Patrimonio
El cine de la calle Trajano volverá a ser un teatro tras la rehabilitación
El propietario recuperará el uso cultural que tuvo en su origen y lo compatibilizará con un hotel de cinco estrellas de 18 suites

El antiguo cine Trajano, abandonado desde hace dieciséis años, recuperará el uso para el que lo concibió Aníbal González en 1922 y volverá a ser un teatro tras su rehabilitación. Ese es el plan del empresario Emilio Castillejos , el flamante propietario de este edificio de inspiración neomudéjar, obra maestra del estilo regionalista. Su capacidad de imaginación es inmensa, logrando ver un patio de butacas donde hoy crece una enorme higuera silvestre.
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Desde que firmó la escritura hace apenas unas semanas no ha dejado de visitar el inmueble, cuyas puertas ha abierto a ABC. «Ya en la entrada se puede percibir la profundidad del teatro. La capacidad visual de Aníbal González es impresionante, porque logra crear un impacto en el espectador desde que pasa el umbral de la puerta. Y qué puerta. La vamos a conservar porque es una belleza», explica nada más iniciar la visita.
Muy pocos han podido acceder a estas instalaciones en los últimos dieciséis años. Desde el cierre de la sala X, que fue la última actividad que tuvo , no ha habido más vida en el interior de sus muros. «Ni siquiera ha tenido okupas que sepamos», se sorprende el inversor madrileño, que ya ha afrontado rehabilitaciones parecidas en Lisboa.
Cuenta que tuvo un flechazo con este edificio en 2014 durante una visita a la ciudad por asuntos de trabajo. Entonces mostró interés por adquirirlo, pero ya planeaba sobre él la solicitud de declaración BIC , que se resolvió el año pasado, y su incorporación al catálogo de solares abandonados. Hace unos meses volvió a pasar por la puerta de camino a una reunión en el Colegio de Economistas y fue allí donde se gestó la venta.
«Me advirtieron de que tenía la consideración de Bien de Interés Cultural y que eso podría afectar al proyecto que tenía en la cabeza, pero todo lo contrario, mi intención es conservar todo lo posible, porque es una joya de la arquitectura», explica Castillejos, que pretende recuperar el teatro en el mismo lugar que ha tenido siempre y con las mismas dimensiones. Ese será el primer frente de trabajo cuando haya presentado el proyecto y obtenga los permisos. Actualmente toda la parte del escenario está apuntalada y sobre el patio de butacas cuelga la enorme montera de hierro y cristal que se ha hundido. «También quiero restaurarla», admite, mientras la observa con preocupación. Es consciente de que en cualquier momento puede desplomarse y tendrá que realizar obras de emergencia para asegurar el espacio.

«La desmontaremos, sustituiremos los hierros que estén dañados y la volveremos a erguir», dice convencido el empresario, que estos días se afana en la búsqueda de documentación gráfica de la finca para restaurarla de la forma más fiel posible». « No sé qué aforo puede tener este sitio , pero de lo que estoy seguro es de que tiene que volver a ser un teatro con ese aire de los años veinte, para actuaciones de flamenco, de jazz...», continúa Castillejo.
La segunda parte del plan es destinar a un hotel las viviendas que están en las plantas superiores y que dan a las calles Trajano y Amor de Dios . «Será un alojamiento de cinco estrellas gran lujo, de muy pocas habitaciones», indica. «Todas de tipo suites y por nuestros cálculos, pueden salir unas 18», asegura.
La superficie total ronda los 2.700 metros cuadrados , lo que permitirá «hacer un buen proyecto, que sea rentable, sin necesidad de destrozar el edificio», considera el inversor, conocedor de otras propuestas que se han presentado ante el Ayuntamiento y que únicamente contemplaban mantener en el pie la fachada. En el plan de este madrileño entran los arcos de los palcos , liberar el interior de todos los elementos posteriores que se fueron añadiendo para convertirlo en sala de proyecciones y recuperar los azulejos que estén dañados.
No es pequeña esta tarea de desmontaje de estructuras que cambiaron por completo el aspecto del salón de variedades Lido en los sucesivos usos que tuvo, pero «ha venido muy bien», reconoce, pues con estos recubrimientos en paredes y columnas se han protegido del desgaste los elementos originales.
En las plantas de las viviendas aún se conservan en buen estado las puertas y algunas cocinas antiguas que procurará integrar. Las escaleras recuperarán la vitalidad, pues la forja sigue intacta y encaja con todo el conjunto.
El final de la visita es la terraza, que será un espacio de ocio, con servicio de copas, para los huéspedes . Hasta la misma se accede por otra escalera escarpada que necesitará de una adaptación completa, así como la incorporación de ascensores. Una transformación completa para recuperar el pasado en la que habrá que invertir casi la misma cantidad que costó su adquisición y que el inversor no quiso desvelar.