RECORRIDO A PIE Y EN AUTOBÚS

¿Cómo ven los turistas Sevilla?

Tienen una visión llena de retazos de historia real mezclada con leyendas y confusiones

Varios turistas en la zona monumental de Sevilla JUAN FLORES

M.D.A.

«Hoy va a ser vuestro mejor día porque váis a conocer la ciudad más bonita del mundo» . Así, en tono alegre y dispuesto, dan la bienvenida a las decenas de turistas que cada día realizan uno de los recorridos «gratuitos» (al final se requiere una aportación voluntaria) para hacerse una idea de lo que es y ofrece Sevilla. La experiencia que da pie a este reportaje se inicia en la Puerta de Jerez, donde, en el puente de la Inmaculada, se distribuyen grupos de casi treinta personas. Un guía nos llevará en un tour a pie de casi cuatro horas por la zona más reconocida de la ciudad marcado por brochazos históricos y referencias a leyendas, supersticiones y mitos sevillanos.

El tour empieza hablando de una ciudad «fundada por los tartesos», de la que «Julio César se enamora» y que tras los romanos vio llegar a «los bárbaros». Sus peleas facilitaron la invasión de los musulmanes que se quedaron hasta la conquista por San Fernando. Sevilla se convirtió luego, con el descubrimiento de América, en la ciudad «más rica de Europa» porque «todo el oro llegaba aquí», pero la llegada de barcos más grandes y el traslado de ese tráfico a Cádiz hundió en la decadencia hasta el intento de rescatarla con la Exposición Iberoamericana, un fiasco que sin embargo dejó muchos edificios de los que disfrutamos, y la Expo del 92, que, ésta sí, fue un éxito y dejó muchas infraestructuras.

Monumento a la Inmaculada

Ese escueto balance histórico nos introduce a un recorrido que tiene su primera parada ante el monumento a la Inmaculada para recordar que esta plaza fue el centro de la ciudad, al concentrarse allí el poder político simbolizado en el Real Alcázar, «el palacio real habitado más antiguo de Europa»; el religioso, la Catedral, y el económico, el Archivo de Indias. Eso sí, al explicar el nombre de la plaza se entremezclan el terremoto de Lisboa de 1755 y el monumento a la Virgen que se erigió junto al Archivo para agradecer que Sevilla saliera casi indemne del sismo con el del erigido a principios del siglo XX para remarcar la devoción a la Inmaculada.

De la plaza del Triunfo a la de los Reyes para explicar ante la Giralda cómo los primeros musulmanes en llegar a Sevilla fueron los Omeya, «muy cultos pero no demasiado religiosos » lo que provocó la invasión almohade, que fueron quienes construyeron la gran mezquita y su alminar usando piedras y columnas de construcciones visigodas y romanas y hasta lápidas como base y ladrillo como parte de su construcción. Tras contar cómo sobre aquella antigua mezquita los cristianos hicieron la Catedral gótica más grande del mundo, el relato lleva a la veleta que corona la Giralda, una escultura de «una mujer embarazada como metáfora de la fe» y cuyo nombre, en masculino, Giraldillo, hace referencia, según alguna leyenda, al nombre del niño por nacer.

Para culminar la explicación de la Catedral, una vista desde fuera al Patio de los Naranjos , no sin admirar sus antiguas puertas «llevan aquí más de mil años», hacer un guiño a la superstición en torno a la fachada, «si ves las tres manos de San Pablo te casas en un año», y recordar que las cadenas anexas separaban el poder civil del religioso y convirtieron la zona en refugio de gente de mal vivir lo que hizo que la Iglesia renunciara a ese espacio.

Nomadejado

Hacia la Avenida se señalan las pintadas o vítores de antiguos estudiantes pintados con sangre de toro y se asegura que las catenarias del tranvía se eliminaron porque interferían en «los pasos de Semana Santa» antes de llegar a la Plaza de San Francisco, mostrar el edificio inacabado del Ayuntamiento y alcanzar la Plaza Nueva. Allí señalan la bandera de la ciudad, el NO8DO, que nada tiene que ver con el antiguo noticiero de Franco ni tampoco, asegura el guía, con la leyenda del Nomadejado sino con el Nomine Domine (en nombre de Dios) y la marca del infinito con el que San Fernando marcó su conquista.

