CABALGATA DE REYES

Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2018: el triunfo de la fugacidad frente al diluvio

Fue una carrera a contrarreloj. El Ateneo apostó por la tradición, sin adelanto de día, y la moneda le salió cara

La Estrella de la Ilusión por la plaza del Duque MJ LÓPEZ OLMEDO VÍDEO: ANTONIO PERIÁÑEZ

JAVIER MACÍAS

Bendita la magia que hace triunfar la tradición frente a los criterios noveleros que quisieron imponer algunos para adelantar la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2018. El Ateneo se mantuvo firme, apostó por lo de siempre, cambió los horarios, y la moneda le salió cara . El desfile real de este 5 de enero de 2018 pasará a la historia como uno de los más fugaces de la historia . Fue una auténtica carrera a contrarreloj, mirando al cielo a cada instante, interpretando sus colores y las ventiscas que anunciaban la venida del líquido elemento. Los Reyes Magos regalaron una tarde de ilusión a Sevilla, alejando los nubarrones que venían con ganas de descargar hasta el final del recorrido.

Fue el triunfo del reloj , pese a la accidentada salida. A las cuatro como estaba previsto tras el adelanto horario, comenzaba a salir la Cabalgata a un ritmo habitual. El cielo estaba tan encapotado que parecía que en cualquier momento rompería, pero aguantó. Iban saliendo una a una las carrozas hasta que los pajes del Rey Gaspar, sorpresivamente, se colaron . Literalmente. Pasaron delante de otras cuatro carrozas. Los de Yupita no daban crédito. Hubo que echar a un lado en Palos de la Frontera la carroza de los pajes y a Las Cigarreras de Oriente, que ya estaba también colocada, para recomponer de nuevo el cortejo. Esto ocasionó un parón de unos diez minutos y un corte enorme en la Cabalgata, que seguía andando mientras que la Avenida del Cid y Palos se quedaron vacías.

Una vez solucionado, y con Baltasar ya en la calle , pareciera como si se encendieran las luces verdes en la parrilla de salida. Con un ritmo vertiginoso , la Estrella de la Ilusión alcanzó la basílica de la Macarena minutos antes de las seis de la tarde. A esa hora, según el horario previsto con el adelanto, debería estar casi por la Campana. Veinticinco minutos después, la comitiva llegaba al Duque. Es decir, en ese tiempo recorrió la Resolana, Feria, Correduría, la Alameda y Trajano. Las carrozas pasaban como un visto y no visto, pero no importaba, porque la única lluvia que había en ese momento era la de caramelos (algunos excesivamente grandes por cierto).

Fiesta con los beduinos y con las bandas. La palma de oro se la lleva este año, cómo no, la agrupación musical Virgen de los Reyes con el «que viva España» de Manolo Escobar . Pasando Trajano , se hizo la luz en las carrozas. Fue entonces cuando todo parecía mucho más espectacular. Si uno echa la vista atrás, puede comprobar perfectamente la mejoría en el diseño. Quien viera este viernes la carroza del tiovivo daría fe de ello. Una auténtica maravilla, como tantas otras: la casa de las golosinas, Egipto, Alicia...

Cuando la Cabalgata llegaba a San Pablo , ya había recuperado todo el tiempo perdido en la salida, en un esfuerzo titánico de los organizadores. El ritmo, si cabe, fue aún más rápido de lo previsto y en menos de una hora atravesó el puente de Triana, San Jacinto (que estaba de bote en bote), Pagés del Corro, la Plaza de Cuba, Asunción y hasta el puente de los Remedios.

El Cecop había previsto la carrera a contrarreloj y, en puntos como la Plaza de Cuba , había pintado un carril efímero para la Cabalgata. Así el público sabía dónde ponerse en la rotonda y no entorpecer el paso veloz de los Reyes Magos.

Las carrozas, a la interperie en Palos de la Frontera J. MACÍAS

Y al final, llegó la lluvia

Eran las 19.45 horas cuando, ya con la Estrella de la Ilusión alcanzando la Avenida de Roma , comenzó a arreciar la lluvia. Hasta ese momento habían caído literalmente cuatro gotas pero, de repente, rompió y comenzó un aguacero que provocó una estampa lastimosa. Los niños iban cubiertos con plásticos, la mayoría, y el cortejo se paró, como cada año.

La Estrella de la Ilusión estaba en la esquina de la Avenida del Cid y Baltasar en la misma esquina de la Avenida de Roma con la de las Delicias, en San Telmo . Los beduinos abandonaron el desfile y entraron en el Rectorado por la puerta de la antigua Facultad de Ciencias. Y se apagó la luz de las carrozas. Una escalera fue recorriendo, carroza a carroza, bajando a los niños. Los remolques se fueron. Y, en apenas diez minutos, todo el cortejo había desaparecido y las carrozas se quedaron ahí, a la interperie, a la espera de ser trasladadas a los barrios para volver a salir este sábado.

Eran las 20.15 horas aproximadamente cuando la Cabalgata más fugaz de la historia se acababa. Cuatro horas de ilusión, de desafío al tiempo, un reto marcado contra todas las voces que pedían un cambio de día. Pero firme, el Ateneo triunfó. Los Magos se llevaron el agua casi todo el camino.

Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2018: el triunfo de la fugacidad frente al diluvio

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