LLENA DE CHACINA Y CONSERVAS
La caja que le quita el sueño a un pensionista
Irá a los juzgados porque no aparece una que le envió a su hijo a Londres por Correos
Desde que el pasado 15 de septiembre envió a su hijo a Londres una caja con chacinas, conservas, aceite y todo tipo de «maravillas culinarias porque el pobrecito estaba allí muerto de hambre», Antonio Luque Sariego , un pensionista sevillano de 70 años de edad, sigue sin saber donde está la pitanza y lo que es peor aún, se siente estafado por el servicio postal porque «ahora dice que ha entregado el envío el día 22 de ese mes pero no dice a quién y además, aunque lo diga, que mi niño no la tiene».
Eso fue lo que Correos le comunicó ayer por carta después de que el día anterior ABC publicara la odisea de este jubilado . Porque hasta el martes solo sabía desde el 19 de octubre que en España Correos estaba a la espera de la contestación que tiene que dar el operador de destino, la Royal Mail, la cual dispone de dos meses para contestar desde el día 17 en que salió el envío».
« Es mentira que se haya entregado el paquete a mi hijo el día 22 de septiembre aunque digan ahora que se ha hecho la entrega al destinatario. ¿A qué destinatario? Es que tampoco me dicen en la carta a quién le han dado la caja», lamenta Luque.
Fuentes de Correos también dijeron ayer a ABC que el 30 de octubre contestó la Royal Mail y que el paquete se entregó a «un destinatario que identifica el día 22 de septiembre» pero no desveló la identidad por «protección de datos aunque el remitente sí recibirá la información», algo que, hasta la fecha niega Luque.
«Voy a ir al juzgado de guardia pues ya he agotado las vías de reclamación a Correos y a Consumo. Esto es una desvergüenza, esto es un fraude y yo tengo 70 años y no hay quien me pare hasta que me entere qué ha pasado con la caja», asegura.
Aceite, queso, caña de lomo, melva, chorizo, morcilla, mejillones, bonito, caballa.. . Todo eso iba en la caja que Antonio Luque Sariego envió el 15 de septiembre a su hijo de 29 años que emigró a Londres a trabajar. Lleva ocho meses fregando platos en un hotel, a pesar de los estudios superiores que tiene, y un día el hambre le obligó a pedirle al padre que le mandara «algo de alimentos, como queso o caña de lomo».
Antonio, con una invalidez permanente absoluta y una paga que no llega a los 700 euros , no lo dudó. Un total de 95,52 euros gastó en la tienda de alimentación y 65 en el envío por Correos del paquete de 14 kilos.
Mandó las viandas el 15 de septiembre y a la semana le llamó el hijo diciéndole que no había recibido nada . Entonces Luque fue corriendo a la oficina de Correos y allí le aconsejaron que el destinatario preguntara en Londres.
El joven fue raudo a informarse pero en las oficinas no había paquete alguno para él. El 1 de octubre Antonio Luque puso una reclamación a Correos y, como no le solucionaron nada, se dirigió a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y rellenó la correspondiente hoja con su queja.
Pasaban los días y ni el paquete aparecía ni le daban explicación alguna de lo sucedido mientras que en Londres el hijo iba una y otra vez a las dependencias de Correos para saber si había alguna novedad.
A día de hoy n o sabe dónde está la caja que le quita el sueño.