Bajo la estatua del Rey Santo, se recuerda que se hizo con Sevilla tras seis meses de asedio así como la existencia entre las tropas cristianas que se repartirían la ciudad de la que se expulsó a todos sus habitantes, «salvo algunos visigodos» para atravesar el antiguo barrio de los catalanes, por la calle Carlos Cañal y llegar al puente de Triana. Sin cruzarlo, se explica el origen del antiguo arrabal, como sitio donde se refugiaron judíos, moriscos y marineros, se inició la Inquisición y el flamenco; un lugar con carácter diferente, el «barrio anarquista» lo llega a definir la guía.

Inundaciones

También se dan cuenta de las numerosas inundaciones que sufrió la ciudad antes de pasar a la próxima parada, la plaza de toros donde mataron a la mítica Carmen y que no es redonda, aunque a los turistas se les dice que por la presión de las casas construidas sobre sus muros lo cierto es que se debe a largo proceso de construcción. Su entorno era zona de mancebías. Desde allí, una referencia al polémico rascacielos de la Cartuja que según cuentan en este recorrido está vacío o casi porque sus locales «son muy caros». El paseo nos lleva frente a la Torre del Oro, a su papel en la carrera de Indias, y a otra leyenda, aunque algo trastocada. Según la guía, Pedro I recluyó allí a Doña Maria Coronel ;las crónicas cuentan que fue su hermana Aldonza, amante del monarca, la que vivió en aquel lugar, pero el apellido da pie a aprovechar para contar cómo la dama se quemó la cara con aceite hirviendo para huir de su real acosador.

Tras una parada para descansar y hacer reservas de otras rutas, ya con precio marcado, el tour hace parada en el Hotel Alfonso XIII, cuya construcción, según la guía, pagó el propio rey y pasó a ser «patrimonio nacional» cuando es municipal. Se hizo para alojar a las autoridades que iban a venir para la Exposiciòn Iberoamericana pero el crack del 29 echó abajo las expectativas. El paseo está a punto de terminar. Se alcanza la antigua Fábrica de Tabacos , donde el ambiente generado por tan alto número de mujeres empleadas para la época, originó el mito de Carmen antes de ir hacia el Casino de la Exposición y destacar los muchos edificios que en esa zona nos dejó la Expo del 29 incluida la Plaza de España a la que Aníbal González dio forma de brazos abiertos hacia Iberoamérica.

Pabellón de la Navegación

Ahí, en la plaza, termina este tour y muy cerca se puede iniciar otro, porque se encuentra una de las paradas de uno de los dos buses turísticos. Con un coste de 20 euros , que permite el acceso gratis al pabellón de la Navegación y descuentos en los paseos en barco, el tour da un conocimiento básico de la ciudad sin tener que andar y con la posibilidad de bajar, visitar la zona en cuestión, y volver al bus para continuar el recorrido escuchando, a través de los auriculares, lo que van contando de los distintos puntos por los que se pasa con hilo musical de guitarra flamenca.

La primera parada está junto la Torre del Oro desde allí nos conducen por la avenida de Las Delicias junto a San Telmo, escuela de navegantes, corte en tiempos de los Montpensier, seminario y hoy sede de la presidencia de la Junta;para pasar junto a la Fábrica de Tabacos, el bar Citroën (parada de la Plaza de España) y circular por la Borbolla junto al parque de María Luisa para alcanzar el muelle de las Delicias. Desde allí por la Palmera remarcan los edificios de la Exposición del 29, hasta entrar por el puente de San Telmo a Triana, de la que señalan su carácter diferente del resto de la ciudad y aunque pasan junto a ella sin mencionar la iglesia de San Jacinto sí señalan que en esa calle está la capilla de la Estrella.

El bus atraviesa Triana recordando que es una de las cunas del flamenco, antes de adentrarse en la Cartuja y pasar por el monasterio sin decir nada de este monumento ni de lo que la Expo significó para Sevilla pero sí de los jardines americanos y hasta de los puentes que se construyeron para la muestra. El recorrido continúa hacia el Parlamento y la Macarena, para adentrarse por la Alameda —de la que cuentan fue un lugar inhóspito por las aguas estancadas pero no hablan de su transformación— hacia la plaza del Duque, el Museo de Bellas Artes, la Plaza de Armas, alcanzar el puente de Triana y mencionar la importancia del Arenal y su coso. En menos de hora y media nos hemos llevado una muy somera, y subjetiva, visión de Sevilla.

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