TRIBUNALES

Caso Javier Criado: gana en el juzgado otra vez, pero ahora pierde en la calle

El médico fue absuelto por hechos similares en 2008, pero entonces no hubo escándalo social

Javier Criado, en su despacho ROCIÓ RUZ

ALBERTO G. REYES

El archivo de las denuncias por presuntos abusos sexuales que un grupo de mujeres ha puesto al psiquiatra sevillano Javier Criado en los tribunales es un desenlace idéntico al que ya tuvo el primer embate judicial contra él hace once años. Detrás de esta historia hay muchos matices que son informativamente muy relevantes, pero que hasta el momento no se han desvelado, sobre todo porque la plataforma denunciante ha administrado los datos con sumo control. Casi todo se repite: los hechos que se le atribuyen, la irrelevancia penal y hasta las mismas personas. El principal responsable de las acciones contra el médico, que ahora se presenta como portavoz de la asociación Veritas, que da cobertura a las mujeres que denuncian las malas prácticas de Criado, declaró contra él ante la Policía en 2005. Se trata del abogado Manuel Seco . No es, por tanto, un representante neutral. En aquella ocasión, Seco manifestó a los agentes que una familiar directa suya había sufrido los supuestos abusos que le arroga al psiquiatra en febrero del año 2000, es decir, cinco años antes de la denuncia. No obstante, según sus propias palabras, esta mujer siguió acudiendo a la consulta del doctor durante un tiempo. Junto a su caso, por cierto, se dirimieron otros dos más: la denuncia de una mujer de Sevilla que se archivó inmediatamente porque los hechos estaban prescritos y la de otra de Córdoba que no se investigó porque no acudió a las citaciones del juzgado. Esta última mujer forma parte de las ocho que han vuelto a denunciar ahora bajo la organización de Seco, que en todo momento ha pedido a los medios que protegieran la intimidad «de las víctimas» y sus identidades , cuando él mismo ha participado en las ruedas de prensa y en los comunicados en los que se han anunciado las nuevas denuncias contra Criado.

El caso de su familiar sí se investigó. Pero tras la declaración judicial de la denunciante, se archivó a petición de la Fiscalía, que emitió un contundente escrito en el que señalaba, entre otras cuestiones, las «incoherencias» en la declaración de Seco , que había justificado su decisión de anunciar cinco años después de los hechos apelando al «temor a la opinión social», pero había enviado «una carta al director de un conocido medio de opinión social en la que ampliamente confiesa su animadversión hacia el señor Criado y la dedicación de éste a aprovecharse sexualmente de sus pacientes». Dicha carta se publicó el 11 de marzo de 2003. A todo esto, la fiscal que llevó el caso, Ana Linares , añade que «la propia versión ofrecida por la denunciante hace suscitar dudas sobre su coherencia y verosimilitud, pues si la situación de abusos sexuales cesa en primavera de 1999, según relata en su declaración judicial, ¿cómo es posible que no contara nada a su familia hasta febrero de 2000?, ¿cómo es posible que volviera a la consulta en septiembre de 1999?, y, sobre todo, ¿cómo es posible que, cesadas las causas que la motivaron, no denunciara estos hechos hasta el 31 de octubre de 2005, más de seis años y medio después, cuando no existía obstáculo alguno que le impidiera hacerlo antes?».

Por todo ello, la fiscal concluyó que «nos resultaría difícil, si no imposible, probar, aun dando por ciertos todos los hechos relatados por ésta, que el señor Criado no interpretaba los signos externos de consentimiento de aquélla racionalmente, pues tenemos base de peso para evaluar su conducta como percepción razonable , a base de la fuerte apariencia de consentimiento externo» de la denunciante «que se deducen de la propia versión que ofrece» ella. Además, para la representante del Ministerio Público, «no puede afirmarse que el consentimiento esté viciado, pues la depresión que padecía no es enfermedad que la prive de razón ni de sentido ni, por lo demás, se abusa de una situación de trastorno mental que le prive de conocer el alcance de sus actos».

Se archivó en 2008

Este escrito se rubricó el 20 de diciembre de 2007. El 11 de marzo de 2008, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial acordó el archivo de la causa, no por prescripción de los hechos, sino porque no había ninguna prueba que los acreditara. Tampoco hubo acciones civiles. El caso quedó ahí. Sin embargo, el relato que otras mujeres hicieron de determinadas prácticas del doctor durante su consulta en las redes sociales llevó a Seco, siete años después de aquel primer archivo , a promover otra denuncia ante el Colegio de Médicos. Pero esta vez se ha actuado de una manera muy distinta. Primero se dio cumplida información a los medios y seis meses después se ha acudido a los tribunales. El resultado penal es idéntico, aunque ahora la Fiscalía sí ve «indicios de culpabilidad», porque la juez que ha instruido estas denuncias –otra vez una mujer- considera prescritos todos los delitos que se le atribuyen salvo uno contra la integridad moral supuestamente acaecido en 2015. Los abusos sexuales no se investigarán .

En España, por cierto, la prescripción no es una opción que tiene el procesado, sino que se aplica obligatoriamente . Es decir, Criado no puede solicitar por la vía penal que se le investigue con el fin de intentar demostrar su inocencia, que él sigue defendiendo en sus comunicados. Sólo puede acudir a la vía civil, en la que ya ha presentado actos de conciliación contra siete mujeres por vulneración de su derecho al honor. Todas han ratificado sus testimonios y, por lo tanto, para que este proceso siga el psiquiatra tendrá que presentar ahora demandas formales contra ellas.

Esta es la situación judicial, que es muy similar a la que se produjo en el caso denunciado hace once años. La social, sin embargo, es radicalmente distinta. La repercusión mediática que han tenido las denuncia s ha provocado que Javier Criado esté bajo sospecha ante la opinión pública , lo que ha abierto un debate sobre la gestión que los denunciantes han hecho de este escabroso asunto. Las declaraciones de las mujeres están ahí y no pueden ser ignoradas a la ligera porque son de una gravedad indudable. Pero también hay que aclarar que la plataforma que dirige el caso, Veritas , decidió poner el altavoz a este tema mucho antes incluso de que la denuncia se registrara en el Prado sin desvelar nunca que su responsable, Manuel Seco, no actuaba de manera imparcial. Un dato que no le quita la razón si la tiene, pero que tampoco hay que escatimar a la sociedad para que pueda formar su propia opinión libremente en un asunto muy delicado en el que se exponen a juicio público la intimidad y el honor de muchas personas.

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