Sucesos

El conductor despistado de Santa Justa padece un trastorno psicológico y ha sido ingresado

El vehículo accedió al parking de Adif junto a la calle Samaniego, reservado a empleados, y éste tenía abierta una puerta que lo separa de las vías

Eduardo Barba

El caso del conductor de 70 años que a primera hora de la mañana de este martes se coló en las vías de la estación de Santa Justa con su coche , llegando hasta el propio andén del interior de la estación, ha hecho aflorar un agujero de seguridad enorme en una instalación principal de Sevilla capital. La Administración de Infraestructuras Ferroviarias, Adif , se ha apresurado a denunciar cuanto antes al conductor despistado, una persona con problemas psicológicos que es vecino de Maribáñez, pedanía de Los Palacios, que, de hecho, se encuentra de nuevo ingresada por un brote psicótico. Pero más allá de la anécdota y de las llamativas imágenes del vehículo «colgando» entre el andén y las vías, el asunto ha revelado un problema esencial de seguridad en la estación del AVE . Si alguien sin malicia alguna pudo llegar sin problemas a las mismas escaleras de pasajeros con un coche, ¿qué habría pasado si decide acceder al recinto de la misma manera uno o varios terroristas cargados de explosivos en otro coche o furgoneta? ¿Quién se responsabiliza de eso?

La propia Adif ha abierto una investigación interna en la que está colaborando tanto la Policía Nacional como la Policía Local, que se encargó del tema en primera instancia y detuvo al conductor. El atestado se ha mandado ya al juzgado y ahora deben personarse tanto la persona implicada como la institución encargada de los activos ferroviarios. ABC ha tenido acceso a los detalles de esa investigación y en ella destaca un hecho crucial: el conductor accedió a las vías sin oposición alguna y por un camino abierto , expedito, desde el aparcamiento que la propia Adif tiene para su personal en el flanco sur de la estación, el que da a la avenida de Kansas City. Este estacionamiento está situado junto al edificio de oficinas Realia, una vez superado el «puente del indio», el de la calle Samaniego. De madrugada, cuando empezaba a amanecer, este hombre accedió con su coche a ese parking desde la vía auxiliar de Kansas City.

El garaje en superficie en cuestión es propiedad de Adif y está reservado para los empleados de esta organización, señalándose en un par de carteles que está «prohibido el acceso» al personal ajeno a la misma y a «todo vehículo no autorizado». Pero si un conductor no se fija bien en los carteles (algo que, con la oscuridad de la noche es perfectamente viable, sobre todo en alguien de 70 años), la apariencia es la de un estacionamiento al uso, con su barrera levantada y una señal luminosa en verde con el mensaje «libre» bajo la gran letra «P» que indica el parking en un recuadro azul. Cuanto menos, engañoso.

El conductor accedió allí y tras recorrer unos metros entre las filas de coches aparcados, llegó hasta la zona del vallado de rejilla metálica que separa esta instalación de las vías del tren. Este vallado tiene, a mitad de trayecto, un portalón que está destinado a salida de emergencias desde la propia estación en caso de necesidad, pero esta puerta estaba abierta durante la madrugada y la primera hora de la mañana de este martes por motivos que se desconocen. La investigación abierta, de hecho, se centra en la causa por la que la puerta no estaba cerrada, como suele. La misma se usa por los trabajadores de Adif para acceder al viario a labores de mantenimiento o carga y descarga de materiales, pero estaba abierta cuando este conductor denunciado transitaba por el parking.

La puerta que separa el parking de las vías del tren estaba abierta y el conductor, en plena oscuridad, accedió a esa zona

Despistado, desorientado y sin la luz del día aún, el hombre atravesó el vallado por la puerta abierta y entró a un pequeño descampado junto a las vías, una zona restringida de emergencias. Tras un par de mínimas curvas, se coló en las mismas vías del tren, atravesando las dos primeras en horizontal hasta llegar a la número doce sin el más mínimo obstáculo. Y con la fortuna de que no pasara tren alguno en ese momento. Al doblar en esa vía y tomar el mismo recorrido de éstas en dirección hacia el interior de la estación, este hombre subió su coche al mismo andén , ya que éste tiene un desnivel final por el que se puede subir sin bordillo. Y desde allí condujo hasta las mismas escaleras de pasajeros junto al AVE , donde dos de sus ruedas quedaron colgando hacia el hueco de las vías y el chasis del coche sirvió para sujetarlo sin que cayera. Fue entonces cuando la Policía Local llegó a este punto y detuvo al desnortado piloto.

Esta persona, que ya tiene defensa legal adjudicada en la causa contra él, padece trastornos psiquiátricos y se encuentra actualmente ingresada por un brote, según han confirmado a este periódico fuentes cercanas a él. Adif lo ha denunciado y se están repasando cámaras de seguridad, pero de puertas para adentro se repasan los motivos por los que la puerta del aparcamiento estaba abierta. Este parking tiene también un área utilizada por Correos para sus camiones y furgonetas, unos metros más lejos del lugar por el que se coló el turismo. Pero lo hizo sin oposición alguna, según los detalles de las primeras pesquisas. El coche, de hecho, carece de señal alguna de roce ni de golpe, y el mismo conductor aseguró que había accedido sin problema por una vía de servicio y a través de un camino abierto. Varios operarios de Adif revisan este miércoles esta zona y la propia puerta, que permanece cerrada y con la señal de prohibido aparcar. Ahora sí.

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