La cirugía del Virgen del Rocío acaba con los jorobados

La cifoescoliosis empezó a tratarse hace unos 40 años en el hospital público sevillano y consiguió corregir la deformidad. Hoy día solo la padecen personas mayores

La escoliosis está ya prácticamente erradicada ABC

AMALIA F. LÉRIDA

Si echa un vistazo a su alrededor verá que apenas se ven ya por la calle personas jorobadas y las que hay son muy mayores. Eso es así porque la cifoescoliosis, que es el nombre de la deformidad que genera la joroba, hace 40 años que se interviene quirúrgicamente en Sevilla , concretamente en el hospital Virgen del Rocío.

El doctor Mariano Jorge Hidalgo Pérez , especialista en Traumatología y Ortopedia de Quirónsalud SagradoCorazón forma parte también de la unidad de columna de dicho centro sanitario público y explica que la escoliosis es una alteración de la alineación de la columna en el plano frontal, o sea, que en vez de estar recta está torcida; y, la cifosis, en el plano lateral. Esta curva está más acentuada de lo normal (hacia adelante) y origina el componente principal que provoca la giba o joroba.

Estas dos deformidades, escoliosis y cifosis, junto con la alteración rotacional de las vértebras se suelen asociar casi siempre. «La escoliosis —sigue Hidalgo— es, en definitiva, una deformidad global del raquis (columna cervical, dorsal y lumbar). Es una deformidad tridimensional en los planos frontal, lateral y con un componente rotacional. Al alterarse las curvas fisiológicas normales de la columna provoca deformidades importantes en el tronco como asimetría de hombros , de caderas, gibas o jorobas dorsales altas, medias, dorsolumbares y lumbares. Todo esto dependiendo del tipo de escoliosis».

Estos pacientes también tienen unos movimientos característicos porque al andar, intentan equilibrar el peso y la carga del tronco que no está equilibrada. Con el tiempo tienen dificultades importantes para caminar, se cansan, no aguantan mucho tiempo de pie y pueden quedar muchos postrados en una silla de ruedas.

La causas son múltiples : congénitas, neuromusculares, metabólicas e idiopáticas (causas desconocidas). Destaca el doctor que lo más frecuente es que la deformidad aparezca desde niños asociada con el crecimiento aunque en el adulto también pueden surgir debido a causas degenerativas, traumáticas o tumorales, entre otras.

La operación quirúrgica que trata esta deformidad — se reducen las curvas anómalas en los tres planos con ganchos, alambres y tornillos— puede ser una de las cirugías más grandes a las que se somete un paciente porque hay que exponer toda la columna, hay pérdidas hemáticas considerables, la duración puede superar hasta las cinco horas , consume muchos recursos materiales y humanos, el coste es alto y en el quirófano intervienen entre ocho o diez profesionales. «Pero al desarrollarse en unidades de referencia nacionales y regionales como la de Sevilla en el Servicio de Traumatología del Virgen del Rocío con la gran experiencia acumulada durante años y el gran volumen de pacientes intervenidos, a pesar de ser una cirugía grande con potenciales complicaciones, los resultados y la recuperación y grado de satisfacción de los pacientes son excelentes y las complicaciones son mínimas, casi inexistentes», asegura el doctor Hidalgo, quien añade que la mayoría de los pacientes se van de alta hospitalaria entre los cinco y siete días, caminando y haciendo una vida casi normal.

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