El claustro de la Universidad de Sevilla vuelve rechazar el sufragio universal para elegir al rector

Castro logra el respaldo de la mayoría y se escuda en la autonomía universitaria para rechazar incluso que la comunidad universitaria vote cómo quiere nombrar sus órganos de gobierno

Claustro de la Universidad de Sevilla Rocío Ruz

Mercedes Benítez

La comunidad universitaria está pidiendo el sufragio universal ponderado, el claustro lo frena. Así se pronunciaba en Twitter un profesor de la facultad de Económicas que bien podía servir de resumen de lo que ha ocurrido en el claustro de la Universidad de Sevilla que este jueves ha tenido un intenso debate en una reunión convocada para rechazar la Ley Castells que se ha prolongado durante toda la mañana y que finalmente ha secundado mayoritariamente lo que quería el rector. ¿Se compromete a impulsar el sufragio universal en la universidad de Sevilla?, le ha preguntado un caustral . «No voy a responder a esa pregunta» , ha dicho el rector que ha logrado aprobar su propuesta por 120 votos a favor, 21 abstenciones y sólo seis votos en contra en una votación que ha tenido lugar a mano alzada tras un intenso de debate que luego no se ha reflejado en las votaciones.

Lo que se ha aprobado una declaración de rechazo a la Ley Castells (la Ley de Orgánica del Sistema Universitario, LOSU), con el argumento de que se trata de una norma intervencionista y que limita la autonomía universitaria. En realidad esa declaración que el rector Miguel Angel Castro ha llevado al claustro implica es el rechazo del Gobierno de la Hispalense a que la futura norma gubernamental obligue a la  Universidad de Sevilla a hacer lo que hacen el resto de universidades públicas de España: elegir a su rector por sufragio universal ponderado. Y así mantener en la Hispalense la modalidad de elección por el claustro un órgano formado por solo 300 claustrales.

Así la declaración aprobada, que se ha modificado en dos ocasiones tras la polémica suscitada sólo ha añadido un párrafo para que siga siendo el claustro el que elabore los nuevos estatutos (que incluye la elección del rector) en un plazo de dos años y que luego esa decisión sea ratificada por el conjunto de la comunidad universitaria por sufragio universal ponderado. La declaración es la siguiente: «El claustro de la Universidad de Sevilla considera que las universidades, a través de sus claustros, deberán elaborar los nuevos estatutos en un plazo de dos años a partir de la entrada en vigor de la Ley, los cuales deberán ser ratificados por el conjunto de la comunidad universitaria por sufragio universal ponderado de acuerdo con la normativa vigente».

No se ha admitido la propuesta de la Escuela de Ingenieros para que toda la universidad votara la fórmula para elegir a su rector

Sin embargo, el rectorado no ha admitido la propuesta alternativa que se ha llevado al claustro por la profesora Pilar Ariza de la Escuela de Ingenieros que solicitaba que se hiciera un sufragio universal ponderado en la comunidad universitaria para que la Universidad de Sevilla decida cual es la forma de elegir al rector. Esta propuesta, que representa a un grupo de la Escuela de Ingenieros y adelantada a ABC por el catedrático Jaime Domínguez Abascal, ni siquiera ha sido admitida pese a la insistencia de una decena de claustrales y las numerosas criticas planteadas porque la Hispalense siga sin la elección democrática de su máximo responsable. En ese sector crítico también se ha alineado Encarna Montoya, vicedecana de Derecho y del equipo de Alfonso Castro . Aunque el debate ha tenido lugar en tono cordial, se ha producido un momento de tensión cuando el rector ha preguntado a Ariza si aceptaría la inclusión de un párrafo en la propuesta inicial. «Me está poniendo en una situación difícil pidiendo que manifieste el sentido de mi voto», se ha quejado Ariza.

Lo que ha propuesto el rector es que siga siendo el claustro el que decida cómo se eligen los órganos de gobierno y posteriormente esa decisión sea votada por la comunidad universitaria. « Lo que propongo es que no hablemos del modo de elección sino que hablemos del estatuto» ha dicho Miguel Ángel Castro intentando evitar pronunciar la palabra sufragio universal, el principal meollo de la cuestión y que ha provocado numerosas intervenciones.

De hecho ante las voces críticas que han surgido en los últimos días, ha salido en defensa del citado claustro como máximo órgano de representación y ha recordado que merece «el respeto y la consideración» de todos sus miembros y no merece ningún calificativo desconsiderado ni malintencionado. Pese a las insistencias de algunos críticos, el rector se ha escudado en la defensa de la autonomía universitaria contra el «intervencionismo» de la Ley Castells.

La historia de la marmota

Sin embargo, la negativa del rectorado a admitir que se hable del sufragio universal ha tenido algunas contestaciones durante la reunión del claustro. Aunque muchos claustrales han mostrado un apoyo cerrado al gobierno de la US, u nos pocos han alzado la voz para insistir en que Sevilla debe dejar de ser la excepción entre las universidades españolas. Uno de los profesores ha sido muy claro en su intervención. «Estoy extrañado de una situación que llevamos años arrastrado que es la forma de elección del rector», ha dicho el Luis Angel Hierro cuestionando que «se defienda la autonomía sólo para la elección de cargos». Y también que se eluda hablar de un tema que otra claustral ha calificado como «la historia de la marmota» .

«No es nuestra intención poner en cuestión la legitimidad del claustro pero a historia de la democracia ha ido evolucionando y ha ido extendiendo el sufragio universal y haciéndola más representativo. Tenemos un problema de partida», ha dicho otro profesor representante del sindicato Adius, que también ha recordado al rector que no consideran que se limite la autoridad del claustro por dar más participación a la comunidad universitaria. En cualquier caso lo aprobado no es más que una declaración de intenciones ya que habrá que ver como queda finalmente redactada la Ley Castells y si tras las numerosas modificaciones obliga a la Universidad de Sevilla a dejar de ser la única de España que no elige a su rector por sufragio universal ponderado.

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