SEGURIDAD

Un control de Policía Nacional evita el «botellódromo urbano» de Viapol

Los agentes solicitaban la documentación a los jóvenes este jueves en la calle Balbino Marrón para persuadir tras la denuncia de los vecinos

Imagen de este jueves en la calle Balbino Marrón a eso de la una de la madrugada ABC

M.J.MORÓN

Noche tranquila para los residentes de Viapol. Los «jueves locos universitarios» no fue tan loco el de ayer. Una tregua que permitió a los vecinos descansar en días laborables. Una unidad de la Policía Nacional se desplazó hasta la calle calle Balbino Marrón para disuadir a los jóvenes y evitar el «botellódromo diario» que se produce en la zona desde hace años.

No hay distinción. Ellos y ellas gritan histéricamente , bailan, beben, incluso se pelean y se orinan en la calle debajo de sus casas. Se vende alcohol y se vende droga en los maleteros de los coches, en ocasiones a menores. Se infringe también la ley de contaminación acústica con la música a todo volumen, dejan el barrio con desperdicios de todo tipo y destrozan el mobiliario urbano. Esta forma de diversión prohibida desde hace más de diez años se sigue dando por las calles de Sevilla.

Los residentes de Viapol ya no podían aguantar más . Hace unos días denunciaron la situación a este periódico. En las calles Balbino Marrón y José Recuerda Rubio se concentran una multitud jóvenes de martes a sábados hasta altas horas de la madrugada. Hay residentes que sólo pueden descansar una hora al día por el prominente ruido. «Es insorportable y además no es algo puntual de los fines de semana, tenemos la discoteca dentro de casa todos los días», decía Salvador , uno de los vecinos afectados.

Viapol, de por sí, es una zona considerada acústicamente saturada y con la música y gritos de los jóvenes «no hay forma de conciliar el sueño». Los más de 2.000 vecinos de la zona llevan años exigiendo al Ayuntamiento de Sevilla que aplique la ley antibotellón. «Con una simple s anción administrativa ahuyentaría a la masa», explicaba indignado Salvador. También lo han denunciado al Distrito Nervión, al Defensor del Ciudadano, al Defensor del Pueblo y a la Policía Local sin resultados.

Y al parecer, según los vecinos, agentes de la Policía Nacional se desplazaron ayer hasta el lugar de las aglomeraciones nocturnas para evitar las concentraciones, tras la denuncia en este diario. La patrulla se colocó junto al hotel NH Viapol -establecimiento también perjudicado por el botellón-, donde se pedía la documentación para evitar, así, la movida y sus efectos negativos. «Ayer fui día que pudimos descansar, esperemos que esta medida sirva para los días venideros», cuenta esperanzado Gustavo , otro de los vecinos.

La ley antibotellón prohíbe las aglomeraciones para beber en la vía púbilca salvo en los espacios habilitados, «pero el problema de Sevilla es que el Consistorio no ha creado aún el botellódromo y los jóvenes lo buscan y seguirán buscándolo en Viapol», lamenta Gustavo.

Un control de Policía Nacional evita el «botellódromo urbano» de Viapol

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