Coronavirus
Primera boda religiosa en Sevilla en la fase 1: «Con el amor de Dios vais a superar todas las pandemias»
Diez invitados fueron testigos de la boda de Beatriz y Pedro, primer enlace que se celebra desde que comenzó la pandemia en la iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad de la capital hispalense
«Lo importante es el sacramento, que se hace cara a Dios y no cara a los demás», dijo en su homilía Rolando Arjonillo , sacerdote español de origen filipino que ofició el matrimonio de Beatriz Bidón y Pedro Iglesias . «Con el amor de Dios vais a superar todas las pandemias que podáis sufrir en vuestro matrimonio», añadió dirigiéndose a los cónyuges y a los diez familiares testigos de la boda celebrada este fin de semana en la Iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad .
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La cita era a las 19 horas : las dos hermanas, el padre y la abuela de Beatriz; el hermano, la hermana y su novio y los padres de Pedro, un sacerdote, el fotógrafo y 45 grados en el termómetro de Plaza de Armas. Niños no acudieron, y aunque en la iglesia ahora está permitido la asistencia de más personas, «somos de Sevilla y la iglesia de la Caridad nos gusta mucho. Pensábamos que era una irresponsabilidad aumentar el aforo. Nosotros vivimos cada uno con nuestras respectivas familias, estamos en el mismo hogar, a lo mejor estamos contagiados, pero es la única forma de controlar el virus», dice Pedro.
Hace dos meses
«Nos íbamos a casar hace dos meses, fecha que habíamos reservado un año antes, pero tuvimos que anular la boda una semana antes, cuando se declaró el estado de alarma. Justo ahora nos habían comentado que ya nos podíamos casar y que se abría la iglesia al culto y decidimos casarnos. En cuanto comenzaron las fases de desescalada y abrieron los lugares de culto fue cuando llamamos y nos dieron la fecha del 22 de mayo , más de dos meses después», apunta Pedro Iglesias.
A sus 29 años, Pedro trabaja en la universidad y Beatriz, un año más joven es profesora en un colegio de Sevilla. A diferencia de la primera convocatoria de la boda, para esta ocasión han cancelado casi todo: ni música, ni flores, ni alfombra, ni asunto que implicase la participación de más personas en la ceremonia. Decidieron contraer matrimonio con traje de novia y chaqué y llegaron a la iglesia cada uno en su coche familiar, aunque como es tradición la novia llegó quince minutos más tarde que el novio.
Fue una ceremonia muy íntima, «intentamos que fuera todo muy familiar y en la que todos participasen de alguna manera, realizando las lecturas, las peticiones, la oración a los fieles, la acción de gracias... Lo que hemos hecho ha sido reestructurarlo para que participáramos toda la familia en la celebración », dice.
«Decidimos casarnos en fase 1 y no aplazarla más porque pensamos que para la decisión que queremos tomar y la familia que queremos formar no es necesario esperar más para la nueva vida, simplemente por no poder celebrarlo con todo lo que queremos, y ya más adelante lo podremos celebrar de algún modo, o tomarnos alguna cerveza con todos los que hubiéramos querido que pasaran este día con nosotros», añade.
Medidas de seguridad
«Evidentemente nuestra familia y nuestra gente nos apoya, porque lo tenemos claro y queremos formar una familia cuanto antes. Teníamos tomada la decisión y queríamos dar ya el paso y no aplazarlo más tiempo por no poder tener una celebración». «En la iglesia nos facilitaron todo mucho, dejándonos claro las medidas de seguridad, nos han dejado todo bien organizado: El aforo permitido, los anillos que lo tenemos que llevar nosotros y no puede venir nadie a entregárnoslo, ni tocarnos. Entre nosotros sí, pero no pudo acercarse una tercera persona ni darnos la paz».
Después, todos se fueron a una cena con la familia a casa. «Cada uno puso algo. Una familia llevó los aperitivos y los postres, otra la cena o las bebidas. Una reunión de diez personas para celebrarla». El viaje para Beatriz y Pedro comenzará con este matrimonio con el que inauguran una nueva vida.