El «misterio» de la casa que el Estado no logra vender en el barrio de Santa Cruz
Está incluida en una ruta de la «Sevilla paranormal» que realiza el periodista José Manuel García Bautista
La casa de la calle Judería que linda con el Real Alcázar de Sevilla y que Patrimonio del Estado no logra vender en subasta pública, se incluye en la ruta «Sevilla paranormal» que comercializa la empresa Naturanda, aunque la familia que lo habitó hasta 2001 niega que en ella hayan ocurrido sucesos paranormales en ella. En esa ruta se realiza un paseo por las calles del centro de la ciudad para dar a conocer sucesos paranormales y espeluznantes que según las leyendas habrían tenido lugar en una decena de edificios antiguos de la capital andaluza. El guía que realiza el recorrido es José Manuel García Bautista, periodista especializado en temas de misterio, colaborador del programa de Canal Sur «La noche más hermosa » y director del programa d e Radio Sevilla «Voces del misterio». La familia que la habitó hasta 1999 niega que en ella hayan ocurrido sucesos paranormales.
La vivienda que salió a subasta y por la que nadie ha pujado, aunque dos personas habían depositado fianzas para hacer ofertas, está en la calle Judería y linda con ese monumento P atrimonio de la Humanidad. Tiene una planta de 50 metros cuadrados y 129 metros cuadrados construidos, siendo el precio de salida de la subasta de 311.545 euros. Tras años de abandono, Patrimonio del Estado se ha visto obligado a realizar obras de rehabilitación para consolidar su estructura (forjados), arreglar las carpinterías, fachada y paramentos verticales interiores y cambiar sanitarios e instalaciones.
¿Está encantada la casa que el Estado no logra vender en el barrio de Santa Cruz? El periodista José manuel García Bautista , que hace la ruta de la «Sevilla paranormal» con imágenes y psicofonías grabadas, cuenta que en torno a la vivienda de marras hay una historia sobre la que indagó el parasicólogo David Ortiz , quien a su vez se la transmitió a él. «La leyenda cuenta que en aquella casa vivió en los años 70 una familia cuya hija de 15 años comenzó a practicar la ouija sola, algo -señala el periodista- que es absolutamente desaconsejable porque es un juego psicológico y si lo haces solo puedes creerte que es verdad. Se dice que la adolescente, que siempre había sido muy animosa y jugaba con sus amigas en el Patio de Banderas , acabó ensimismada y practicando obsesivamente la ouija», un juego en el que se invoca a un espíritu con un tablero en el que hay grabado un abecedario, las palabras sí, no, hola y adiós.
«El uso de la oujia se volvió una adicción para la hija, lo cual no es de extrañar porque genera mucha adrenalina. El abandono de la adolescente hizo que también cambiara su aspecto físico, lo que provocó una gran preocupación en sus padres, que la llevaron al Equipo Quirúrgico Municipal del Prado de San Sebastián , al que accedían en pocos minutos a través del callejón del Agua y los Jardines de Murillo», añade el director del programa de «Voces del misterio». Los consejos médicos para que abandonara la ouija fueron en vano, por lo que la familia recurrió al parasicólogo Daniel Ortiz, quien lideraba la sociedad científica Andrómeda y que falleció hace varios años.
«David Ortiz fue a la casa con un magnetofón e hizo una sesión de psicofonía mientras la niña hacía la ouija. Logró grabar una psicofonía que decía "Aquí no vivirás". David concluyó que la casa estaba encantada y poseída por algún tipo de entidad, quizá correspondiente a un espíritu de alguien que vivió en los Reales Alcázares», relata García Bautista, quien afirma que la familia se fue de la casa, «sin que sepamos cuánto tiempo ha estado desocupada». A su juicio, «el Real Alcázar también está encantando. De hecho, nosotros hemos estado investigado la aparición de una hombre vestido de época en los jardines y tenemos psicofonías de las habitaciones que usaron algunos reyes».
Rafael Osorno Rivero , uno de los vecinos que habitó la casa de la calle Judería, ha rechazado de manera tajante las afirmaciones de García Bautista . Osorno asegura que su familia habitó esta casa durante más de cincuenta años y que en ningún momento se produjeron fenómenos extraños en ella. «Nos fuimos porque estaba en ruinas» asegura Rafael, quien, muy molesto con el uso comercial que se está dando a la casa, asegura además que en la época en la que se habrían producido esos hechos no vivía en la casa ninguna niña de esas edad . Allí vivió su abuela materna desde antes de la Guerra Civil, nacieron tres de sus cuatro hermanos y vivieron allí hasta 1999 en que la casa se declaró en ruina y Patrimonio del Estado le facilitó a su madre una casa en la calle Miguel de Mañara. Rafael niega categoricamente que el parasicólogo David Ortiz hubiese entrado en su casa para entrar una psicofonía.
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