PATRIMONIO

Capilla de la Real Maestranza: La devoción a la Virgen del Rosario y la custodia del patrimonio

Los caballeros maestrantes salvaron las obras de arte de la capilla de esta advocación del convento de Regina Angelorum en las demoliciones de principios del siglo XX

Vista del retablo y yesos, del XVII, y pinturas y cúpula, del XX RAÚL DOBLADO

AURORA FLÓREZ

En el Paseo de Colón , fundida en la línea de fachada de la Casa de la Real Maestranza de Caballería , un gran portón guarda la capilla de la Virgen del Rosario , patrona de los maestrantes desde hace casi 350 años, un recinto en el que se conjuga el mejor barroco del siglo XVII con su adaptación artística de mediados del XX en perfecta armonía , y que viene a simbolizar y envolver el paradigmático devenir de esta centenaria institución nobiliaria, cuyas obras de patronazgo benéfico-social, cultural y patrimonial permanecen prácticamente en el anonimato por la filosofía de mecenazgo alejada de la exhibición pública de acciones y colaboraciones implícita en los genes de los caballeros de la Corporación.

Si en 1905, en plena f iebre de los ensanches de la ciudad , la Real Maestranza no hubiera rescatado las obras de arte de la capilla del Rosario del convento dominico de Regina Angelorum , en el entorno de la Encarnación, que ya había sufrido avatares de la invasión francesa y la Desamortización de Mendizábal, habrían padecido un i ncierto destino o desaparecido en el fragor de su demolición.

Pedro Roldán esculpió la primitiva imagen de la Virgen del Rosario

La capilla del Rosario, lugar de culto maestrante y con misa para la feligresía todos los domingos a las diez de la mañana, es hoy un trasunto de aquel templo que se levantó en el convento por iniciativa de Nicolás Bucarelli, caballero de ascendencia florentina que recaló en la Sevilla que reinaba en el comercio con las Indias. Se dedicó a esta advocación, cuya cofradía fue fundada por el prior dominico fray Antonio James en 1589 en el convento de Regina Angelorum , nombre recordado por la prédica del famoso fraile Molina en 1613 en contra del dogma de la Concepción Inmaculada de la Virgen.

Para dotar de arte pío y suntuoso aquel recinto, cuya traza se debió a Sebastián de Ruesta y Pedro Sánchez Falconete , se contó con uno de los mayores artistas barrocos del siglo XVII: Pedro Roldán , que diseñó las imágenes y el retablo —ensamblado por Francisco de Ribas—, las tallas en yeso con escenas de la vida de María, e incluso esculpió la primitiva imagen de la Virgen del Rosario, «Imán de los corazones sevillanos», según escribió el capellán, fray Juan Bonifaz, que sería entronizada el 6 de octubre de 1669, un mes después de la inauguración de la capilla.

Hito histórico

El año 1671 , cuando la Maestranza se estableció bajo el patronato de la Virgen del Rosario , se presenta como una fecha histórica. Se celebraban el primer centenario de la Batalla de Lepanto «y del triunfo sobresaliente de la Virgen del Rosario» y la beatificación por el Papa Clemente X de Fernando III, conquistador de Sevilla en 1248 junto a los caballeros que fundarían la Hermandad de San Hermenegildo , desaparecida con el paso de los siglos y cuyo espíritu renacería fortalecido en 1670 como Real Cuerpo de Maestranza de Caballería de Sevilla .

Los maestrantes no pudieron celebrar sus cultos durante la invasión francesa

Los monarcas no ostentarían el cargo de Hermano Mayor hasta Fernando VII en 1823 . Antes, el Infante Don Felipe, duque de Parma, por designación de su padre, el Rey Felipe V, fue el primer miembro de la Familia Real en serlo, en 1730, justo cuando la Maestranza pasó a ser Real , por ello, en el tiempo que nos ocupa, la figura principal de la institución era Agustín Guzmán y Portocarrero, marqués de la Algaba y de Ardales y conde de Teba, a quien sucedió su hermano mayor, Pedro Andrés, muerto en Orán «peleando con los moros por la defensa de la fe» en 1681, y cuya cabeza reposa tras una lápida de jaspe encarnado en el presbiterio de la capilla del Paseo de Colón, ya que tras pasar por varias ubicaciones, los maestrantes se habían hecho cargo de los restos. A partir de ellos figuraron como alcaldes más antiguos del Rosario los hermanos mayores de la Maestranza, que reunió para la Virgen multitud de tesoros, según refirió en su manuscrito de 1709 fray Juan Bonifaz.

Los altibajos se sucedieron en torno al convento y la capilla , donde los maestrantes no pudieron celebrar sus cultos durante la invasión francesa, trasladándose a la parroquia de San Miguel Arcángel, que estuvo en la Plaza del Duque. Por aquellas calendas ya había sido sustituida por su estado de deterioro la imagen de la Virgen del Rosario por la que hoy conocemos, encargada a Cristóbal Ramos en 1794 , y que en estos días luce el lazo de dama de la Maestranza.

La nueva capilla

Finalmente, el recinto sería demolido en 1905 . Los maestrantes celebraron sus cultos en el convento dominico de Santa María la Real de la calle San Vicente hasta la construcción de la nueva capilla —integrada en la Casa de la Corporación diseñada por Aníbal González—, con proyecto de Aurelio Gómez Millán que continuó Rodrigo Medina Benjumea y terminó Fernando Barquín. La capilla, bendecida en 1956 , con planta de cruz latina y 134 metros cuadrados, es una c opia espacial de la de Regina Angelorum , tal y como recoge la profesora de Historia del Arte Fátima Halcón , experta conocedora de la Real Maestranza.

Fue el cofre para volver a acoger el patrimonio que custodió durante años la Maestranza : el retablo, «máquina arquitectónica articulada por soportes salomónicos», como describe el también profesor de Historia del Arte José Roda Peña , con con hojas, volutas, angelitos con las Letanías Lauretanas y coronado por un ático con un Niño Jesús de vestir, todo creado por Roldán, al igual que los ángeles mancebos y los ocho relieves marianos, el zócalo de jaspe encarnado, e incluso la reja de hierro forjado y cincelado que en 1915 fue ubicada bajo el palco Real en la Puerta del Príncipe del coso taurino. De Regina Angelorum también es el frontal de altar, obra filipina de carey y nácar, que se conserva en la sacristía.

La capilla actual es una copia espacial de la de Regina Angelorum

La decoración se encargó a Juan Luis Vasallo y José Miguel Sánchez . El primero adaptó el retablo al muro añadiendo una especie de gran embocadura reproduciendo la decoración original . En el luneto sobre él replicó el sol, la luna y las estrellas, hizo las yeserías de la cúpula, las pechinas con los escudos Real y el toisón de oro y el de la Maestranza, los dos ángeles lampadario s y diseñó el Sagrario de plata que realizó Seco, excepto el marfil que figura en su puerta, un Descendimiento regalado por el marqués Villar del Tajo, a la sazón teniente de Hermano Mayor en esa época.

La decoración pictórica se debe a José Miguel Sánchez, desde la pintura en gris y oro, que combina con sepia en paramentos, presbiterio y crucero, hasta las coronas de pámpanos y espigas y los árboles con cartelas de letanías. Destacan las dos pinturas murales : la del palenque de las justas y torneos con San Hermenegildo, San Fernando y los nobles caballeros y la de la Batalla de Lepanto y las naves cristianas frente a los turcos con la visión del Papa San Pío V en la que se le apareció la Virgen del Rosario. Dos rotundas simbologías que remiten a la Real Maestranza en su devoción y en sus orígenes .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación