Cómo evitar que nos invadan los mosquitos en casa

Macetas, juguetes o cubos que puedan acumular agua favorecen su cría

Las mosquiteras en las ventanas es una de las medidas para prevenir picaduras ABC

Amalia F.Lérida

Llega el verano, las altas temperaturas y los mosquitos. Combatirlos y evitar sus picaduras no es tarea fácil. Ni difícil, porque siguiendo una serie de consejos se puede reducir en gran parte la presencia de estos insectos en casa.

Algunos estudios concluyen que los mosquitos eligen a sus víctimas por su respiración, es decir por la cantidad de CO2 que emiten, y por su olor corporal, por el perfume que lleva e, incluso, por el grupo sanguíneo, aunque en estos casos muy poco podemos hacer por prevenir.

En la casa sí, porque la mayoría de los mosquitos que nos pican en nuestros hogares se han criado muy cerca y probablemente nosotros mismos hemos proporcionado el criadero y refugio adecuados para ello.

Dice José Vela , jefe de servicio de Salud Ambiental de la Consejería de Salud, que las fases juveniles de los mosquitos picadores se encuentran en aguas estancadas y no necesitan mucho espacio.

Explica que «los focos domésticos van desde cubos, latas, depósitos y fosas sépticas mal tapadas , hasta fuentes y, sobre todo, piscinas fuera de la temporada de baño».

Es más frecuente la presencia de mosquitos adultos, sobre todo si estamos cerca de zonas con agua estancada (no necesariamente sucia) o con abundante vegetación y una humedad relativamente alta que les permite estar activos durante todo el día, aunque son las horas de la salida y puesta de sol las que registran normalmente una mayor actividad .

Las residencias de verano, por su proximidad al entorno natural, un mayor uso de los espacios exteriores y un menor aislamiento de los interiores, propicia una mayor frecuencia de mosquitos en el interior de las habitaciones, según dicho experto. Los jardines con abundante vegetación y bien regados, reúnen excelentes condiciones para albergar a los mosquitos adultos durante el día, por ejemplo en setos, arbustos y macetas que les protegen del calor diurno.

Para controlar su cría es importante, según aconseja Vela, no guardar en el interior o exterior del domicilio recipientes como macetas, juguetes o cubos que puedan acumular agua y, en caso de que sea imprescindible, vaciarlos, al menos, una vez cada dos semanas.

Si no es posible evitar el vaciado o la protección, como es el caso de estanques, piscinas o fuentes ornamentales , se puede controlar su cría utilizando métodos de cloración del agua o la introducción de peces que se alimenten de las larvas y puestas.

Importante es también usar ropa que cubra la piel y dejar la luz apagada si tenemos la ventana abierta, ya que los mosquitos acuden a la luz. En el exterior, debemos procurar mantenernos alejados de espacios donde haya agua estancada sin tratar como desguaces, fuentes, piscinas hinchables, estanques, lavaderos, agujeros de árboles.

Otro remedio es usar repelentes contra mosquitos en casos en los que estemos en una zona donde abunden y en las horas en las que pican con más frecuencia, a la caída de la tarde o durante la noche.

Pero si los consejos y remedios no surten efecto y al final nos pican los mosquitos hay que estar alerta a la reacción de nuestra piel y organismo, en general.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica , la picadura se define como la lesión originada por la penetración de un aparato agresor en el interior de la piel, que ocurre a consecuencia de un acto que tiene como finalidad la introducción de un veneno (artrópodos venenosos) o para obtener fluidos procedentes de la víctima (artrópodos hematófagos).

Entre los primeros destacan insectos como las abejas, las avispas y las hormigas, y arácnidos como las arañas y los escorpiones . Los hematófagos comprenden entre otros a los mosquitos y tábanos, chinches, pulgas y garrapatas.

Las reacciones a picaduras suelen ser locales, con picor, enrojecimiento y edema circunscrito en la zona donde pica el artrópodo.

En personas susceptibles puede producirse hinchazón intensa y de larga duración, aunque esto generalmente no conlleva riesgos de reacción grave.

Las reacciones alérgicas de importancia médica son las denominadas reacciones sistémicas o generalizadas , que se manifiestan por picor y erupción a distancia de la picadura o por toda la extensión de la piel y en ocasiones dificultad para respirar y alteración del nivel de conciencia. Estas reacciones suelen ocurrir por picaduras de abejas y avispas.

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