La crisis del coronavirus

El comercio histórico de Sevilla, en contra de la libertad horaria pese a la crisis

La norma que permitirá a grandes superficies abrir seis domingos más disgusta a las tiendas del Centro, más castigadas por el cierre del Covid-19

Una clienta es atendida en un comercio de la calle José Gestoso Juan Flores

Mercedes Benítez

La Junta de Andalucía ha modificado recientemente la normativa de comercio . El decreto que regula la apertura de festivos ampliando los días autorizados para abrir cada año en los establecimientos comerciales con una superficie superior a 300 metros cuadrados fue modificado en pleno estado de alarma. La orden, aprobada el pasado 27 de mayo y publicada en el BOJA hace sólo unos días, en plena crisis del coronavirus Covid-19, supone pasar de los diez domingos y festivos actuales a 16 que se recogerán en la nueva norma.

El aumento se realizará de forma progresiva para que los comercios puedan adaptarse y se llevará a cabo de la siguiente manera: 12 festivos en 2020, 14 en 2021 y 16 en el año 2022. Pero la idea no ha caído bien al pequeño y mediano comercio , ya bastante golpeado por el cierre durante el estado de alarma, y que ahora tiene que limitar los aforos de pequeñas tiendas a la vez que luchar con una competencia cada vez más feroz.

Desde Aprocom, su presidente Tomás González, aseguraba que se trata de un decreto que no da beneficios para los pequeños sino todo lo contrario. «No hay necesidad de tener que abrir todos los festivos del año», explicaba, recordando que es algo que reconocen hasta las grandes empresas de distribución.

«Este decreto no beneficia al pequeño y mediano comercio que es el que hay que intentar mantener», decía González. De hecho, desde Aprocom se considera que los horarios comerciales son bastante amplios pero también se insiste en que, una vez reabierto el comercio, la recuperación será lenta y que todo no puede achacarse al Covid-19.

La puntilla

«Hay comercios que ya estaban tambaleándose y esto les va a dar la puntilla », explicaban desde Aprocom. «No me creo que los consumidores no tengan tiempo de comprar con horarios que van desde el lunes a las 10 de la mañana hasta un sábado a las diez de la noche», decían algunos comerciantes insistiendo en que no hay una demanda excesiva para que se abran más festivos excepto en verano en la costa y en el interior cuando llegan las fiestas . Y recuerdan que en toda España han cerrado en los últimos cinco años 43.000 comercios, muchos de ellos en Sevilla, donde estas pequeñas tiendas atraviesan momentos difíciles, ahora aún más agudizados por el estado de alarma que los mantuvo cerrados durante dos meses.

Los comercios de Aprocom de diversos subsectores comerciales lanzaron hace días un mensaje de agradecimiento tras el confinamiento y pidieron que se siga consumiendo para evitar el cierre. Además han hecho un sondeo que demuestra la lentitud de la recuperación y que la reactivación va más despacio en el centro debido a la ausencia de turistas. En los barrios la recuperación está en torno al 35 por ciento en el primer mes de apertura, mientras en centro se sitúa en el 25.

Pese a todo, los pequeños comerciantes no tienen previsto cambiar sus hábitos por esta nueva norma. Es algo que confirmaban en algunos de estos negocios , donde no están dispuestos a cambiar de horario.

La mayoría de las tiendas históricas del centro siguen cerrando los domingos y seguirán como hasta ahora. Abriendo sólo algún festivo excepcional, como mucho cuando se acercan los Reyes Magos. Eincluso, algunos más tradicionales y que se sitúan en la zona de la carrera oficial de la Semana Santa, cerraban por las tardes esos días y no piensan cambiar.

En Diza, una de las tiendas históricas de abanicos y mantones de la calle Sierpes, su propietaria, Elisa Díaz, confirmaba que no van a cambiar los hábitos. «Cada uno que haga lo que quiera, pero nosotros somos partidarios de abrir sólo cuando se acerca una fiesta como Semana Santa o Navidad y nunca llegamos al tope de festivos que dice la Junta», aseguraba. En cualquier caso, «respeta» que cada uno haga lo que quiere pese a que el suyo es un negocio destinado al turismo, ahora castigado más aun por la falta de visitantes procedentes de fuera.

En Maquedano, la histórica tienda de sombreros, Cristina Vega, la quinta generación de la saga de sombreros sevillana, no está de acuerdo con esa norma que flexibiliza aún más la apertura en grandes superficies. «Siempre lo he visto fatal porque no se respeta nada» , explicaba la propietaria de este emblemático comercio de Sierpes. Aunque las grandes superficies no son su competencia, no les gusta porque creen que los trabajadores también deben descansar. «No nos afecta al negocio pero no me parece bien que abran ni dieciséis, ni diez, ni uno». decía. El negocio se mantiene pese a que con el coronavirus han tenido que limitar el aforo de su tienda en la que sólo permiten entrar a una persona. Ypara probar usan gorros desechables.

Así, la mayoría de tiendas tradicionales están en desacuerdo con la flexibilización. «Habría que respetar un poco el descanso de los trabajadores domingos y festivos . Si no, ¿cuando vamos a ver a nuestros hijos?», se preguntaba el dependiente de una tienda de caballeros recordando que tampoco tienen mucho personal para ello. Ya eso se suma que algunos están inmersos en un proceso de digitalización que han debido acelerar durante el confinamiento, que también supone un coste más.

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