Coronavirus
Brexit en la Plaza Nueva: el Inglaterra se separa de Sevilla
El histórico hotel, abierto ininterrumpidamente durante 163 años desde 1857 a pesar del bombardeo durante la Guerra Civil, ha tenido que cerrar sus puertas por la crisis sanitaria del coronavirus
La del hotel Inglaterra, en la Plaza Nueva, ha sido una separación de Sevilla menos traumática que la del Brexit del Reino Unido de la Unión Europea , pero mucho más simbólica. El hotel que han regentado tres generaciones de la familia Otero forma parte de la historia viva de la ciudad y ha resistido tiempos de penuria turística, malas rachas y hasta el bombardeo en plena Guerra Civil en la decisiva refriega que decantó que el Ayuntamiento y el Gobierno civil cayeran en manos de las tropas sublevadas bajo la autoridad del general Queipo de Llano. Pero la extensión del coronavirus y el cierre de todos los alojamientos turísticos decretado por la Junta de Andalucía ha supuesto la dolorosa separación del hotel Inglaterra de la actividad económica de Sevilla, que no de su memoria sentimental.
La primera referencia al hotel Inglaterra en ABC en sus 117 años de historia compartida aparece el 7 de junio de 1912 en un anuncio publicitario con la relación de exhibiciones por toda España de los aparatos Claverie para herniados que ocupa casi por entero una de las tres columnas de la página 16, calzada con otra publicidad de la editorial Renacimiento dando cuenta de la publicación de «Campos de Castilla», poesías por Antonio Machado, al precio de 3,50 pesetas .
Pero Machado puede parecer un autor «reciente» en el caso del hotel Inglaterra . Cuando se fundó, en 1857, faltaba todavía una década para que Karl Marx publicara el primer libro de «El capital» . Propiamente dicho, el hotel Inglaterra fue coetáneo de «Madame Bovary» , la inmortal novela de Flaubert. En la Guía de Zarzuela de 1877 –algo así como un directorio empresarial de toda España– se insertaba el siguiente anuncio: « Fonda de Londres (Plaza Nueva, 10). Se ha abierto al público este antiguo y acreditado hotel , que cuenta con un magnífico local, toda clase de comodidades y economía respectiva. Mesa redonda a las seis».
Plaza de la Libertad
El actual hotel Inglaterra que hoy conocemos fue antes Hotel D'Anglaterre y antes de eso, Fonda de Londres y, muy probablemente, antes de eso, Fonda de Inglaterra y fonda con hospedaje La Inglesa , todos ellos establecimientos en la Plaza Nueva, que antes se llamó San Fernando y antes de eso, Libertad y, en 1957, cuando comienza esta historia ininterrumpida, Isabel , en honor de la infanta primogénita de los duques de Montpensier.
La plaza era entonces lugar de partida de los «ómnibus que hacen viajes a las estaciones de las líneas férreas» y salón principal de la ciudad como en nuestros días. Hans Christian Andersen recreaba así la ceremonia de exposición del retrato de la Reina Isabel II en 1862 en su libro «A visit to Spain» . El escritor danés se hospedó en el hotel Inglaterra inaugurando así la nómina de visitantes ilustres que han pernoctado en sus habitaciones.
La Fonda de Londres había abierto sus puertas bajo la dirección del empresario Antonio Ricca . Así la describía la Guía de Zarzuela de 1865: «El local es de considerable extensión, pues la componen varias casas unidas y en nada desmerece de las proporciones que debe tener una fonda de primera clase en una de las primeras capitales de España». Las habitaciones eran independientes, lo constituía todo un lujo a mediados del XIX y muchas tenían vistas a la Plaza Nueva, recién estrenada, lo que aumentaba considerablemente el atractivo para el viajero.
Entre los méritos del hotel, se reseñaba lo siguiente: «La asistencia es puntual y se manifiesta en todo el servicio esa escrupulosidad , ese deseo de complacer que tanto agrada en los establecimientos de este género». Había suscripción a los periódicos de la ciudad, de la Corte y de otras capitales además de prensa extranjera de Italia, Reino Unido y Francia. Pascual Ros y José Robles ejercían de intérpretes en estos tres idiomas.
Escala en el Grand Tour
Sevilla era escala obligada en el Grand Tour andaluz junto a Granada, Córdoba y Ronda y la visita de viajeros románticos en busca del exotismo que advertían en la sociedad española de mediados del siglo XIX propició el desarrollo del ramo de hostelería. A finales de esa centuria, la ciudad contaba con 35 mesones, nueve fondas sin hospedaje, cuatro fondas que dan posada y de comer y 56 casas de pupilos. Los primeros establecimientos que se llamaron hoteles son de primeros del siglo pasado: el hotel Madrid, el Gran Hotel de París, el Roma, el Gran Hotel Francia, el Inglaterra y el Simón. De todos, sólo estos dos últimos han pervivido con sus puertas abiertas hasta la presente crisis del coronavirus.
La Exposición Iberoamericana de 1929 supuso el empuje definitivo que necesitaba el sector turístico hispalense. El Alfonso XIII, el América Palace, el Cristina, el Majestic, el Palace Eritaña abrieron sus puertas entonces, pero todos menos el Alfonso XIII, convertido en buque insignia del sector sevillano desde entonces, acabaron cerrando sus puertas.
La crisis que siguió al cierre de la Exposición Iberoamericana se agravó con el periodo más turbulento de la historia de España que desembocó en la Guerra Civil. El hotel Inglaterra estuvo en el fragor de la que se llamó batalla de la Plaza Nueva , cuando las tropas alzadas en armas combatieron con una compañía de guardias de asalto para hacerse con el control del Gobierno Civil, que estaba a la espalda del hotel Inglaterra en la calle hoy rotulada como Pedro Parias . En el hotel Inglaterra resistía el gobernador Varela Rendueles con un grupo de paisanos armados, comunistas del puerto que tenían por guía a Saturnino Barneto .
Bombardeo del 18 de Julio
El hotel fue bombardeado por un cañón de acompañamiento del regimiento Granada 34 a las órdenes del comandante Núñez, que mandaba una sección de 76 soldados que se hicieron con el control de los centros de poder antes de caer la noche. José Costa, mozo del hotel, cayó víctima del cañoneo.
A finales de los años 60, ya bajo la dirección de Manuel Otero Luna que se había hecho cargo del hotel de manos de su padre Manuel Otero Ruiz , el establecimiento vivió una rehabilitación integral que demolió el antiguo edificio para dar paso al que hoy conocemos. El periódico ABC dio cuenta de todos estos cambios que los sevillanos percibían día a día en su quehacer cotidiano.
Finalmente, el 19 de marzo , su director Manuel Otero Alvarado se vio obligado a cerrar conforme se endurecían las medidas de confinamiento y aislamiento social por la pandemia del coronavirus. Será un Brexit temporal y el hotel, corazón de la Plaza Nueva, volverá a latir con fuerza cuando se levanten las suspensiones.
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