MAL DATO EN SEVILLA

Los concursos de acreedores rompen la tendencia a la baja y crecen un 80 por ciento en Sevilla

El mal dato de Sevilla se desmarca también del descenso del 13,3 por ciento experimentado a nivel nacional

La empresa que explota el acuario de Sevilla solicitó en octubre el preconcurso JUAN JOSÉ ÚBEDA

SILVIA TUBIO

La crisis se resiste a ser cosa del pasado o materia superada en Sevilla. Algunos indicativos económicos arrebatan ciertas dosis de optimismo en el análisis de la situación económica y social de la provincia más poblada de Andalucía . Uno de ellos es el número de concursos de acreedores declarados este año; una cifra que rompe una tendencia a la baja que se había iniciado a partir de 2012, el ejercicio más duro para e l sector empresarial , cuando las mercantiles que acudieron a la vía judicial tras quebrar llegaron a su nivel máximo (407 concursos).

Las estadísticas las ofrece el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que trimestralmente analiza el impacto de la crisis en los órganos judiciales. Una de las variables que se analizan son los concursos que llegan a los juzgados de lo mercantil. Sevilla se desmarca de la tendencia a la baja, no sólo de la que estaba registrando en los últimos años, sino también de la media regional y nacional. Así, en toda España el descenso ha sido del 13,3 % , volviendo a cifras trimestrales que no se veían desde mediados de 2008.

Por el contrario, de enero a octubre, en la provincia se han declarado 201 concursos , cuando el año anterior se tramitaron 206 procedimientos concursales . No es aventurado afirmar que este ejercicio acabará con un dato superior al de 2015, teniendo en cuenta que falta incorporar el último trimestre a la estadística.

El periodo de verano ha sido el más negativo con 81 concursos , un 80% más que en 2015 . A pesar de que es un año negro para los procedimientos judiciales de auxilio al que acuden las empresas en crisis, está lejos de las cifras que se manejaban en los momentos más duros de la crisis, cuando se llegó a duplicar el número de concursos.

Teniendo en cuenta esa comparación, la estadística tampoco invita a la relajación porque los datos de este ejercicio no están cerca de los procedimientos declarados en los preludios de la depresión económica, cuando los concursos estaban por debajo del medio centenar (35 en 2007).

Otra variable cuantificada por el CGPJ que arroja un cambio de tendencia en negativo es el número de asuntos que han ingresado los juzgados por despidos. En el último trimestre han crecido un 10,9%. El dato acumulado entre enero y octubre (3.393 demandas) se aproxima al total de 2015 (3.988).

De superarlo al cierre de diciembre, como se prevé, se rompería la misma tendencia a la baja que arrancó en 2012, cuando se produjo un aluvión de demandas: 6.247. Desde entonces el dato ha ido disminuyendo hasta este 2016. La quiebra de empresas y el despido de trabajadores son dos circunstancias que van de la mano. Y su repercusión judicial está teniendo un comportamiento casi gemelo.

Con las estadísticas en la mano, toca buscar respuestas que expliquen por qué en Sevilla se están declarando más concursos y cómo el sector empresarial está afrontando este ejercicio complicado. A pesar de los datos, el presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), Miguel Rus , no abandona el optimismo que marcan otros indicadores y considera que se trata de «algo más circunstancial».

Los últimos coletazos de la crisis

Rus reconoce que el mal dato de los concursos de acreedores puede obedecer a los «efectos de la inestabilidad política vivida en los últimos meses». Señala que «la falta de Gobierno» ha dejado en suspenso muchos proyectos vinculados a la inversión pública. «Esa parálisis ha sido letal para aquellas iniciativas que esperaban esas ayudas para avanzar. Al no llegar, han acabado asfixiándose». Sociedades estrechamente ligadas a lo público, como Mercasevilla, la que explota el acuario o la sociedad municipal de Alcalá Innovar han entrado en concurso o preconsurso este 2016.

Desde la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) , su presidente, Jorge Robles , comparte el análisis optimista, aunque señala que no hay que bajar la guardia con medidas que «dificulten aún más las cosas como aumentar la carga fiscal». Interpreta la estadística como el reflejo de «los últimos coletazos de la crisis . Hay empresas, sobre todo del sector de la construcción o el inmobiliario, que han aguantado como han podido y al final no han podido sobrevivir».

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