Colas de hasta dos horas en el Banco de España de Sevilla para cambiar las últimas pesetas

Decenas de sevillanos se concentran en el último día para convertir en euros los ahorros que tienen todavía en las antiguas monedas

Larga cola ante el Banco de España para cambiar las pesetas Juan Flores

Elena Martos

Veinte años han tenido los ciudadanos para cambiar los ahorros que todavía tienen en pesetas, pero como en tantas otras cosas, muchos han esperado al último día. Este miércoles expira el plazo para convertir en euros las antiguas monedas y billetes que por nostalgia o por despides habían quedado en los cajones . Desde ayer ya se vienen repitiendo las aglomeraciones, pero la jornada de hoy ha sido la de más afluencia.

La espera supera las dos horas, según explican a ABC algunos de los que la han soportado. Comentan que se ha establecido un sistema de números que reparten dos agentes de la Guardia Civil, encargados de mantener el orden, que no siempre se ha respetado. Ya dentro del edificio el público se ha dividido entre los que prefieren cobrar en mano y los que optan por recibirlos en una transferencia que se hará efectiva dentro de unos días cuando los funcionarios hayan contado el dinero a cambiar.

También hay quien regresa con todas sus monedas de vuelta por ser anteriores a 1992, que dejaron de ser de curso legal con la entrada del euro. Entonces se hizo una regulación y se puso límite para el cambio de aquellas pesetas de mayor tamaño que dejaron de expedirse durante la década de los noventa. «Sólo son válidos los cinco duros del agujero, por ejemplo los del balón que hicieron para el mundial de fútbol del 82 te los echan para atrás. Lo más gordo que te cambian son los billetes de 2.000 pesetas», comenta a ABC Francisco, uno de estos sevillanos que han pasado por la plaza de San Francisco para cambiar esos ahorros. «Estas monedas -dice mostrando varios botes repletos- las tenía mi abuelo en el mueble bar de su casa y nunca quiso desprenderse de ellas , ahora que ya no está no sabemos qué hacer con ellas, así que me las he traído para sacar lo que pueda. Al menos me da para unas cervezas«, asegura al marcharse.

Justo detrás aguardaba su turno Miguel Domingo García, trabajador de Cruz Roja en Cádiz, que se ha desplazado hasta Sevilla para cambiar la donación que les ha hecho un socio . «Nos trajo directamente las monedas porque allí no hay sede del Banco de España, por eso he venido para cambiarla», comenta. «Es una ayuda inesperada que nos viene estupendamente para los programas que tenemos en marcha, cómo no vamos a hacer el esfuerzo», indica y agradece el gesto al benefactor. No es la única institución social que ha acudido el último día para cambiar las donaciones que han recibido de esta forma tan peculiar. Admite también que no es la primera vez que les pasa, ya con anterioridad otros socios han hecho donativos en pesetas. «Cualquier aportación es bien recibida», dice.

El panorama en la cola es de lo más variopinto. La mayoría se ha acercado con sobres, botes, cajas de zapatos y monederos antiguos en los que han atesorado las antiguas monedas, otros han necesitado una mochila , como José Luis, que calcula que puede sacar unos 200 euros por todo lo que lleva encima . A las 14 horas cierra las puertas del Banco de España y todas las pesetas que se queden en los cajones serán ya un objeto de colección y recuerdo.

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