Coronavirus Sevilla
La carpa instalada por la Universidad Pablo de Olavide para los estudiantes, semivacía
Apenas una veintena de universitarios hacen uso de esa instalación que lleva ya varios días funcionando para seguir las clases on line
La carpa que decidió instalar la Universidad Pablo de Olavide en uno de lo parkings del campus para garantizar la trazabilidad de los estudiantes ya está funcionando desde hace varios días, aunque, de momento, parece estar teniendo poca afluencia de público.
De hecho, pese a que la enorme instalación a modo de cobertizo, con suelos de madera y mesas corridas cuenta con suficiente espacio para guardar las distancias de seguridad, no parece estar teniendo demasiado éxito entre los estudiantes ya que, hasta ahora no sólo no se ha llenado sino que aparece semivacía.
Así una visita al interior de la carpa en una jornada universitaria a media mañana (sobre las 12.30) dio como resultado que apenas un puñado de estudiantes hacían uso de ese recinto en el que hay suficiente espacio para seguir las clases «on line» y cuenta con wifi gratis para los estudiantes. Las instalaciones permanecían prácticamente vacías.
Registro de entradas
En la carpa, con la que la UPO pretendía facilitar a los estudiantes un recinto para seguir las clases «on line», hay dos vigilantes, uno a la entrada y a la salida que registran en un papel lo estudiantes que entran y salen. Los jóvenes deben apuntar tanto a su entrada como su salida sus datos y el DNI para garantizar la trazabilidad de todos ellos ante un posible caso de Covid-19. De esa manera si uno de los que ha estado en ese espacio da positivo, sabrán a qué otros estudiantes deben avisar para localizar a los contactos directos.
En cualquier caso, parece poco probable que esa situación si se tiene en cuenta el escaso uso que la carpa está teniendo desde que se montó. Pese a que permanece abierta cada día (con excepción de los fines de semana) entre las 8 y las 21 horas, la media de alumnos que suelen usarlo ronda los 20 al día , según relataron los vigilantes que hay en las entradas y salidas.. «Suelen venir entre quince y veinte, sobre todo, cuando necesitan enchufar el ordenador o el móvil porque se han quedado sin batería», admitía uno de los vigilantes explicando que la mayoría acude por los enchufes que hay en la pared para la recarga.
El resto sigue prefiriendo el salón de grados . Carolina Romero, estudiante del doble grado de Derecho y Criminología, era una de las pocas estudiantes que estuvo esta semana en la carpa. «Me iba a ir al salón de grados pero me quedé sin batería y me he venido aquí», explicaba esta estudiante que aseguraba que la instalación no está mal porque hay «poca gente» y se puede utilizar cuando tienen que juntarse varios estudiantes para hacer un trabajo conjunto. «Lo único que como está la puerta abierta, a veces entra aire y no sé que pasará cuando llegue el frío», aseguraba.
Un coste de 30.000 euros
La instalación, que tiene 600 metros cuadrados, posee suficiente capacidad para dar cabida a 180 estudiantes manteniendo las distancias de seguridad entre ellos. El montaje, similar al que ya se hizo durante la pasada Selectividad que tuvo lugar en el mes de julio.
El espacio que está totalmente electrificado, ha costado 30.000 euros por un alquiler de seis meses. Tiene mesas y sillas y wifi, ventilación natural y suelos de madera además de varias papeleras.
En cualquier caso y pese a las comodidades que ofrece para seguir las clases «on line» cuando un estudiante tiene una presencial y no tiene tiempo de trasladarse a su domicilio para llegar a su hora, todavía son muchos los que prefieren otras zonas de la UPO. «Muchos nos vamos a la biblioteca» admitía otro estudiante. Será que tienen que acostumbrarse al nuevo espacio habilitado para ellos.
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