Educación
Cierran la guardería del Vacie para «integrar» a los niños en otras cercanas a este asentamiento chabolista
La Asociación Aliento, que gestiona el centro desde hace 20 años, advierte de que el Ayuntamiento de Sevilla no ha revovado la subvención y les ha pedido que entreguen las llaves

La decisión va a crear polémica, pero en el trasfondo lo que persiste es una «medida integradora y social» de una parte de la ciudad que malvive en la marginación. Se trata del asentamiento chabolista del Vacie y, en concreto, de la guardería que existe allí desde hace dos décadas.
El Ayuntamiento de Sevilla ha decidido este año no renovar la subvención anual que destinaba a este centro para asistir y educar a los más pequeños de esta zona de Sevilla. Tras varios años llevando a cabo esta renovación, el equipo de gobierno de Juan Espadas ha decidido poner fin a esta colaboración entendiendo que con esta medida, «lo que se pretende es integrar más a estas personas puesto que forma parte del plan de erradicación de este asentamiento chabolista », explican fuentes municipales a ABC.
Asimismo, esta fuente informante asegura que «ahora hay menos niños en la zona y ha dejado de tener sentido este centro porque entendemos que más que un desmantelamiento de la guardería se trata de un logro social que forma parte de una estrategia de integración».
Con esta medida, unos veinte niños de familias marginales del Vacie ahora estarán escolarizadas en otras guarderías de barrios cercanos mientras que la caracola que sirve de guardería tendrá a partir de ahora otra finalidad.
La Asociación Aliento , que gestiona este centro educativo y social, expresó ayer a este periódico su «inquietud» por esta decisión, sobre todo a partir de que en julio ya se advirtiera por parte del partido Popular que no se garantizaba la renovación anual por parte del Ayuntamiento. «Nos han mandado dos correos electrónicos; el primero hace cuatro días diciendo que no se renovaba la ayuda como tal y otro un par de días diciéndonos que teníamos que recoger nuestras cosas y entregar las llaves de la caracola », comentan desde la asociación que, del mismo modo, espera «que se pueda solucionar».
«Es una pena porque la verdad lo que está en juego es la continuidad de la labor social que llevamos a cabo a través de dos educadoras, Pili y Noelia, y una cocinera, Nuria, que son las que reciben el dinero de la subvención. Nos atemoriza saber que las madres de estos niños, que muchas de ellas no son ni mayor de edad siquiera, si ya difícilmente nos lo dejaban estando tan cerca de las chabolas, ahora no quieran desplazarse a otras guarderías de otros barrios para dejar allí a los más pequeños y ya pierdan el hábito».
Desde la Asociación Aliento exponen que son «unos 20 niños que van a esta guardería, donde lo primero que hacemos es darles el desayuno, los bañamos, les ponemos ropa limpia y luego le damos el almuerzo antes de que vengan a recogerlos sus padres. Para ello contamos con cuatro voluntarias además de estas tres personas que son las que les enseñan una disciplina de higiene personal , además de darles de comer y educarlos».
Los inicios de esta labor se remontan a hace varias décadas «cuando una voluntaria cedió una caracola para que los niños de las presas de raza etnia de la cárcel de Sevilla pudieran dejar a los niños allí. Poco a poco nos acercamos al Ayuntamiento, que nos cedió el espacio y con la ayuda de la UE se pudieron construir las dos caracolas que forman parte de la guardería», resumen desde la asociación.
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