DEFICIENTES SALIDAS DE EMERGENCIAS
En el centro de salud Mallén no cabe un alfiler
Masificación el primer día que asiste a los 15.000 usuarios de Huerta del Rey, cerrado el jueves
El primer día en que, oficialmente, el centro de salud de Mallén atendía a los 15.000 usuarios del de Huerta del Rey, que cerró sus puertas el pasado jueves, evidenció el hacinamiento que sufren los pacientes, los familiares y el personal sanitario.
«Y eso que estamos en Navidad y hay muchos médicos de vacaciones. ¡Verá el 9 de enero cuando llegue todo el mundo...!», decían trabajadores del centro, agobiados, abriéndose camino entre los cochecitos de bebés y pasando tres veces por el mismo lugar en menos de un minuto.
En la calle una caravana de coches señala como origen del atasco el centro de salud, donde un vehículo detenido del que baja un joven y despliega una silla de ruedas retiene el tráfico.
En la entrada ya costaba meterla con el anciano, ayudado por una mujer mayor que lo traía de Huerta del Rey y en el vestíbulo los que entraban se daban de bruces con los que esperaban en la cola para coger cita, los que bajaban de las consultas de arriba, y las madres que abrigaban a los bebés antes de salir a la calle.
En la planta baja se ha dejado todo como estaba, al menos no se ha cambiado la estructura, y en la primera y última se han habilitado más consultas dejando apenas seis sillas de espera en cada una para los cupos de cada médico. Cuando llegan más pacientes, la mayoría de considerable edad, han de quedarse de pie, acomodándose en el angosto corredor.
Pero lo que más llama la atención, a pesar de que Salud aseguró el lunes en un comunicado que se «han revisado diferentes aspecto como el espacio» son las dos salidas de emergencia que hay en el centro, ambas en la planta baja.
Una está entrando a la izquierda. Se pasa la puerta y se entra en un pasillo que gira a la derecha y luego a la izquierda para acabar en una puerta que da acceso a las instalaciones de la Delegación de Salud, en Luis Montoto y, por tanto al interior de este edificio, no a la calle.
La otra puerta está a la derecha en el extremo de dicha planta baja. Se abre y aparece una estrecha escalera de apenas diez peldaños que da a la calle. Por fuera se observa que no hay indicación alguna de salida de emergencia , de modo que cualquier vehículo puede estacionar delante, como ayer, cuando una furgoneta aparcó justo a la salida.
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