo mejor, pero los locales que están a pie de calle sufren también los estragos de esta pandemia que aún no tiene horizonte.

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