Iglesia

La Catedral de Sevilla acogerá un funeral por las víctimas del coronavirus

El arzobispo, en una carta a los sacerdotes, espera que los templos puedan abrir pronto y pide a los curas que donen parte de su salario a los pobres

El arzobispo de Sevilla preside una misa en el Altar del Jubileo de la Catedral Vanessa Gómez

J. M. R.

La Catedral de Sevilla acogerá una misa funera l por las víctimas del coronavirus «cuando sea posible». Así lo ha expresado el arzobispo hispalense, monseñor Juan José Asenjo, en una carta dirigida a todos los sacerdotes diáconos y religiosos de la Archidiócesis. El prelado ha anunciado que «si el confinamiento ha favorecido nuestra creatividad pastoral, la tragedia que nos ha sobrevenido debe favorecer la comunicación cristiana de bienes en esta hora de tanto sufrimiento para los pobres, que vosotros palpáis cada día».

Así, ha expresado su confianza en que se puedan reabrir los templos dentro «de algunas semanas» . Entonces será posible la participación en la eucaristía. En este sentido, se ha referido en particular a las primeras comuniones , que han sido aplazadas mayoritariamente al mes de septiembre, y avisa que próximamente se informará de las decisiones relativas a la Misa Crismal (que tendría que haberse celebrado el pasado Martes Santo), la celebración del Corpus Christi y las órdenes, que serán el 20 de junio, así como del funeral solemne que tendrá lugar en la Catedral por las víctimas, cuando las circunstancias lo permitan «y que también vosotros podríais celebrar en vuestras parroquias, todo condicionado a las disposiciones y medidas que vayan adoptando las autoridades sanitarias».

El arzobispo felicita a los sacerdotes «porque de diversos modos, con creatividad e ilusión, estáis ejerciendo vuestra responsabilidad ministerial cerca de los fieles, en particular utilizando las redes sociales y las herramientas que hoy nos brindan las tecnologías de la comunicación». De forma especial, reconoce la labor de los capellanes hospitalarios y de los tres sacerdotes que atienden espiritualmente a los enfermos del hotel Alcora . En esta misiva, la tercera que dirige al presbiterio de Sevilla en estas semanas de confinamiento, recuerda al sacerdote Alfredo Corona , fallecido la pasada semana, así como a los que van mejorando en su estado de salud, Antonio Borrego y Moisés López .

Delicada situación económica

Monseñor Asenjo destaca varias consecuencias pastorales de esta situación, entre ellas la economía de las parroquias y la Archidiócesis , «que se está resintiendo, con los templos y la Catedral cerrados y el cese de las colectas» . Ante el delicado panorama económico que se avecina, el Arzobispo destaca que «estamos llamados a explicar con sencillez a nuestros fieles la situación , convocándoles a la corresponsabilidad de todos en el sostenimiento de la Iglesia». Son varias las vías que propone para esta colaboración: la casilla a favor de la Iglesia en la declaración de la renta , las suscripciones periódicas y la vía facilitada en el portal www.donoamiiglesia.es .

Por otro lado, informa que se está estudiando la posibilidad de interrumpir obras en marcha y aplazar otras que estaban programadas. Además, desde la administración diocesana se está negociando con las entidades bancarias el posible aplazamiento o la adecuación de nuevos plazos de amortización de préstamos suscritos.

Más adelante destaca que el anuncio de la fe es «la aportación más original, necesaria y propia de nuestra acción pastoral», y señala el aumento de la pobreza que se deriva de la actual situación socioeconómica («el futuro de muchos hermanos nuestros –subraya- es especialmente tenebroso»). En estas circunstancias, el arzobispo afirma que «estamos llamados a convocar a los fieles a la corresponsabilidad de todos. Haremos muy bien ayudando a las Obras Misionales Pontificias, como nos ha pedido el Papa y nos informaba recientemente el delegado diocesano de Misiones. Haremos también muy bien ayudando a Cáritas diocesana y las Cáritas parroquiales, de las que sois los últimos responsables y que tenéis que cuidar muy cercanamente».

Seguidamente reconoce que «nuestras nóminas son modestas», por lo que pide a los sacerdotes que compartan con los pobres «con generosidad lo que os sea posible». En este punto alude a san Pablo: «Que cada uno dé como le dicte su corazón: no a disgusto y a la fuerza, pues Dios ama al que da con alegría».

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