De cabeza a la cárcel por... ¿un robo o un simple hurto?
El fiscal pide 5 años de prisión para un ex preso reincidente de Alcalá de Guadaíra pese a las contradicciones del denunciante
![Pasillo central del interior de una cárcel](https://s1.abcstatics.com/media/sevilla/2016/07/02/s/prision-pasillo-central-kyPD--620x349@abc.jpg)
Se llama Marco Antonio H. E. y es carne de presidio . Lo acusan de haber robado el pasado 9 de junio en un bar de Alcalá de Guadaíra y directamente ha acabado con sus huesos en la cárcel a la espera de juicio y con la Fiscalía a la ofensiva dados los antecedentes que acumula, ya que en su expediente penal figura la friolera de 37 detenciones . De hecho, el reo acababa de recobrar a principios de mes la libertad tras 20 años encadenando condenas de prisión, ninguna de ellas por delitos de sangre. Fue salir de la cárcel y volver a delinquir; presuntamente, claro. Que nadie lo olvide.
Porque el procesamiento se está acelerando y poquísimo margen de defensa tiene el detenido, aunque hay elementos encima de la mesa que, como mínimo, alimentan las suspicacias. El bar del supuesto robo es El Zorzal, ubicado en los soportales de un bloque de la calle Sanlúcar la Mayor, en los límites de Alcalá de Guadaíra: un tugurio en toda regla donde acabaron Marco Antonio H. E. y uno de sus hermanos la madrugada del pasado día 9, cuando supuestamente se produjo el robo.
Una patrulla policial se presentó a las 6.25 horas en el local y, ante clientes, el camarero describió en realidad lo que sería un simple hurto : aseguró que los dos hermanos saltaron la barra, abrieron la caja registradora y se fueron con lo que había facturado en la jornada. Dos horas y media después, ya en comisaría y tras mantener una conversación telefónica con el dueño del bar, la declaración del empleado de El Zorzal cambió sustancialmente : aseguró que Marco Antonio H. E. portaba un cuchillo, con lo que se daba un salto cualitativo porque el atraco ya se habría ejecutado con violencia .
Preguntado entonces sobre si había llegado a ser amenazado con el arma blanca, el camarero aseguró que lo que hizo el detenido fue levantarse la camisa y mostrarle el mango del cuchillo , que en ningún caso se lo habrían puesto en el cuello o lo habría esgrimido en el bar. Los supuestos ladrones no habrían necesitado nada más para amedrentar al encargado: mostrar disimuladamente que uno está en posesión de un supuesto cuchillo bastaría para tener vía libre en El Zorzal y poder saquear la caja aun estando otros clientes en el bar.
Los agentes fueron en busca de Marco Antonio H. E. y su hermano a la casa de su madre, pero ambos se encontraban en Sevilla. Tras enterarse de que los policías les estaban siguiendo la pista, se presentaron en comisaría, pero para negar el robo . No hay rastro del dinero que niegan haber robado ni del arma blanca que aseguran que en ningún caso portaban: la única prueba en su contra es el testimonio variable de un trabajador, pero los dos fueron de cabeza al calabozo y pasaron acto seguido a la cárcel por orden del juez, ajustándose a la versión más perjudicial del camarero.
La Fiscalía lleva la voz cantante acusatoria. Según fuentes judiciales consultadas por ABC, el Ministerio Público está pidiendo cinco años de prisión para Marco Antonio H. E. y tres para su hermano , que sin antecedentes penales podría acabar purgando también el dilatado expediente de su acompañante.
La defensa ha reclamado que se aclaren los seguros que puedan cubrir a El Zorzal, para comprobar si dan cobertura legal tanto frente a robos como ante hurtos y los importes efectivamente indemnizados por las compañías aseguradoras tras avalarse la denuncia del uso de la violencia, primero por los investigadores y a continuación por el juez y la Fiscalía.
Igualmente, el letrado defensor ha pedido que se aporten los antecedentes penales del camarero y del propietario del bar, para contraponerlos al menos a los inexistentes del hermano de Marco Antonio H. E., que quizá sea el único que pueda esquivar el peso de la ley que amenaza desplomarse definitivamente sobre el otro supuesto ladrón, que parece condenado de antemano a reingresar en prisión para permanecer entre rejas hasta la próxima década .