URBANISMO
Las cautelas arqueológicas retrasan la sustitución de tuberías de Emasesa
Estas precauciones incrementan el presupuesto de las obras y las ralentizan
La sustitución de las antiguas redes de abastecimiento y saneamiento de la ciudad no sólo está condicionada por la disponibilidad presupuestaria, sino también por las dificultades que pueden surgir en la ejecución del proyecto. Entre ellas cabe destacar la posibilidad de que, a pesar de que estos trabajos suelen ir a escasa profundidad y no sacan a la luz restos arqueológicos de entidad, las obras afecten a una zona donde puede haber vestigios históricos.
En la mayoría de las ocasiones, las actuaciones de Emasesa se llevan a cabo en espacios públicos en los que no hay constancia de la existencia de restos y, por ello, no es necesario ninguna medida, pero cuando se va a intervenir en una zona del casco histórico, a un área que afecta a un bien de interés cultural o algún yacimiento arqueológico hay que tomar una serie de cautelas que tienen repercusión en la obra. De esta manera, y aunque las obras de sustitución de redes suelen generar excavaciones siguiendo la misma traza de las tuberías existentes, se comunica a la Delegación de Cultura y a Urbanismo su ejecución. En los casos que sí es necesaria esa cautela arqueológica, se determina, con la supervisión de técnicos de cultura, el tipo de excavación arqueológica a ejecutar redactando el correspondiente proyecto. Normalmente, el control se limita al movimiento de tierras y a la presencia en los trabajos de un arqueólogo que determine la importancia de posibles hallazgos arqueológicos o paleontológicos.
Restos en Orfila
Hasta ahora, los trabajos llevados a cabo por Emasesa sólo han sacado a la luz cimentaciones y basamentos próximos a las tuberías, que se han documentado y vuelto a cubrir. Así pasó por ejemplo en el caso de las obras llevadas a cabo allá por el año 2008 en la calle Orfila, donde durante los trabajos salieron a la luz sillares de una antigua muralla que ya se habían identificado en las obras que se llevaron a cabo en esa vía en 1952; esos restos no fueron afectados por las obras de sustitución de un colector. En el caso de calle San Luis, una antigua vía de salida de la ciudad , también había riesgo de encontrarse restos históricos, pero aunque se hizo un exhaustivo control del movimiento de tierra no se detectaron restos de interés, sólo algunas de las antiguas dobles canalizaciones de agua, la no potable y la que sí se podía consumir.
Esta cautela arqueológica tiene sin embargo sus consecuencias, tanto en lo económico como en los plazos de ejecución. En muchas ocasiones estas precauciones obligan a disminuir el ritmo de los trabajos e incluso a cambiar los medios utilizados en los movimientos de tierra, haciéndolos más manuales para evitar posibles daños a los restos. Ello tiene sus consecuencias económicas:se estima que las cautelas arqueológicas incrementan el presupuesto de las obras en un 1%.